Cuando una
multinacional o un banco comete un error y pierde dinero, no se sabe
muy bien porqué motivo, siempre acaban pagando los mismos, el
ciudadano.
Resulta que Florentino Pérez propietario de Castor pretendía ahorrarse
unos dineros en depósitos de gas utilizando un antiguo yacimiento de
petróleo submarino situado en la costa mediterránea, entre Castellón y
Tarragona. Pero al inyectar el gas en el subsuelo comenzaron sentirse
terremotos por la zona, creando una lógica alarma social, por lo
que el proyecto fue suspendido después de demostrarse que los
terremotos eran debidos a la expansión del terreno. Una inversión
de 3.500 millones se fue a tomar viento fresco por una pobre
evaluación de riesgos de la empresa de Florentiono y la incomprensible falta
de estudios previos. Pero lejos de pagar por su ineptitud, son los
ciudadanos quienes tienen que hacer. Efectivamente, el costo de la
desmantelación de la planta y todos los gastos derivados los paga
el que nunca intervino en la decisión y los errores cometidos. Para que dicho
costo no suponga un quebranto a la empresa “privada”, el
gobierno ha cedido a las presiones; faltaría más. Se cargarán
los 3.500 millones repartidos en el recibo del gas.
Este caso me
recuerda al sucedido con el Sr. Felipe González en el poder. Otra
muestra más de cesión a las presiones de las todo poderosas
multinacionales. Quizás no se acuerden, pero este supuesto
ecologista paralizó la construcción de tres plantas nucleares ya
en construcción. Los costes de esta acción todavía los estamos
pagando en lo que llaman déficit tarifario en el recibo de la luz,
pues las constructoras que se contrataron para la construcción de
esas centrales nucleares pidieron responsabilidades al gobierno, y
este cedió prometiendo devolver el dinero, cosa que nunca hizo
mientras gobernó y que se convirtió en deuda de la cual solo hemos
pagado intereses, ya que la deuda fue vendida a los bancos. Pero se
venía venir, este tipo es el mismo que prometió que no íbamos a
entrar en la OTAN y que ahora trabaja en una multinacional, que es
donde van todos a cobrar los favores prestados; es lo que se llama
“las puertas giratorias”.
Si sumamos todos
desatinos que han cometido los políticos y los costes que estos han
supuesto a los ciudadanos de este país, más sus sueldos,
jubilaciones inmerecidas y por supuesto sus corruptelas, a buen
seguro ahora dispondríamos de la suficiente tecnología para haber
creado la energía de fusión, por no hablar de unos servicios
públicos dignos. Pero no, lejos de admitir su culpabilidad, su
pésima gestión y afán por lo ajeno, echan la culpa a los
ciudadanos de la crisis. Le dicen al parado que no trabaja porque no
quiere, al que subsiste en la economía sumergida le llaman ladrón,
al igual que al que no paga los impuestos impagables que imponen y
luego van por ahí haciendo conferencias y dándoselas de estadistas
de prestigio internacional.
En este país de
pandereta llamado España, que más que un país parece un parque de
pruebas para investigar sobre la tolerancia de la gente a la
humillación, ha quedado demostrado que nos gusta que nos den
candela y contra más mejor. La prueba es que por más que nos den no
nos levantarnos en su contra. Somos una manada de borregos dispuestos
a tragar con carros y carretas, acobardados y sin esperanza. Y todo
ello por creer que van ha ser otros quienes van ha hacer lo que
deberíamos hacer nosotros, cada uno de nosotros; desobedecer y
plantarles cara. Quien me iba a decir que esto que llaman democracia,
a la que di la bienvenida cuando llegó, traería a lo peor de la
sociedad al poder, ladrones, trileros, vagos, estafadores, ineptos,
vividores y sinvergüenzas. Si todos muy trajeados y muy pulcros,
pero una panda de cabrones, y perdón, pero es que me es muy difícil
contenerme.
fuentes:
http://www.elconfidencial.com/empresas/2014-10-04/florentino-perez-carga-182-euros-a-la-factura-del-gas-de-todos-los-espanoles-por-el-castor_225976/
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