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domingo, 17 de mayo de 2015

Sin salida


La respuesta del gobierno español al movimiento 15M fue la ley mordaza. De la misma forma que el terrorismo sirvió como escusa para que los estados eliminen libertades, derechos o violen nuestra privacidad. Es la vieja estrategia de problema, reacción, solución. Su eficacia ha sido tal, que no es exagerado decir que ni el mismísimo Hitler hubiese soñado una mundo mejor. Ni siquiera George Orwell fue capaz de imaginar hasta que punto fue profética su novela 1984, pues lo que tenemos ahora es casi peor que el mundo que él recreo. Nos vigilan, nos someten a un sin fin de leyes, nos prohiben todo tipo de cosas, cuartan nuestra libertad, condicionan nuestra educación, nos obligan a mantener el sistema con trabajo esclavo, nos enferman, y nos atontan con sus entretenimientos, todo ello en pro del dios dinero y el poder. Las democracias han quedado secuestradas por las multinacionales, los gobiernos contaminados de los intereses financieros, la libertad convertida en una palabra sin significado. No se puede negar que de nos ser por el terrorismo o por movimientos como el 15M, esto no hubiese sido posible.

Son muy evidentes las vinculaciones del terrorismo con las cloacas de algunos estados, de la misma forma que el 15M es un producto de los servicios secretos españoles. A estas alturas de la película, donde las informaciones corren libremente, es ser sumamente ingenuo pensar que esto no es así. Las armas no crecen en los árboles, los lanzagranadas de alta tecnología no son fabricados en un taller clandestino, se fabrican en los estados poderosos, los mismos que financian a estos grupos armados aparecidos de la nada. De la misma forma, en una sociedad tan polarizada como la española, no hay movimientos espontáneos que surjan de la nada sin instigadores que lo fomenten. Sé que es difícil pensar que son los propios gobiernos quienes promueven este tipo de amenazas, pero cuando uno ve las consecuencias, no le cabe otra hipótesis viable. El problema lo han creado ellos para implantar cosas que de otra forma nadie aceptaría. No es nuevo, ni es la primera vez que se hace. A lo largo de la historia se ha hecho muchas veces, de la misma forma que se han utilizado los atentados de falsa bandera para provocar situaciones favorables al poder.

Solo tenemos que fijarnos en algo sutil, de lo que nadie habla y que no se dice en los medios de comunicación. La auténtica amenaza para el bienestar de todos está en los paraísos fiscales. Allí se gurda el dinero que sirve para comprar armas, es donde se evaden los impuestos que podrían mejorar la vida de la gente, es donde residen las grandes fortunas del narcotráfico y de los políticos corruptos. Sin duda es uno de los mayores problemas que tienen actualmente el mundo. Pero claro, siguen ahí, nadie los toca. Ningún gobierno hace nada por erradicarlos, no hay soldaditos americanos invadiendo estos lugares para devolver el dinero a los pobres o a las arcas de los maltrechos estados víctimas de la especulación y de la deuda usurera. Son auténticos terroristas que matan de hambre a mucha gente, pero nadie mueve un dedo. Muchas bonitas palabras, alguna que otra concesión, pero ahí están, protegidos por todos los gobiernos.

El 15M, que ahora vuelve para decirnos que siguen en la brecha, no me da ninguna confianza. Para mi, los resultados de sus existencia son más represión, y lo único que realmente importa son los resultados. ¿Acaso traen algo nuevo? ¿La abolición del dinero? No, no traen nada de esto, de hecho no es más que humo. Pues cuando no tienen ninguna alternativa creíble, no es un movimiento revolucionario, solo hacen el ruido suficiente como para justificar una reacción del gobierno. Asambleas sin resultados, donde no se establece una desobediencia civil activa, una revolución de verdad, un reset del sistema o la abolición de un sistema ya caduco que limita las aspiraciones del ser humano.

Olvidan que hay otros caminos, que es posible crear una sociedad justa, donde el ser humano solo tenga que trabajar la mitad de lo que lo hace ahora o quizás menos. Elimínese la propiedad privada, el dinero y los estados y tendremos un mundo más humano. Utopía no es un sueño, puede ser una realidad si lo que realmente se quiere es hacerla posible, pero no están por la labor. República, comunismo, monarquía, capitalismo, un sin fin de ideas confusas que nunca han llegado a buen término. Todas estas ideologías y otras tantas que me dejo, han consistido en el sometimiento de la mayoría a un pequeño grupo elitista, que lejos de mirar por los intereses de todos, solo mira por los suyos.

domingo, 10 de mayo de 2015

Silencio de los medios de comunicación ante la huelga de técnicos de Moviestar.


Pocos se han enterado de la huelga y de las manifestaciones de los técnicos de mantenimiento de la mayor compañía telefónica de España, o mejor dicho la única. Unas protestas bien fundadas, ya que la situación actual de este colectivo es terrible, aunque no muy diferente a la de otros trabajadores, cuyas empresas, a pesar de tener grandes beneficios, han aprovechando la crisis para reducir salarios y precarizar los contratos, sirviéndose de subcontratos y otras estrategias similares que van en contra de los derechos laborales ganados con mucho sufrimiento.

Esta compañía, como muchas otras, han llevado a sus trabajadores a la esclavitud sin ninguna justificación; bueno, ninguna no ya que los beneficios de sus altos cargos y los de los inversores de han crecido en proporción a lo perdido por sus trabajadores. Estamos hablando de una compañía propietaria de todas las líneas de cobre y que ahora también está monopolizando la fibra óptica. En estas condiciones, la competencia es un puro camelo. Todas las otras compañías son satélites que utilizan o alquilan sus infraestructuras. Infraestructuras por cierto, obsoletas. Pues como ya dije en otro post, no solo las lineas de cobre lo son; la fibra que están poniendo es multimodo, una tecnología que ha ya se ha quedado antigua. Pero como ha ocurrido con las línea de cobre, la aprovecharán hasta sacarle todo el jugo para luego implantar otra y volvernos a pedir dinero por ello. En esta situación, no es de extrañar que España esté a la cabeza de los países donde las telecomunicaciones son las peores y más caras.
Lo más escandaloso y el motivo fundamental de este post es que casi ningún medio de comunicación de este país, especialmente la televisión, haya dedicado algún comentario a las numerosas y concurridas manifestaciones de los trabajadores de esta compañía, la precaria que viven o la situación de las telecomunicaciones en el país. Pero no deberíamos extrañarnos mucho, pues la razón es que parte de los beneficios obtenidos por la situación de falta de competencia real es que se puede invertir mucho en publicidad, comprar medios de comunicación o contratar en sus consejos de administración a políticos; lo que se conoce como puertas giratorias. Exactamente eso es lo que hace esta multinacional, cuyo capital un día fue de todos los ciudadanos. Un capital humano y técnico malvendido, curiosamente por el socialista Felipe Gonzalez; aunque todo hay que decirlo, por orden expresa de la EU. Así pues, está claro que los medios de comunicación no pueden morder la mano que les da de comer; no solo por perder la fuente de ingresos que supone la publicidad, sino porque buena parte de ellos están comprados. Así es como se consigue que los medios de comunicación masiva hayan quedado reducidos a meros productores de propaganda y exaltación del liberalismo. En tales condiciones, ya es imposible creer o orientarse por ellos, están contaminados y no son fiables; cosa que ya se sabe desde hace tiempo.

Pro otra parte, no hay que olvidar nunca lo que significa una privatización para entender todo esto, sobre todo si lo que se privatiza son empresas vinculadas a sectores estratégicos de un país, como es la energía, las telecomunicaciones... en definitiva los servicios básicos. Se trata de convertir algo que es de todos los ciudadanos y ha sido pagado con sus impuestos, en propiedad privada de algunos, ya sean extranjeros o inversores que solo quieren conseguir un rendimiento económico, sin importarles para nada el bienestar de los ciudadanos o la calidad del servicio. La privatización de servicios significa perder la independencia de un país y de los gobiernos. El país queda completamente subyugado al capital y los intereses económicos, que como todo el mundo sabe, no son los mismos que los intereses de los ciudadanos.

En definitiva, esto es más de lo mismo, cosas que se suman a un sistema neoliberal que está conduciendo al ser humano a un estado de esclavitud, donde la libertad desaparece para implantar, de facto, un sistema totalitario, donde el capital es lo que está por encima de la necesidad humana. Si esto es lo que pasa cuando se privatiza este servicio público, imaginen lo que puede pasar con la sanidad.

Quizás muchos de los usuarios se hayan visto afectados por averías, fruto de sabotaje de los piquetes, pero en mi opinión no les faltan motivos para hacer estas y otras acciones más contundentes. Quedarse impasibles mientras el movimiento neoliberal va destrozando todo a su paso es casi peor que ser uno de estos enfermos que no les importa más que engrosar su cuenta de resultados a costa del mal de otros. Es algo que el capitalismo llevado a su extremo ha favorecido y lo sigue haciendo, cada vez con más virulencia.

No hay que plantearse si las privatizaciones son buenas o no; a la vista están los resultados para quieran verlos y no ignorar sus nefastas consecuencias. A la hora de votar en en esta democracia contaminada por los medios de comunicación y condicionada por la opinión de una mayoría aborregada, hay que tener en cuenta que quizás no sea tan descabellado votar a partidos políticos de que pretendan nacionalizar sectores estratégicos. Lo malo es que ya sabemos en que quedan las promesas electorales una vez que los partidos acaban en el poder; siempre se someten a los poderes económicos, incumpliendo sus promesas y haciendo lo que le interesa al poder.