Translate

viernes, 23 de diciembre de 2016

EL TELEPROCES


Resulta difícil encontrar un solo día que los medios de comunicación catalanes no hagan alusión al “proceso soberanista”, especialmente aquellos cuya mayor fuente de ingresos proviene de las generosas subvenciones que la Generalidad Catalana reparte. No es difícil entender el empeño que ponen en esta labor, si tenemos en cuenta que muchos de ellos no existirían sin el reparto de dinero público.

Gracias a esto y a que ningún perro muerde la mano que le da de comer, día tras día taladran a la sociedad catalana, a veces de forma sutil y otras descarada, con el afán claro de cambiarla la opinión pública a opciones favorables al denominado proceso. Una sociedad plural libre, no debería ser permeable a y este ataque mediático, pero la catalana, como otras, es una sociedad hastiada debido a muchos factores pero especialmente porque son víctimas de las grabes carencias producidas por un sistema económico injusto y caduco. Para esta gente, que lo está pasando tan mal, es fácil encontrar culpables a su situación, más si cabe, si no hay día que no les digan donde están, quienes son y como acabar con ellos. Este discurso demagógico, populista y falaz, cala especialmente en una juventud sin futuro ni ilusión, aumentando el radicalismo y las protestas contra un enemigo claramente de diseño, que además está identificado por los medios que deberían ser, supuestamente, independientes y creíbles. Ningún partido político, salvo los llamados anti-capitalistas, hacen alusión al verdadero problema, que no es otro que mal reparto de los recursos fruto de un sistema capitalista; que es en realidad es una gran estafa piramidal. Pero el discurso de los anti-capitalistas, así como el de Podemos tan engañoso como el discurso independentista. Éstos partidos persiguen el estalinismo como objetivo último. Es decir, retroceder en el tiempo para traernos la ideología causante directa de la muerte de millones de personas en la antigua URSS o en la china de Maho.

Es muy complicado saber quienes son los verdaderos promotores del independentimo. Quizás la respuesta esté en intereses puramente económicos o en la estupidez más soberana, que es pensar que entre pocos se puede arreglar un problema tan grande. Lo cierto y si que se sabe con certeza, es que el independentismo cuesta mucho dinero, y que ese dinero sale de los bolsillos de todos los contribuyentes. Sale de los impuestos que pagamos todos; supuestamente para solventar los problemas y no para crearlos. Ese dinero es destinado a propaganda institucional, sueldos de cargos inútiles, asociaciones y palmeros afines a tal empeño soberanista, a embajadas y soliviantar a una masa cada vez más desorientada. Mientras esto sucede, la presión fiscal aumenta, las lista de espera en hospitales, la atención ciudadana y los servicios se deterioran. ¿Alguien se ha preguntado que cantidad de dinero se ha destinado a este fin o que cambiará de conseguirse? 
Porque después de esto qué ¿Hay un proyecto de futuro? ¿Se acabará con esta gran estafa que es el sistema capitalista?
Mucho me temo que no hay respuestas para esta pregunta, pues ninguno que plantea la independencia o cualquier otra distracción, desea acabar con el sistema.  

viernes, 9 de diciembre de 2016

A otras cosas


Ha pasado mucho tiempo desde que escribí mis últimas líneas en este blog, tiempo que he utilizado para otras cosas que nada tienen que ver con la política u otras de las que solía escribir. Han sido Asuntos más importantes y que me han proporcionado muchas más satisfacciones que escribir de cosas sobre las que no puedo hacer nada. No obstante, esta nueva dedicación también ha sido inspiradora, y por ello quiero intentar transmitir aquí parte de experiencias.

Nunca fui hombre de pasiones desmedidas y mucho menos amante del deporte, pero siempre hubo algo que me atrajo y a lo que nunca renuncié; volar. Hace dos años; dejó de ser un sueño para convertirse en una realidad. Arrepentido estoy de no haber topado antes con la oportunidad y lanzarme yo solo a las nubes, pero más vale tarde que nunca.

Todo comenzó cuando un familiar, conocedor de mi afición al vuelo y a los aviones, me regaló un paquete de aventuras que incluía, entre otras cosas, un vuelo en paramente. Como ya había volado en Ultraligero y sabía que estaba por encima de mil posibilidades y lo del salto en paracaídas me daba un poco de grima, opté por un vuelo en paramente con piloto; lo que llaman un biplaza.

Pocos tiempo después me encontré subiendo a una montaña del Pirineo aragonés por un abrupto camino que nos llevó a 3200mts de altitud. Allí, en una explanada, esperamos el el viento propicio para despegar. Hacía un día soleado, ni calor ni frío; un día perfecto para volar, escuché decir a alguien. La adrenalina y la emoción ya recorrían mis entrañas antes incluso de estar esperando ese momento, en el que después de una corta carrera, mis pies se separarían del suelo. Frente a nosotros un profundo precipicio, los picos de montañas lejanas y un enorme valle. Desde allí y mientras me preparaba, vi como otros, con la facilidad que dan años de experiencia, se elevaban del suelo con naturalidad, sin apenas esfuerzo; no daba la sensación de que aquello fuese difícil. Comenzamos la carrera y tras un intento fallido por falta de viento, la vela se infló correctamente y adquirió la forma de un ala lista para hacer lo que hacen las alas, volar. Bastaron cinco metros de corta carrera para que mis pies dejasen te cocar el suelo y aquella tela llena de ingeniería nos sostuviese, casi de forma mágica en el aire. El viento comenzó a sonar fuerte, azotando mi cara y los cordinos que nos unían a la vela. Mi piloto, que luego sería me mentor, me hablaba de las térmicas y otras sosas que todavía no entendía, mientras yo intentaba absorber todo lo que ocurría a mi alrredeor. Pasamos al borde de la montaña, surfeando el viento, con vistas de 360º absolutamente impresionantes. Debajo de mis pies pasaban árboles que parecían arbustos lejanos, un pueblo a lo lejos y mucho más lejos aún el prado que serviría de zona de aterrizaje. Lentamente el suelo se acercaba a la vez que nos acercábamos al lugar de aterrizaje. Luego sabría que aquello solo era un sucedáneo de lo que se siente cuando eres tú, y no un piloto experimentado, el que comanda la vela.

Los sentimientos que produce volar, solo o con instructor en un parapente, no tiene parangón. No es comparable con volar en un avión, ni siquiera en un ultraligero. Es libertad absoluta unida a un sentimiento de humildad producido por estar a merced del viento. Cuando miras hasta donde alcanza tu vista te sientes muy pequeño y frágil, pero a la vez feliz de ser parte del cielo y de sus caprichos. Esas sensaciones se graban a fuego en tu memoria y desde entonces, lo único que quieres es volver a repetirlas; eso fue lo que en mí caso me hizo repetir. La experiencia fue tan gratificante, que desde entonces perdí el interés por otras cosas y solo quedó asa vela y aprender a volar con ella. Al año siguiente comencé un curso, pero con tan mala fortuna que me partí el peroné debido a mi poca experiencia y por no utilizar un calzado apropiado. Lejos de amedrentarme, tan pronto me vi recuperado, volví y conseguí terminar el curso con éxito. Separar los pies del suelo en mi primer vuelo en solitario fue una de las experiencia más intensas y gratificantes que he sentido. Desde luego no comparables con el nacimiento de mi hija; es algo completamente diferente y muy personal. Posiblemente muchos dirán que exagero o que estoy demasiado entusiasmado y no veo las cosas como son, pero como he dicho, es una experiencia personal, por lo que nadie que no haya sentido lo que yo tiene el derecho a juzgar. Alguien que no haya mirado al horizonte y luego ver que debajo de sus pies todavía hay tres kilómetros para llegar al suelo, no puede juzgar, ni siquiera intuir, lo que se siente. El viento frio en la cara y retumbando en los oídos te da una noción de la velocidad. A medida que lo vas conociendo, ese viento deja de ser un desconocido y se hace tu amigo y aliado. Te dice a donde vas y te puede elevar por encima de las nubes, pero también ser tú perdición y debes respetarlo. Un parapente no tiene las naturales características otorgadas de forma natural a un ave, apenas las puede imitar. Pero te permite, al igual que las aves ascender y gobernar la trayectoria del ala, siempre y cuando respetes las normas de la aerodinámica. Una ascendencia debajo de una nube peligrosa puede llevarte a una altura donde el frío y la falta de oxígeno acaban contigo en cuestión de minutos. Las turbulencias, la falta de preparación del equipo o creerte poseedor de cualidades de piloto experto, sin serlo, pueden fracturar tus huesos o dejarte en una silla de ruedas. El riesgo es una parte ineludible de volar y la forma de minimizalo es ser meticuloso, precavido y no dejar llevar por las emociones inevitables que produce.

Espero que pronto sea auto suficiente y poder volar en cualquier lugar que sea bueno para ello. Porque entre otras muchas cosas que tiene este mal llamado deporte de riesgo, es que te hace salir de casa, tomar contacto directo con la naturaleza y aprender a respetarla. Te hace ser humilde, contactar con personas con tanto amor como tú por lo natural, por el vuelo y por el compañerismo. Son muchos los que he encontrado a través del corto tiempo recorrido con mí vela, pero todas ellas me han enseñado y ayudado. No tengo palabras para agradecer a todas ellas su inestimable ayuda y consejos. Algunos quitando de mi cabeza el ímpetu del principiante y otros enseñándome trucos y conocimientos. Este escrito va para ellos.





domingo, 17 de abril de 2016

El misterio de los papeles de Panamá.


Ya hacía mucho que no me daba por escribir y supongo que ser consciente de que tengo muy pocas posibilidades de cambiar nada, fue lo que me quitó las ganas. De todas formas, si bien es cierto que nada cambiaré ni lo pretendo ya, no quiero perder este desahogo que supone para mí escribir. Además, quizás algún día alguien lo lea esto, y si fuese uno de esos políticos salva patrias hipócritas, de esos que dicen ser nuestros representantes y que en realidad no representan más que la farsa a la que llaman democracia, ya estaría satisfecho.

Y hablando de políticos y de farsas: Que bien que han quedado retratados todos los fueron elegidos por el pueblo español. Ahora ya sabemos, sin ningún genero de dudas, lo que les mueve realmente. A la vista de los hechos, quedó claro que no es el interés común, como predican algunos a viva voz; esos nuevos progres, que de nuevo tienen lo mismo que Stalin. A estos, como a los acorbatados de toda la vida, producto de un sistema capitalista caduco, no les importan los problemas cotidianos de la gente que les votó, tampoco sacarnos de la crisis, ni la república, ni la supuesta identidad del los pueblos; otro invento de control e ingeniería social. Si fuese así o cualquier otra motivación altruista y honesta, hubiese sido muy sencillo llegar a acuerdos y formar un gobierno estable; cosa que no han hecho ni harán, porque en el fondo les importamos una mierda. La razón de tal insulto a los votantes es simple y cristalina, tanto como el porqué algunos de ellos tienen cuentas bancarias opacas en paraísos fiscales; solo les mueve el dinero, la ambición y el poder. No están en política para para ayudarnos, sino para lucrarse a a nuestra costa. Puede que alguno quede que no haya sido tocado por la la corrupción y la ambición desmesurada, pero poner la mano en el fuego por cualquiera de ellos es tener la certeza de que, más temprano que tarde, no quedará de la mano más que las cenizas.

Por cierto y hablando de cuentas bancarias opacas. La que se ha montado con los papeles de Panamá, eso si que es opaco. Nos quieren hacer creer que han descubierto ahora la Luna. Como si nadie antes hubiese alzado la vista al cielo nocturno y se preguntase que era aquello que brillaba. ¿Realmente se cree alguien que es nuevo que la gente con dinero evadía impuestos en paraísos fiscales? Lo que es nuevo es la forma en que el contenido de los documentos es sacado a la luz y la forma que está siendo utilizado por los diferentes medios de comunicación, según su ideología e intereses, para atacar objetivos políticos. Resulta muy sospechoso también, que en estos papeles solo aparezcan nombres y cuentas de importancia relativa, al menos de momento, no demasiado relevantes. Si, es cierto que ha caído algún ministro, artista o director de cine, pero todos ellos, con perdón, cucarachas, sí los comparamos con los grandes depredadores, esos cuyas fortunas equilibrarían la riqueza de este planeta. Los nombres de estos tipos, posiblemente los responsables de todo esto esto salga a la luz pública ahora, no saldrán nunca en los papeles de Panamá. Me pregunto, y esto es pura especulación, sino será que quieren quitarse de en medio una futura competencia o es una advertencia de los autoproclamados dioses para aquellos que pretenden acercarse al Olimpo. Aunque podría ser mucho peor, esto puede ser utilizado como una buena escusa para abolir definitivamente el dinero en efectivo, lo que supondría un control total y un paso de gigante en un más que posible plan maestro. De ahí al chip implantado para pagar, solo hay un paso.

Bueno, de momento ya me he quedado a gusto, así que hasta más ver.