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viernes, 9 de febrero de 2018

La nueva casta política



La nueva casta política se llena la boca con libertad, democracia y derechos; destroza la lengua añadiendo género donde no lo había, empobreciendo el lenguaje y complicándolo. Al igual que en la novela 1984 de George Orwell, crea una nueva lengua para manipular nuevas realidades y conflictos.   Sus supuestas nuevas ideas, son en realidad muy  viejas y ya probadas; probadas muchas veces  con nefastas consecuencias. Cuando los escucho me doy cuenta que su discurso mentiroso y manipulador no ha cambiado gran cosa.  Me inquietan, porque estos nuevos ideólogos me recuerdan a tiempos pasados, cuando en que en las plazas y ante miles de personas desesperadas por las crisis y las incertidumbres,  Stalin y Hitler proclamaban la supremacía de su ideario. Ellos también señalaban enemigos y al igual que estos dictadores genocidas,  cuando  hablaban de democracia quieren decir imposición, cuando hablan de libertad, hablan solo de la suya para imponer sus ideales, cuando hablan de derechos lo mismo, se refieren solo a los derechos de los que piensan como ellos. Su discurso pasea por generalidades sin centrarse en cosas tan básicas como el bien común, la libertad individual y los problemas reales de la gente y del entorno. El adversario político es el enemigo a destruir, hay que odiarlo y hacer que sea odiado. Independentistas y podemitas, son correas de transmisión del odio en todas sus formar. El enfrentamiento y la imposición de sus ideas es su divisa. No obstante, se aprovechan del sistema, cobran sus sueldos y dietas, disfrutan de las ventajas de su posición. No tardan en acostumbrarse a las buenas comidas en restaurantes caros y a los coches oficiales. Son marionetas del mismo sistema capitalista que pretenden abolir, ignorantes de quien maneja sus hilos. Al escuchándolos hablar y la pobreza de su verborrea, sus argumentos falaces y el odio con el que se dirigen a sus adversarios,  me da a mí que muchas luces no tienen. Solo auténticos ingenieros sociales, maestros de la manipulación de masas, han podido ser los artífices. También puede que me equivoque, y  en realidad no sea esta una ideología creada, sino el producto de un sistema educativo despojado de humanidades, filosofía y tantas otras cosas que ayudaban a forjar personas  sabias y con valores morales. Puede que haber vivido sobreprotegidos por sus papas, mirando la caja tonta y creyéndose las mentiras de viejos nostálgicos revanchistas, dispuestos a hacer vivir a los jóvenes conflictos que perdieron, puede que por ello se hayan convertido en lo que son.  

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