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viernes, 31 de agosto de 2018

Volviendo al pasado

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El fascismo se extiende por Cataluña de la mano de radicales cobardes como Torrá y Puigdemont. Se extiende como una peste que pudre la convivencia  y arruina la que fue una de las más prosperas autonomías españolas. Las empresas huyen despavoridas ante la inseguridad jurídica y algunos ciudadanos nos planteamos abandonar este lugar de intolerancia cada vez más hostil. Las esteladas cubren las fachadas de los edificios como los estandartes del nazismo lo hicieron en las plazas alemanas y en la Francia, ocupada, insultado a quienes no compartimos su odio. Los ciudadanos, que solo queremos que nos dejen vivir tranquilos, tenemos que callar para no ser señalados. Los lazos amarillos, que una vez marcaron a los judíos en el nazismo, afean y contaminan los espacios públicos, al mismo tiempo que, por los sistemas de megafonía bombardean a los ciudadanos con soflamas soberanistas . El dinero público, ese que debiera servir para solucionar problemas, fruye para mantener a los fugados que quisieron acabar con el estado de derecho y alimenta la propaganda fascista. Burgueses y anarquistas se juntan en una relación contranatural en un frente común tras una bandera que representa el totalitarismo, el pensamiento único y la represión, todo para tapar una descomunal estafa que sirvió para treinta años de adoctrinamiento en los colegios. Es como volver al pasado, en aquél tiempo que precedió a la guerra en que las ideas políticas acabaron enfrentando a hermanos cubriendo los prados y calles de sangre, ruina y hambre. Una guerra donde se cometieron atrocidades propias de demonios sin alma ni corazón, y todo por ideales ilusorias resultado de mentes ociosas y bien alimentadas que no murieron en ellas.

 Algunos quieren la revancha de aquella guerra, volviendo la vista al pasado cada vez que tienen problemas que no pueden solucionar, como no tener mayoría absoluta en el congreso. Quien sabe lo que hubiese pasado si el bando republicano, comunista o anarquista hubiese ganado la guerra. Podemos hacernos una idea viendo cuánto han durado las dictaduras de izquierdas en otros países como Corea del Norte o China. Además, puede que Hitler no hubiese tenido tantos miramientos con una España roja.

 La historia fue la que fue y no se puede cambiar como algunos les gustaría. De la historia solo podemos aprender a no cometer errores, cosa que muchos no entenderán jamás. 

Aquellos que tergiversan la historia de forma interesada, no quieren aprender de ella, lo hacen para justificar la imposición de ideas, demostrando su falta de comprensión de lo que es la libertad individual y la democracia. Son esos que llaman fascistas a los demás, a los que no piensan como ellos, a los que no se dejan llevar por sus proclamas patrióticas. Eso tipos que esconden tras las banderas, no quieren a su pueblo, sino quieren vivir de él, exprimirlo y enfrentarlo para extraer los beneficios de la contienda, como buitres esperando que acabe la batalla.

– Llenar el espacio publico de propaganda.
– Pesiguen la quimera imperialista de la Grosscatalonien (Paises Catalanes)
– Imponen el idioma como paso previo y necesario para anexionar los territorios.
– Violencia como método
– Fanatismo
– Xenofobia
– Supremacismo
– Racismo
– Limpieza cultural
– Señalamiento y persecución  del disidente.
– Mantienen un control férreo de los medios de comunicación.
– Controlan y manipulan  de la educación
– Falsean permanente de la historia para que justifique sus delirios.
– Manifiestan un victimismo permanente para fomentar y provocar el odio irracional entre sus seguidores.

Hitler Nazi GIF - Hitler Nazi GIFs“Ara mires al teu país i tornes a veure parlar les bèsties. Però són d’un altre tipus. Carronyaires, escurçons, hienes. Bèsties amb forma humana, tanmateix, que glopegen odi. Un odi pertorbat, nauseabund, com de dentadura postissa amb verdet, contra tot el que representa la llengua. Són aquí, entre nosaltres. (…) Hi ha alguna cosa freudiana en aquestes bèsties. O un petit sotrac en la seva cadena d’ADN. Pobres individus! (…) Tenen nom i cognoms, les bèsties. Tots en coneixem alguna. Abunden, les bèsties. Viuen, moren i es multipliquen. (…) Pobres bèsties, no poden fer-hi més. (…) Quan acabaran els atacs de les bèsties?”

El líder fascista Benito Mussolini encabezando la marcha sobre Roma que le llevó al poder"Ahora miras a tu país y vuelves a ver hablar las bestias. Pero son de otro tipo. Carroñeros, víboras, hienas. Bestias con forma humana, sin embargo, que glopegen odio. Un odio perturbado, nauseabundo, como de dentadura postiza con moho, contra todo lo que representa la lengua. Están aquí, entre nosotros. (...) Hay algo freudiana en estas bestias. O un pequeño bache en su cadena de ADN. Pobres individuos! (...) Tienen nombre y apellidos, las bestias. Todos conocemos alguna. Abundan, las bestias. Viven, mueren y se multiplican. (...) Pobres bestias, no pueden hacer más. (...) Cuando acabarán los ataques de las bestias? " 

Estas son palabras Quim Torra. 


Y luego  acusan a los demás de fascistas.

 

  La marcha que de verdad inspira al fascista Torra: la de Mussolini en Roma en 1922 

Si algo huele como el ajo, sabe como el ajo y tiene el aspecto del ajo, sin duda es que se trata de un ajo. De la misma forma que esto es fascismo.    

La solución

 

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jueves, 2 de agosto de 2018

Shaira y sus cebollas


Las fronteras solo existen para preservar la desigualdad de oportunidades y limitar el flujo de personas, especialmente si es de una zona pobre a otra rica. Los que intentan moverse de su zona, si son emigrantes pobres son rechazados en los países ricos porque estos temen quedarse sin sitio ni recursos, también ser invadidos por culturas ajenas. Se da la circunstancia que estos países pobres tienen grandes recursos naturales y muchas posibilidades de ser ricos, pero son los países ricos los que arruinan su economía con políticas y prácticas comerciales abusivas. Se da también el caso, que muchas personas de estos países, al carecer de esperanza, se radicalizan y caen en manos de religiones o sectas, que acaban convirtiéndolos en terroristas. Sin educación, sin recursos y sin esperanza, éstos no tienen nada que perder, por lo que no les queda otra cosa que  ganarse el paraíso inmolándose. Además, esta cultura del odio y del radicalismo, también les impide ser tolerantes o adaptarse a las costumbres de los  países que los acogen, con lo que acaban siendo repudiados por los foráneos y formando guetos de inadaptados. 

Durante muchos años, las políticas colonialistas e imperialistas,  que han perseguido esquilmar los recursos naturales de estos países pobres, especialmente en África, han sumido  al  continente en la pobreza y la violencia, permitiendo que sátrapas y dictadores corruptos, gobernasen. Los mantenían en el poder hasta que dejaban de ser útiles al poder económico de occidente. De la misma forma, cuando algún líder no partidario de ceder los recursos del país, era asesinado o derrocado por otro dictador financiado por los poderes fácticos de occidente.  
Si en vez de intentar esquilmar los sus recursos, les hubiésemos dado las herramientas y la educación para que se valiesen por sí mismos, fomentando un comercio justo, sin imponer aranceles abusivos, hoy no haría falta fronteras ni tendríamos que hablar de muertos por hambre en los, mal llamados países pobres. Quizás tampoco la intolerancia del Islam más radical  y violento camparía entre las gentes sin esperanza de África. Les contaré una historia real para que tomen concia del problema y comprendan su origen.

Shaira era  una mujer viuda que vivía en Mauritania  y que tenía unas tierras que había heredado de sus padres. Vivían sin demasiados lujos cultivando cebollas que vendían en un  mercado local. Con ello Shaira podía alimentar a su familia, una hija y un hijo. Además se podía permitir llevarlos a la escuela. No eran ricos, pero tenían una vida feliz. Un día,  en el mercado  donde Shaira  vendía sus cebollas, empezaron a llegar otras procedentes de España. Eran más baratas y más grandes que las que ella vendía, por lo que tuvo que bajar el precio de las suyas para poder vender. Esas cebollas procedentes de la EU estaban subvencionadas y el importador tenía mucho margen de beneficio, por lo que él bajó más el precio todavía. Las cebollas de  Shaira ya no se vendían, pues ella no podía competir con esos precios. En poco tiempo Shaira perdió su casa y sus tierras y tuvo que abandonar a su familia. Shaira apareció en una playa de Algeciras, perdió la vida al hundirse la patera con la que pretendía llegar España junto a otros ilegales, atravesando el estrecho de Gibraltar. Su hijo Ashanti, hoy recibe instrucción militar y coránica en Siria, y pronto estará listo para ser enviado a Europa para cometer algún atentado. Shaira, antes de partir dejo a Nala, su hija menor, con unos familiares lejanos, pero al no volver, esos la vendieron a unos traficantes de personas, que a su vez la vendieron a otros que la trasladaron a Europa para ejercer la prostitución.  
Ponemos aranceles a los productos procedentes de los países pobres para evitar que entren en nuestros países ricos, mientras que exigimos que ellos permitan la entrada de nuestros productos excedentes sin aranceles. Nuestros gobiernos títeres, lo pueden imponer gracias a la deuda y los favores. Un intercambio que acaba con la esperanza y la vida de los Africanos y otros países pobres pero con recursos naturales.

Todo esto no hubiese ocurrido de no haber dejado de ejercer nuestra responsabilidad, de no haber dejado que el poder político esté en manos del poderes fácticos que nadie a votado. Ahora tenernos que cerrar nuestras fronteras, para evitar que una cultura malsana y radical nos invada. Pero quien la ha alimentado y quiénes son los responsables es la cuestión que deberíamos plantearnos.
Los países pobres no solo han empobrecido en recursos económicos, también lo han hecho en cultura  y esperanza.  
            

Malos tiempos para los taxistas

La huelga en el sector del taxi me recuerda un problema que tendrá que ser afrontado por la sociedad, más temprano que tarde. Este problema, por así llamarlo, acabará con la profesión de taxista, al igual que lo ha ido haciendo con otras. Los taxistas deberían tener en cuenta, qué el desarrollo de los vehículos inteligentes sin conductor está a la vuelta de la esquina, por lo que tendrían también que asumir que su desaparición es inevitable. Será una crisis que formará parte de algo mucho más grave profundo, algo afectará a la sociedad en su conjunto y que pordría producir el desplome deplorable sistema económico que la sostiene.

Resulta paradójico que algo como no tener que trabajar en labores tediosas no sea motivo de júbilo, pero para nuestra desgracia, vivimos dentro de una sociedad regida por un sistema capitalista que precisa del consumo para funcionar. Y claro, para que haya consumo se precisa que la gente tenga dinero para comprar, y para eso necesita trabajo. Si las máquinas nos libran del trabajo  tenemos un grave problema, pues no tenemos dinero y no podemos comprar, con lo que el sistema se colapsa; no solo porque la gente no compra, sino porque no puede pagar los impuestos que precisan los gobiernos para prestar servicios, como la sanidad, las pensiones y su corrupción. Dado que este proceso, que ya está en marcha, se produce de forma gradual, no nos damos cuenta de los efectos salvo por pequeños detalles y algunos despidos. Pero estos sucesos son constantes y se están produciendo desde que comenzó la robotización. Aunque los gobiernos lo maquillen con prejubilaciones, tirando de deuda y poniendo parches, llegará un momento que será imposible sostener este sistema. En cierta manera eso debería de alegrarnos, ya que es una autentica aberración y el origen de la mayoría de nuestras calamidades.

No voy a entrar mucho en si son justas o no las protestas de los taxistas o no, porque no es mi objetivo principal, aunque sí diré algo al respecto que me parece mal. Quejarse de la competencia desleal, cuando ellos gozan de una situación privilegiada en comparación con otros trabajadores, no me parece muy justo. Más si se tiene en cuenta que, si bien es cierto que a las empresas de vehículos con conductor no les exigen tantos requisitos, también es cierto que la limitación de licencias de taxi es una práctica que va en contra de la competencia y en nada beneficia a los usuarios, por lo que tendrían que hacérselo mirar antes de cortar las calles y fastidiar a la gente más de lo que ya está. Si quieren protestar, deberían hacerlo contra quienes permiten que todavía existan trabajos esclavos como el suyo.

 La crisis mundial que se avecina es inevitable y será causada por la insostenibilidad de un sistema que es una auténtica aberración en todos los sentidos. Ya sea de forma intencionada o no, este sistema solo ha producido desigualdad, injusticia social y sufrimiento de la mayoría de la población mundial. Ha esquilmado los recursos naturales y contaminado el planeta hasta poner en peligro su supervivencia a largo plazo. Mientras estas desgracias las sufre la mayor parte de la población, un minúsculo y selecto grupo de personas, los artífices y servidores de este mal, viven en la más depravada opulencia, atesorando toda la energía de los que sufren en forma de dinero.

La revolución de la robótica podría derribar este sistema o sumir el mundo en una época muy oscura. Dependerá de cada uno de nosotros y de las cesiones que hagamos al poder establecido que domina la economía y los gobiernos. En una sociedad humana, con valores y bien informada y formada. La revolución de la robótica, la desaparición de tareas tediosas que requieran un deterioro físico y psíquico del individuo, debería ser motivo de alegría. Pues nos podríamos dedicar a investigar, crear arte, adquirir conocimientos y disponer de tiempo libre para disfrutar de la vida y la naturaleza. Por el contrario, para una sociedad adormilada y sumisa, gobernada por la avaricia y la corrupción, solo puede tener consecuencias desastrosas. Los poderosos ya han analizado la evolución de este proceso, y saben que la consecuencia directa del mismo es que no necesitan de3 una gran masa obrera para sostener su poder y su fortuna. Así pues, imaginen cual puede ser su solución.  En nosotros está la decisión del camino a tomar, o les quitamos el poder o intentarán reducir la población mundial.