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lunes, 9 de octubre de 2017

La primera muerte en cualquier conflicto es siempre la vedad.

Hace tiempo escribí una entrada que hablaba de la importancia de la información y cómo se convierte en propaganda cuando se hace un uso interesado de la misma. En este artículo, también hablaba de la existencia de los mercenarios de la pluma, periodistas que se han vendido para servir artículos al mejor postor. Así mismo contaba como algunos, mal-llamados periodistas o expertos, salen  en los medios para crear opinión, siempre pagados o  en  función de sus propios intereses ideológicos.

El supuesto conflicto, por llamarlo de alguna manera, ente el estado español y los separatistas nacionalistas catalanes, a puesto en evidencia a varios medios de comunicación y a sus periodistas. Su decantación hacia un lado  u otro los delata a todos. Esto era de esperar, pues todos sabemos de que pie cojean cada uno y cada medio, especialmente los reporteros de TV3 y sus informativos; una entidad, recordémoslo,  que se alimenta de subvenciones de la Generalidad. La manipulación ha sido tan vergonzosa que sus informativos deberían llamarse nodo, ya que son como los publi-reportajes que ordenaba hacer el  dictador a RTVE durante su mandato. También se ha puesto en evidencia la poca credibilidad que pueden ofrecer las redes sociales y como éstas son manipuladas para que, hechos de aparente veracidad se tomen como fuentes fiables de información. Hasta tal punto ha sido así, que muchos medios de comunicación supuestamente serios, han tomado imágenes falsas como noticias o hechos verídicos, sin contrastar las fuentes o haciendo un mínimo análisis. El trabajo de  falsificación de fotos y creación de bulos, ha sido especialmente intenso y efectivo por parte de los simpatizantes del referéndum ilegal. Dramas como la chica a la que supuestamente le rompieron los dedos de la mano uno a uno y le tocaron las tetas, van a quedar en los anales de la historia. Fotografías sacadas de su tiempo o burdamente manipuladas, servirán de ejemplo para desconfiar y no creerse nada hasta que no se verifique de una manera fiable la fuente y los hechos. Dejo algunos de los ejemplos más evidentes. Saber hasta que punto lo que ves y escuchas es cierto, es complicado en estos días, donde casi todo el mundo miente en función de sus intereses. Por suerte todavía quedan periodistas de verdad y nos regalan, en ocasiones, la objetividad de antaño. También queda gente curiosa, que sin periodistas, son  capaces de sacar a la luz pública bulos y manipulaciones periodísticas totalmente malintencionadas y destinadas a cambiar la opinión pública.

El País.

El mundo.

Periodista digital

TV3 Manipulación total



ESdiario








   

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