La función natural de los colegios y
universidades es difundir y transmitir conocimientos, es la que
debiera ser su función natural. Aunque siempre ha sido así, hoy
más que nunca, a parte de realizar mal su función, son lugares de
adoctrinamiento y manipulación del pensamiento, convirtiéndose en
algo así como la correa de transmisión de una ideología dominante
que pretende ser única.
Esta manipulación se hace patente en
todos los libros de texto que son susceptibles, los que no se limitan
al conocimiento puro. Estos libros llevan tras de si una buena dosis
de ideología entre líneas, más o menos disimulada que será mayor
en función de la permeabilidad del tema del libro. Sin duda, los más
proclives a esto, como es lógico por otra parte, son los libros de
ciencias sociales. En otras circunstancias esto no debería ser un problema, pero hoy en día los profesores y padres no enseñaran a los alumnos a distinguir entre lo que es el conocimiento puro, de lo
que es una interpretación u opinión. En la sociedad actual el tiempo para dicha tarea es escaso, una escasez de tiempo acrecentada por unos modelos de familia que no propician en absoluto el apoyo de los
padres para facilitar este aprendizaje.
No quisiera hablar de aquellos libros
de texto de los que yo llamo de historia de geometría variable,
donde los datos, a parte de falsearse se interpretan de manera
interesada dependiendo de donde se hacen, quisiera centrarme hoy en aquellas ciencias que son la
base del pensamiento crítico, literatura y filosofía.
La manipulación comienza ya en la
elección de los libros, que son elegidos por criterios
arbitrarios ajenos a la calidad, como debiera ser. Son elegidos siempre próximos al pensamiento dominante, a lo establecido.
Siguiendo estos criterios se eligen libros que no
ayuden a pensar por uno mismo, más bien están hechos para evitarlo a toda costa. Son fácilmente reconocibles, pues están plagados de
aseveraciones de índole ideológico, o despectivo hacia otras formas
de pensamiento alternativo, que ponen en singular ventaja un tipo
de ideología frente a otras.
El el libro editado por Mediterrania
Cat Filosofía y Ciudadanía, escrito por Antoni Albert i Bonamusa,
junto a tres autores más, se dan muchos ejemplos de este tipo de
aseveraciones mal intencionadas con el fin de conducir al lector a
una forma de pensamiento concreta. En la lección 3.5 titulada El
problema de la demarcación se puede leer:
“Desde el nacimiento de la ciencia
moderna, como resultado de la revolución científica de los siglos
XVI y XVII, todo tipo de ideologías y doctrinas han pretendido
calificarse de científicas. Esto es debido a los ininterrumpidos
éxitos que la ciencia ha tenido en los últimos cuatro siglos, que
le han otorgado un gran prestigio social y la han convertido en un
tipo de conocimiento más fructífero y fiable. El conocimiento
científico es el mejor ejemplo de conocimiento objetivo, racional,
crítico y contrastable.”
Si bien todo lo expuesto tiene la
apariencia de irrebatible, hay un trasfondo puramente interpretativo
de los hechos. Es un mal principio para definir la linea de
separación entre ciencia y pseudo-ciencia. En el desarrollo
posterior de la lección, y a medida que se va leyendo, encontramos
varias comparaciones tendenciosas destinadas a conducir al alumno a
la creencia empírica de que la ciencia es la suprema verdad frente a
lo demás. Esto lo hace cuando compara la astrología con la
astronomía, o la alquimia con la química, pura obviedad destinada a
resaltar la negatividad de estas pseudociencias. A medida que el
autor se va adentrado en temas religiosos, es entonces cuando se ve
con más claridad la animadversión de éste sobre el tema, no
dejando lugar a la duda sobre que las pseudo-ciencias y religiones
son patrañas comparadas con el método científico, como si las
creencias religiosas tuviesen algo que ver con la ciencia en nuestros
días. Aunque no se diga de forma explicita, se utiliza la retórica
y un estilo sibilino con el claro objeto de conducir al lector a las
tesis o creencias del autor.
Esto se puede leer cuando el autor hace
referencia a la astrología dice: “ La astrología, basada en la
antigua astronomía, se construye a a partir de una hipótesis
inaceptable: la influencia astral. El destino y el carácter de una
persona están fijados permanentemente en la posición concreta de
los astros en el momento del nacimiento o, según otros de su
concepción.”
¿Es la palabra “inaceptable” una
negación contundente de la fiabilidad de dicha pseudo-ciencia o es
una opinión personal?
Como acompañamiento de la lección se
adjunta un texto de Isak Asimov radicalmente posicionado contra toda
reflexión no científica. Curiosamente el autor hace una afirmación
en la que dice: “La no- ciencia se distingue de la ciencia por
utilizar la inducción.” Al decir esto, el autor entra en
contradicción con sus argumentos, pues utiliza la inducción en muchos
de ellos, incluyendo opiniones, comparaciones tendenciosas y
textos de autores que avalen su posicionamiento, en una clara
intención de llevar al lector a su redil.
Resulta curioso también que se
mencionen textos de Karl Popper, Un filósofo que describió la
diferencia entre la ciencia y no ciencia mediante el razonamiento
lógico, alejado de prejuicios y opiniones personales, nada que ver
con la forma en que está escrito el libro que menciono.
Esta forma de escribir estaría muy
bien en un ensayo, pero no en un libro de texto destinado a ser una
herramienta de aprendizaje clave para la formación del sentido
crítico de los alumnos. Si está escrito de esta forma no es por
negligencia, sino con una clara intencionalidad.
Este es tan solo un ejemplo de los
muchos que hay en las mochilas de nuestros hijos, plagados de
ideología y que conducen eficazmente a no salirse de la linea
dogmática propuesta del pensamiento dominante; una forma más de
manipulación para construir una sociedad de borregos, sin capacidad
para discernir quien dice la verdad y quien miente, incapaz de
plantar cara a una realidad infame, que por ser ocultada no deja de
serlo.
Por todo lo explicado no es de extrañar que la sociedad entera se levante contra el poder establecido, pues han sido bien entrenados para ser dóciles y manipulables.
Por todo lo explicado no es de extrañar que la sociedad entera se levante contra el poder establecido, pues han sido bien entrenados para ser dóciles y manipulables.
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