Se habla mucho en estos tiempos de
crisis, de falta de liquidez y de el mal estado de los balances
bancarios, incluso son muchos los que anuncian una catástrofe
financiera similar o peor a lo que ocurrió en el crack de 1029. la
verdad es que no hay pocas razones para pensar que se están dando
las condiciones propicias.
Debido a la falta de liquidez de los
bancos y cajas en España, están ofertando un producto llamado
Acciones Preferentes para financiarse. Este es un síntoma claro de
la falta de liquidez. En principio lo pintan como un producto muy
atractivo, pero las acciones preferentes tienen unos riesgos de los
que no informan. Primero de todo es que la disponibilidad de
recuperar el dinero invertido no es al momento como prometen, tiene
que haber compradores para que se pueda recuperar la inversión. Esto
significa que si no hay compradores no vas a recuperar tu dinero
hasta que los haya. Por otra parte,
Las
acciones preferentes pagan un dividendo fijo, pero que no es
obligatorio para la empresa emisora. Si en algún momento la empresa
no tiene el efectivo para pagar los dividendos puede omitir dicho
pago.
En resumidas cuentas:
Riesgo
de mercado: Al no tener vencimiento, es un título con mucha
duración y, por tanto, expuesto a fuertes variaciones ante la
fluctuación de los tipos de interés.
- Riesgo de contraparte en los intereses: Las acciones ofrecen un tipo de interés que puede ser fijo o variable, pero éste normalmente está condicionado a que la sociedad obtenga beneficios, con lo que si no los obtiene, se suspende el pago de intereses.
- Riesgo de contraparte en el principal: Si se deteriora la solvencia del emisor, las participaciones sufrirán una pérdida de valor que es muy superior a un bono normal, ya que las acciones preferentes no tienen vencimiento.
Este
tipo de instrumentos financieros no difieren mucho de los utilizados
por algunas comunidades autónomas. Son instrumentos que forman parte
de la fabricación artificial de dinero a través del endeudamiento.
Porque no olvidemos que el dinero es deuda, y que sin deuda no se
puede fabricar dinero. Esto es lo que se esconde detrás de toda esta
palabrería financiera.
Recientemente,
los bonos emitidos por algunas comunidades autónomas como Catalunya
o Valencia han vencido, eso quiere decir que han tenido que pagar
los intereses acumulados de dichas emisiones, lo que ha representado
una nueva falta de liquidez; y que ha traído como consecuencia los
recortes salvajes que han tenido que hacer para hacer frente a este
pago. Funcionarios despedidos, reducción de los servicios
sanitarios, aumento de impuestos, todo en detrimento de los servicios
que estos gobiernos autonómicos dan a los ciudadanos. Es más de lo
mismo, más deuda, más interés, más deuda, una espiral que cierra
al infinito.
Lo
pero de todo esto, es que resulta muy injusto que encima que aumentan
los impuestos, es decir, que se reduce el poder adquisitivo y se
obliga a trabajar más, se reduzcan los servicios que el estado da a
quien paga. Si este estado fuese una tienda de productos en la cual
se puede decidir de ir o no, desde luego estaría vacía hace mucho
tiempo, pero desgraciadamente, no es una tienda, y si lo fuera
estaríamos obligados a entrar para comprar unos servicios caros y
malos.
Ahora
ha llagado otro gobierno a España, un gobierno que nos presenta sus
primeras medidas en base a unos recortes, presumiblemente encaminados
a reducir el déficit. Lo que se esconde detrás de este término es
el pago de la deuda a los usureros especuladores que manejan las
grandes fortunas, y que son, en definitiva, quienes han provocado de
forma intencionada todo este desastre. No quisiera repetirme, pero no
quiero dejar de decir, que este sistema financiero solo está pensado
para que unos pocos, controlen a través del dinero, al resto de la
humanidad. Porque gracias al dinero controlan los ricos, pero
limitados recursos del planeta, nos obligan a trabajar de forma
innecesaria, gastando el tiempo de nuestra preciada vida en cosas
inútiles, y que además dañan el entorno y perjudican a otras
personas.
Piénsenlo
muy bien antes de hacer una inversión, no se dejen llevar por la
avaricia a que estos delincuentes de corbata inducen. Piensen, que
hasta que nadie lo remedie, el dinero es el producto de nuestra
esclavitud, y perderlo es hacernos más esclavos.
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