Las datos sobre el
fracaso escolar en España y en otros países, rebelan unas cifras
intolerables para una sociedad donde se hace cada vez necesario tener
un mínimo de cultura para entender lo que está sucediendo en el
mundo. Teniendo en cuenta estos datos, se comprende que la juventud
y el individuo, en general, no entienda el sometimiento al que están
sujeto. Si uno desconoce la verdadera situación en la que vive, es
normal que tampoco quiera cambiarla, y mucho menos enfrentarse a
ella.
La ingenuidad nos
puede conducir a pensar que este hecho es casual y no lo ha buscado
nadie, pero analizando el origen de la educación obligatoria, se
comprenderá perfectamente que este hecho es algo planificado desde
el principio y que sus objetivos no han cambiado.
Lo que conocemos hoy
como sistema de educación se remonta a los tiempos de Napoleón.
Aunque antes ya se había implantado en Alemania de 1717 por el rey
Federico Guillermo. Pero fue Napoleón, este controvertido y
despótico personaje histórico, quien lo extendió por toda Europa,
trasladándose, sin cambios, al nuevo mundo. Es conocido como sistema
escolarización prusiana.
El objetivo de
Napoleón, como la idea original aplicada en Alemania, era dar los
conocimientos necesarios al pueblo para que este sirviera al estado.
Soldados obedientes y disciplinados, buenos trabajadores, y todo
ellos adoctrinados en un sentido patriótico para consolidar la
fuerza del estado nación . Para ello diseño dos sistemas o niveles
principales. Un sistema que se limitaba a la alfabetización y
adquisición de los conocimientos necesarios para hacer trabajos o
ser soldados rasos. Este sistema era obligatorio de la misma forma
que lo es ahora. Por otro lado, un sistema educativo más avanzado y
completo, se impartía para los que tenían talento, aquellos que
debían estaban destinados a dirigir los trabajos o los ejércitos,
pero, como ahora, se limitaba al ámbito donde donde desarrollaría
su actividad el individuo. Era algo equiparable a las actuales
universidades. Había un tercero, mucho más completo y libre, pero
solo al alcance de los hijos de los gobernantes y personas de gran
poder económico. Para estos, ningún conocimiento estaba vetado o
oculto, pues como en nuestros días, se lo podían permitir con
dinero. El objetivo de este sistema elitista es equiparable a las
universidades de prestigio de nuestros días.
“Mediante
la escolarización obligatoria, todo el mundo aprendería que «el
trabajo hace libre», y trabajar para el Estado, incluso dejando la
propia vida a sus órdenes, era la mayor libertad de todas.”
Así es como veían
el mundo los primeros ingenieros sociales, una idea que no ha
cambiado desde el nacimiento de la educación obligatoria hasta
nuestros días. Seguramente, y como no aporto muchos datos, a algunos
puede que esta visión particular de la educación les parezca
simplista y poco objetiva. Pero si analizamos fríamente los
conocimientos adquiridos por nuestros hijos y la forma en que se les
educa en los colegios, veremos que es así; aunque nos la quieran
vender de mil formas. Para los creadores de este sistema educativo,
como para los que hoy lo dirigen, dejar la educación en manos de los
padres es peligroso. El control que ejerce el estado sobre el
individuo, es decir, el poder de los intereses económicos, que son
quienes controlan el estado, se pondría venir abajo.
Así pues, que quede
muy claro. Este sistema educativo obligatorio, no ha sido diseñado
para expander nuestra mente, fomentar nuestro ansia innato por
aprender, promover el crecimiento personal o mejorarnos como
personas; tan solo es un sofisticado método de control que se
implanta de forma obligatoria desde los primeros años de nuestra
vida. Encapsula el conocimiento, lo limita, y en lo que se refiere a
los conocimientos históricos, si es necesario, se manipulan para
justificar el propio estado.
No nos extrañe
pues, que los alumnos se desmotiven, que los profesores se comporten
como trabajadores, y no como maestros. Porque la educación
obligatoria esta precisamente para eso; desmotivar. Hay mucha
diferencia entre un maestro y un profesor. Los padres somos maestros,
pues transmitimos nuestro conocimiento a través de la experiencia,
los profesores solo imparten los conocimientos que les permiten
impartir. No es la educación la que nos hace libres, sino el
conocimiento adquirido a través de nuestras experiencias o las de
otros. Esto es lo que hace a un ser humano sabio, contestario y
peligroso para aquel que quiera someterlo.
Es recomendable ver este vídeo para comprender mejor de lo que hablo.
El ignorante no nace; se hace.Al ignorante ya se le va inculcando la ignorancia desde la cuna. Los padres de los ignorantes procuran inculcar a sus retoños sus ignorancias: ir a misa, ser obedientes ante los superiores para no tener problemas, procurar pensar como los demás para no desentonar. El ignorante va creciendo deglutiendo la telebasura, tomando Cola Cola y zampando bocadillos rebosantes de hormonas en los Burger Kings y jaleando a los millonarios jugadores del Madrid, Barça, etc, y pagando burradas en las taquillas de los estadios -tras haber pasado la noche a la intemperie para conseguir ver, en vivo, los goles de Ronaldo.y Messi. Acuden en manada borreguil al concierto de tal o cual cantante, y pueden desplazarse cientos de kilómetros para escuchar unos gritos del un cantante de fama mundial. A la hora de votar, entregan su voto sin el menor criterio y vuelven a dar su confianza a los mismos por mucho que olvidaran de cumplir sus promesas electorales y les suprimieran conquistas sociales. Entre tanto, la prensa, telediarios, periódicos, etc. ofrecen todos los muertos que se producen en el mundo, pues son esas noticias las que alimentan a la plebe. En tanto el DOMINADOR mueve los hilos del mundo, enriqueciendo a unos ( ellos mismos) y arruinando a los DOMINADOS (el resto). Los dominadores son los dueños de los medios de comunicación, o bien con sus millones imponen la desinformación necesaria para que los dominados continúen entusiasmados, alimentándose con el “menú” que les preparan sus amos en las alturas. Y se hace necesario el despertar de los dominados, pero les resulta difícil salir de la inercia que han aprendido desde la cuna. ¿Y quienes son los Dominadores? Pues pobres criaturas que sólo poseen millones y más millones. Y que son dignas de tanta compasión como los dominados.
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