Syriza o Podemos se
presentan como gallos de pelea contra el sistema, pero al final
acaban siendo defensores del mismo. Así sucede porque, en realidad,
detrás de estas formaciones políticas no hay más que un manojo de
ideas ilusorias. Los seguidores de estas formaciones, pobres ilusos,
ignoran que solo es posible la revolución si previamente se
desmantela el sistema capitalista; algo que ninguna de estas
formaciones a propuesto ni propondrá, porque fueron creadas por el
propio sistema como cruz de la misma moneda.
El propio Pablo
Iglesias, a la hora de criticar a Alexis Tsipras, afirmó que tenía
que haber negociado más. Sinceramente, esto no es lo que se
esperaría de un líder revolucionario. Lo lógico, dada el supuesto
pensamiento revolucionario de Iglesias, es que lo hubiese dicho otra
cosa, como por ejemplo, que Alexis tenía que haber mandado a la
CE y al FMI al mismo lugar donde los islandeses los mandaron en su
momento desde el principio. Pero está claro, que tanto Iglesias como
Alixis, como cualquier marioneta que crea este sistema, obedecerá
a sus amos. Así pues, bajo ese manto de revolucionario y
perro-flauta, no hay más que otro sirviente del sistema, jugando a
ser el poli bueno.
Ya no se puede
seguir ideales de hace cientos de años; capitalismo, comunismo,
nacionalismo y todos los demás ismos. Todos estos conceptos han
quedado eclipsados por el conocimiento, la ciencia y la razón.
Estos ideales, basados en la lucha de clases, deberían ocupar el
mismo lugar que ocupa la religión. Aquel que siga esgrimiendo estos
ideales como bandera, sean del lado que sea, solo solo es una piezas
del juego que se está jugando en tu mente. Un juego hecho para
distraerte mientras te exprimen como fruta en la licuadora.
El próximo domingo,
por una vez, y sin que sirva de precedente, Alexi concederá la voz
al pueblo griego, algo que se debería hacer con cada ley o cada
decisión de cualquier gobierno; vamos, lo que debería ser normal
en una democracia de verdad. Pero por una vez será concedido, como
si fuese un gran regalo de un gran demócrata, un regalo envenenado.
Porque sea cual sea el resultado, ya es demasiado tarde. Los
griegos, ya no pueden desvincularse de este sistema. Además, votarán
en un ambiente de incertidumbre y miedo, aterrorizados por las
amenazas de esos terroristas económicos llamados banca privada y sus
sirvientes, bombardeados por los bien pagados sicarios de la pluma.
Si deciden no asumir las condiciones de sus acreedores, sufrirán
penurias y aislamiento. Quizás, hasta tengan que echar mano de las
armas que el gobierno alemán le obligo a comprar a condición de
estos le prestasen dinero. Esas armas podrían servir ahora para
contener la furia de un pueblo umillado.
Pero la cosa no
acabará allí, claro que no. Este plan es mucho más complejo de lo
que parece. Todo el sistema económico está a punto de colapsar y
Grecia puede ser el detonante de una bomba de proporciones inauditas.
Una bomba, que de estallar, reiniciará el sistema e impondrá el
nuevo orden que tanto ansían las mentes perversas que están detrás
de todo esto. Unas mentes que han ideado un plan donde nadie pueda
quedar fuera de control.
Imaginen un mundo
donde tarjeta de crédito y documento de identidad estén fusionados,
donde se elimine el dinero efectivo ¿Donde quedará la libertad
entonces? Este es el plan, lo que pretenden de esta nueva crisis
artificial.
Defenderse de lo que
ya parece inevitable es difícil a estas alturas, pero todavía hay
tiempo. Algunos acumulan oro, sobre todo los más ricos, pero el oro
no llena los estómagos y su valor es como el del dinero, tiene el
que le quieran dar. Los más listos, están haciendo acopio de
tierras fértiles, a ser posible con agua, pero la propiedad de la
tierra es algo que depende de los gobiernos y de las leyes, que
pueden cambiar al antojo de regímenes totalitarios. De la misma
forma que ya hoy, muchos gobiernos hacen pagar impuestos por el Sol
o uso del agua, en el futuro pueden exigir tributos impagables por
las tierras o explopiarlas. La única forma de desbaratar los planes
de la élite, es la desobediencia y la resistencia pacífica. Lo
único que necesitan para mantenernos sometidos es nuestra atención
y sometimiento voluntario. Solo quitándoles eso, su feudo,
aparentemente inexpugnable, se vendrá abajo.
Hay muchas
alternativas para organizar el mundo y la sociedad humana, de forma
que todos, sin excepción, tengan las mismas oportunidades y puedan
realizarse como seres humanos. Desde luego, ninguna de las propuestas
que tiene para nosotros los que ostentan el poder en estos momentos
de oscuridad, desea eso para nosotros. Porque para que halla ricos,
debe haber muchos pobres, algo que nunca debería suceder en un mundo
de abundancia como este, que bien gestionado y aplicando la ciencia,
debería procurar nuestro bienestar.
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