Resulta un poco frustrante ver como muchos todavía no se han enterado de que va el movimiento 15M. Aunque es algo muy normal, dada la gran desinformación que hay en los medios de comunicación y que estamos en los inicios.
Voy a intentar exponer aquí lo que está pasando y lo que puede conducir este movimiento. Tengan en cuenta que solo soy una persona más, no soy un experto ni un analista político, tan solo un ciudadanos más que busca respuestas y que intentará en este texto resumir lo que pienso desde mi punto de vista. No pretendo convencer a nadie, ni nada por el estilo. Lo hago porque me gusta escribir y reflexionar en voz alta. Dicho lo cual comienzo.
Supongo que todo el mundo ha deducido que el origen del movimiento 15M se ha iniciado a causa del gran descontento social producido por la crisis económica, la falta de democracia y la corrupción generalizada. Muchas personas, jóvenes sobre todo, que han visto como sus expectativas se han visto reducidas por la falta de trabajo, se han echado a la calle, y esto a arrastrado a muchas otras. Esto ha sido el detonante. ¿Pero porqué lo han hecho antes? La respuesta es bien sencilla. La sociedad que hemos creado tiene una inmensa capacidad de crear distracciones para el control de nuestras mentes, sobre todo para la de los jóvenes. Hasta ahora habían sido suficientes para mantenerlos alejados de las calles y dóciles, pero la crisis económica y política que se ha producido en este país las ha anulado; se puede decir que hemos alcanzado la masa crítica por un sistema que colapsa por su propia naturaleza..
Si analizamos un poco la dirección de las protestas, hacia donde van dirigidas y que se pretende cambiar. Enseguida nos daremos cuenta que hay varios objetivos y una enorme dispersión de ideas. Como he dicho en mi otro artículo, coexisten varias corrientes, que coinciden en varios puntos pero disienten en lo básico, que es objetivo, lo que se pretende conseguir. Pero antes veamos cual es el origen del problema, ya que es necesario conocerlo para poner soluciones y clarificar los objetivos.
No es difícil de ver el problema cuando lo tenemos delante de nuestras narices. Es el propio sistema en causante de todo. Un sistema que se basa en el egoísmo personal y en la avaricia, que fomenta las desigualdades sociales, la rivalidad y la competencia. A todo esto los economistas le llaman incentivo ¿Incentivo para qué? Para obtener beneficio ¿y que es el beneficio? Cabría suponer que un mundo mejor, mas justo, más humano, pues no. A este beneficio lo llamamos dinero. Todo se hace por dinero. Los políticos se compran con dinero, los funcionarios, la policía, los jueces, todo en este sistema puede ser valorado y comprado. La felicidad se compra, se compran el bienestar, el entretenimiento, incluso la democracia y las guerras. Este sistema no da recompensas a la gente honesta, a los altruistas, tampoco a la medicina que cura, pero si lo pervierte todo. Es capaz de sacar lo peor de nosotros mismos, de hacer que delincamos por conseguirlo, vender nuestra voluntad y nuestra vida por el. Si fuese creyente, podía decir que parece un sistema ideado por el mismísimo diablo. Podéis analizarlo desde cualquier perceptiva posible. Allí donde esté la injusticia siempre está el dinero por medio. Si, claro, muchos dirán que gracias a él hemos avanzado mucho ¿Pero como lo hemos hecho, y si lo hemos hecho hacia donde? ¿Hacia una sociedad más justa, hacia una vida más fácil y sencilla? No, avanzamos a pasos agigantados a una sociedad de esclavos cada día más controlada, con mayor desigualdad y peor calidad de vida.
Creo que he dejado bastante claro cual es el problema, ahora vamos a analizar porque conociéndolo no hemos sido capaces de cambiarlo ni darnos cuenta del problema.
Una de las principales razones por las que no hemos sido capaces de cambiarlo es el miedo. El miedo a la perdida de la supuesta seguridad y el bienestar que da el dinero. Esta idea se ha infiltrado tanto en nuestras vidas que somos incapaces de ver su abrupta trama. El mismo sistema parece que tenga vida propia y se auto proteja de cualquier amenaza. Día y noche somos constantemente bombardeados por mensajes que nos hablan de la seguridad que da el dinero, de los beneficios que aporta a nuestra vida poseerlo. El secuestro de nuestra conciencia en tan amplio, que somos incapaces de ver, otras posibilidades. Sin ir más lejos, a la mayoría de personas que le cuentas esto, que es una realidad palmaria, te mira con escepticismo en el mejor de los casos, cuando no, con la firme condición de que está hablando con alguien trastornado. Estas personas tiene su visión tan cercenada, que no son capaces de ver la realidad que les envuelve. Y es comprensible, porque hay que ver que este sistema se aprovecha de una las debilidades del ser humano más susceptibles de ser manipulada. El miedo irracional a la pérdida. El apego, ya descrito por Buda hace más de cuatro mil años como uno de los principales defectos de la mente, es una de las mejores armas que tiene el sistema para perpetuarse. Buda también describió : “Cuando somos movidos por el apego quedamos paralizados, pues una vez apegados no estamos disponibles a los cambios. Solamente cuando superamos el apego nos tornamos libres para escoger”.
La mayor parte de la población apegada a este sistema y al margen de su propia realidad como esclavos. El movimiento Zeitgeist con sus tres películas y miles de personas que han despertado de esta pesadilla, han intentado transmitir a la sociedad con más pena que gloria esto de lo que estoy hablando, pero el rival es muy poderoso, se de nuestros defectos, pero además tiene guardianes y siervos especiales. Ningún gobierno actual se atrevería, ni tan siquiera, a cuestionar el actual sistema, por tanto, mucho menos a cambiarlo. Ellos, al contrario, nos dicen que la democracia es el mejor sistema, pero no se refieren a su democracia y no a una democracia real. Su democracia es una ilusión. Recordemos que ilusión es algo que creemos que es pero no es así, de ahí el término ilusionista, los políticos son ilusionistas. Piensen por un momento en lo que conocemos como democracia, que poder de decisión nos da y en que se diferencia de una dictadura tutelada que se renueva cada cuatro años. Haceros estas preguntas. ¿Quien a dado a los políticos que hemos votado permiso para que recorten los servicios sociales, la sanidad, nuestros derechos y que nos alarguen la vida laboral? ¿Estaba eso en el programa electoral que tú has votado? ¿Y si hubiésemos elegido otros, no hubiese hecho lo mismo sin pedir permiso al pueblo? ¿Es esto lo que llaman democracia, o bien es la imposición del sistema a sus vasallos? ¿Hay alternativas?
Esta es la pregunta más importante que nos podemos hacer en este momento, y la respuesta es sí, hay muchas alternativas. Alternativas que están al margen de la ideología y de los partidos políticos. Son ideas que ponen la tecnología al servicio del hombre y no del lucro. Esto es muy largo de explicar, así que lo dejaré para otro momento, o mejor podéis informaros por la red, que información hay para quien tenga ganas de despertar.
Sabido todo esto, creo que nuestro primer objetivo es abolir este sistema. Al contrario de que que podías pensar no es necesario mucho, tan solo que nos pongamos de acuerdo, casi nada verdad.
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