Lo lógico o humano, es que después de
promulgar las medidas económicas más duras que se han tomado contra
la población española, nuestros representantes en el congreso
hubiese salido del mismo con lágrimas en los ojos, o al menos,
desalumbrados, por haber “tenido que tomar estas medidas”. Pero
lejos de esto, ellos, que viven completamente al margen de las
penurias diarias de los que les votan, explotaron en júbilo y
aplausos. Incluso, cuando se anunciaba la retirada de una buena parte
de los ayudas a los parados, una diputada, Andrea Fabra, se le puedo
escuchar decir a viva voz “que se jodan”. No quisiera yo pensar
que esto iba dirigido a aquellos que se han quedado sin nada, y que
tiene que sufrir la humillación de recurrir a las ayudas sociales
del estado para poder sobrevivir. Pero aunque su vulgar exclamación
fuese dirigida a la oposición, no tiene perdón. Esta señora
debería ser expulsada de forma inmediata de la vida parlamentaria,
al igual que cada uno de los que aplaudieron las medidas. Es más, se
le debería apartar de cualquier cargo público. No puede ser, que
aquellos que dicen que nos representan, se alegren de jodernos a
todos. Quizás su alegría fuese debida a que han contentado a sus
verdaderos representados, a los intereses de los bancos, de las
multinacionales y del poder financiero, en definitiva. Quizás por
eso aplaudían tanto, por haber hecho bien el trabajo que le habían
encomendado sus amos.
Ya no creo que hagan falta más pruebas
para comprender que esta democracia es una farsa y que esta crisis
también lo es. Los que están en el poder, los que se benefician de
esta situación absurda e injusta, no van ha reconocerlo, no van ha
hacer nada por cambiar las cosas. Ahora le toca la pueblo, a cada uno
de nosotros tomar las decisiones que pongan a toda esta gente en el
lugar que les pertenece. No hace falta la violencia, simplemente no
obedecer sus leyes, no utilizar su dinero fabricado de la nada, no
pagar sus impuestos del medievo. La energía, el suelo como el agua,
nos pertenece por derecho de nacimiento. Nos pertenecen los frutos de
la tierra, la electricidad y todo aquello que es fruto del hombre,
como el conocimiento. Nadie tiene derecho a cobrarnos por algo que es
nuestro.
Hay muchas formas de repartir los
recursos, el trabajo y el bienestar que unos podemos dar a otros.
Pero el poder nunca los tendrá en consideración, jamás estará
dispuesto, solo cada uno de nosotros, desde nuestras acciones,
podemos poner coto a esta ignominia reiterada.
En México vuelve a ganar el PRI, en
Grecia los conservadores, aquí, PESOE y PP se van turnando en
gobiernos cada vez más ineptos, en todos los países sucede los
mismo, las mismas alternativas se suceden en el poder,sin dar cabida
a opciones nuevas; estamos en un punto muerto, atascados en nuestra
evolución como sociedad, condenados a sufrir la avaricia de unos
cuantos que viven como peces en el agua en esta situación absurda.
No hacen falta líderes para tomar decisiones, solo quitarnos este
miedo irracional al cambio y marchar hacia delante, dejando atrás a
esta casta parasitaria. Toda sociedad que no avanza está condenada
al fracaso, y no creo yo que sea nuestro deseo terminar sucumbiendo.
Si seguimos dejando en manos del poder nuestras decisiones, pude que
acabemos siendo algo parecido a una colmena, donde nuestra
individualidad se reduzca a la nada.
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