Una de las premisas fundamentales para
que exista un estado de derecho democrático, es que exista justicia. Esta, además, debe cumplir con ciertas
premisas para que esta se pueda llamar justicia. Debe ser completamente independiente del resto de los poderes públicos,
gratuita, diligente y rápida en sus actuaciones. Si cualquiera de estas condiciones no se cumple, no será una buena justicia, pues no será para todos igual. De estos males ,que pueden aquejar al poder judicial, el peor, con diferencia, es sí está se ve infiltrada por cualquier otro poder; ya fueren el estado u otros poderesde naturaleza económica.
España es es un país en que la picaresca se ha institucionalizado y los pícaros ya no rondan los barrios pobres y suburbios, se han profesionalizado y se instalan en el parlamento. Mentirosos, vagos y maleantes disfrutan de cómodos sillones mientras mienten, estafan al pueblo y corrompen todo, hasta la justicia. Han sido ellos los que han hecho de la justicia de este país un cachondeo, los que han removido los cimientos de esta institución para convertirla en una herramienta de sus intereses. Gracias a la intervención de sus señorías, los diputados y algunos juecez, se ha perdido el poco prestigio que le quedaba a la justicia. Ha sido la colaboración necesaria de algunos jueces, que obedecen sin oposición, ya sea por interés personal o afinidad política, a los caprichos del poder. También por dejación de sus funciones, por colaborar en decisiones políticas, sentencias arbitrarias o cambiar de parecer según soplen los vientos del dinero.
España es es un país en que la picaresca se ha institucionalizado y los pícaros ya no rondan los barrios pobres y suburbios, se han profesionalizado y se instalan en el parlamento. Mentirosos, vagos y maleantes disfrutan de cómodos sillones mientras mienten, estafan al pueblo y corrompen todo, hasta la justicia. Han sido ellos los que han hecho de la justicia de este país un cachondeo, los que han removido los cimientos de esta institución para convertirla en una herramienta de sus intereses. Gracias a la intervención de sus señorías, los diputados y algunos juecez, se ha perdido el poco prestigio que le quedaba a la justicia. Ha sido la colaboración necesaria de algunos jueces, que obedecen sin oposición, ya sea por interés personal o afinidad política, a los caprichos del poder. También por dejación de sus funciones, por colaborar en decisiones políticas, sentencias arbitrarias o cambiar de parecer según soplen los vientos del dinero.
Recientemente, fue llamado a cumplir
pena de siete años, un extoxicómano rehabilitado, con familia y un
trabajo estable desde hacía años. Su delito fue pasar una papelina
muchos años atrás. Dadas las circunstancias, cualquier sistema
justo hubiese considerado enmendadar este delito, otorgando un
indulto; pero no fue así. Y mientras esto sucedía, banqueros
que han llevado a la ruina a mucha gente, políticos corruptos o
traidores al estado, disfrutan de los beneficios obtenidos
ilícitamente de sus tropelías en libertad, o siguen en sus
privilegiados cargos públicos. Otros, que incumplen leyes, se niegan
a acatarlas, pero que disfrutan de todas las ventajas de su posición
y sueldo, siguen ahí también. Y otro caso sangrante es el de
aquellos mossos d'escuadra, que delante de las cámaras de seguridad
de la comisaría le dieron una terrible paliza a un ciudadano. Fueron
condenados a varios años de cárcel en primera instancia,
suficientes como para entrar en prisión. Pero e te aquí, que un
sentencia de apelación, un juez,contra todo pronóstico, acorta la
pena para evitar que los delincuentes confesos entren en prisión.
Pero no contentos con eso, fueron pocos los días en que tardo el
gobierno en darles un indulto, completamente injusto y fuera de
lugar. Mientras esto sucede, sentencias a partidos políticos corruptos se demoran y archivan en los juzgados; como los ERE de Andalucía.
Muchos ingenuos pueden pensar que
estos casos son pequeñas fisuras en el sistema, pero su notoriedad
da buena cuenta de la justicia que quieren. Una justicia que ya no
es igual para todos, y que depende del dinero que tengas para pagarte
un abogado o de la posición social que ocupes. Algo huele a podrido
en todo esto. Día a día se ve como evoluciona, en que sentido lo
hace y a donde va. Cierto que sería una falacia e injusto afirmar
que estos tres casos que expuesto son una prueba fehaciente, pero hay
muchas más,y no cabe ninguna duda, que es un hecho la infiltraciónque sufre la justicia de los poderes del estado. Querer una justicia
de pago se suma a los claros signos de totalitarismo y de indefensión
frente al poder. Leyes que se ponen encima de leyes, normas que
evitan la acción judicial, como en el caso de las multas
automáticas, donde ya se prescinde del juicio y del sentido común
del policía, para que sea una máquina y un entramado informático
el que te juzgue sin consideraciones. Las llamadas multas
preventivas, por lo que pueda pasar eres culpable.
Años atrás, la delincuencia era
mayor, había más hurtos y delincuentes, seguramente debido a
ciertas drogas que el poder promovió en los sesenta para derribar un
movimiento político incómodo. Ahora de eso ya no hay, pero el
precio que estamos pagando es la perdida de la libertad. Nos quieren
hacer vivir en un mundo feliz de buenos trabajadores, mejores
consumidores. No es el mundo feliz como a ti te gustaría, sino el
mundo feliz de Aldous Huxley. Una sociedad previsible, adoctrinada y
controlada hasta en sus más ínfimos detalles por el poder; donde el
ser humano deja de serlo para convertirse en un número sin alma ni
pensamiento propio. Es una fase más del nuevo orden mundial, que
queramos o no, están imponiendo.
Fuentes:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si no estas de acuerdo o quieres aportar algo, deja tu comentario.