El uso del dinero y la aceptación de
sus normas nos han llevado a la situación actual que soportamos la
gran mayoría de las personas de este bentito mundo. Estas normas
han creado una sociedad donde la mayor parte de los ciudadanos son
esclavos, atados por unas cadenas convenientemente disfrazadas de
estado del bienestar.
La ingeniería social llevada a cabo
por poderes fácticos no elegidos por nadie, ha dado como fruto una
sociedad dividida en cuatro grupos bien diferenciados; todos ellos
sosteniendo y sirviendo al sistema. Utilizando un símil podemos
decir que una selecta y muy reducida minoría forjan las cadenas,
otros se ocupan de ponerlas, otros las mantienen pulidas y
brillantes, y por supuesto, la gran mayoría que somos quienes las
llevamos puestas. Los primeros son plenamente conscientes de lo que
hacen, pero los demás ni siquiera son capaces de reconocer a quienes
sirven ni su condición; éstos simplemente actúan por inercia
inconsciente.
El dinero, o más bien la perversión
de su utilidad, tiene una importancia vital para la élite, pues
es la herramienta envenenada que utiliza. Gracias ha esta herramienta
nada sucede que no esté controlado desde arriba, no hay avances que
puedan cambiar el sistema establecido y que podrían estropear esta
máquina opresora llamada civilización. Gracias al control ejercido
por el poder mediante artimañas como el mal uso del dinero, es
posible mantener y gestionar el sistema jerarquizado de esclavitud.
Es de reseñar que el penúltimo
escalafón de esta escalera de poder, los que mantienen en buen
estado las cadenas, empresarios, funcionarios y periodistas y que
se ocupan de hacerle el trabajo sucio a los del escalafón superior,
los políticos y banqueros; deberían ser al menos un poco
conscientes del sufrimiento que causan. Así cabría esperarlo por
su cercanía con los encadenados y su gran distancia jerárquica con
los del nivel superior; pero no. No dudan en su criminal trabajo de
hacer lo necesario para contentar a los amos. Se puede decir sin
tapujos que son la peor de las castas, ya que apenas reciben algunas
ventajas y algo más de dinero que el escalafón inferior.
Para cerrar este círculo de poder, una
educación bien planificada, dirigida a la aceptación de lo
establecido y a no cuestionarse nada y un sistema represor de leyes,
consigue el completo sometimiento de la mayor parte de la humanidad,
la situación actual.
Lo que conocemos como civilización
siempre ha sido un sistema de represión jerarquizado, y hoy más que
nunca, se ve con claridad cual es su objetivo final. Esta crisis
artificial no es otra cosa que un paso adelante más. Una maniobra de
las élites que se ha acelerado el proceso de sometimiento . Con
la crisis ha caído la libertad, los derechos sociales y los
servicios, pero no para los que más tienen, solo a los que llevan
las cadenas.
Grecia es el mejor ejemplo de lo que se
pretende, del futuro que nos espera si no hacemos algo para romper
estas cadenas. Cadenas que en realidad solo son una ilusión que no
quieren que sepamos que es.
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