Hemos llegado a un punto donde saber si
estamos cometiendo algún delito o no se ha convertido en una
terrible incógnita. Se han hecho tantas leyes y tantas regulaciones,
que es casi imposible saber si uno es un delincuente o no. Este
control desmesurado de nuestras vidas dificulta enormemente salirse
de lo establecido; se puede decir que que lo hace imposible. Las
leyes o normas ya no sirven para protegernos unos de otros, se han
convertido en una forma de dominación violenta y opresora que va en
contra la libertad personal, no tan solo por su excesivo número,
sino por su dudosa procedencia y falta de legitimidad.
Las leyes han dejado de cumplir su
función y ahora sirven al poder, ante el cual estamos completamente
indefensos. Porque para poder defendernos de él, necesitamos ser
expertos o tener el dinero suficiente para poder pagar un abogado que
sepa algo de sobre esta tela de araña. Es decir: en cualquier caso
siempre perdemos.
Sabemos que muchas de estas leyes están
hechas al dictado de intereses espurios que nada tiene que ver con el
bien común de los ciudadanos. Una veces derivadas de los intereses
de grandes compañías, otras para robarnos y otras por intereses
políticos; ya bien sea para auto-protección del mismo poder o de
los partidos políticos corruptos que las promocionan.
Cuando se ejerce la violencia y con
ellos se crea miedo, condicionando así la libertad de las personas,
se le llama terrorismo, y exactamente es de lo que estamos
presenciado; terrorismo de estado en toda su extensión. No estaría
escribiendo sobre esto, si supiese o no tuviese dudas que las leyes
parten de la voluntad popular, pero desgraciadamente no es así. Hoy
la voluntad popular es un espejismo, una falsa democracia en la que
nos muestran como verdadera, pero que, en la práctica, no podemos
actuar ni ejercer cambio alguno.
Las mismas leyes y normas hechas por
los que perpetúan esta ilusión, son los mismos que hacen leyes para
evitar que participemos activamente en ellas. La corrupción
política, gran parte de nuestra infelicidad y la usurpación del
poder por intereses económicos, son tan solo, algunas de las
consecuencias de dejar en manos de profesionales, lo que es un deber
del pueblo.
Salir de esta situación tan lamentable
es realmente complicado. El ser humano social, no ha conocido nunca
la libertad, así pues no sabe por lo que luchar ni tiene ese
objetivo en mente. Precisamente porque es social y se integra dentro
del sistema creado para su dominación y servidumbre. Un sistema en
el que ha estado integrado sin tener conciencia de ello, ni de que
se ha diseñado para encarcelarlo. El poder siempre ha utilizado
muchos recursos para mantener oculta esta gran verdad. Pero
cualquiera de los que vive dentro de este sistema, en lo más
profundo de su ser, mantiene vivo su deseo de libertad. Es una
sensación de que falta algo, de que no está completo. Si tú
sientes eso analiza el porqué y te darás cuenta enseguida de la
causa. Al margen de nuestra vida sentimental, de lo material o de
todo aquello que nos produce un placer momentáneo, esta ese deseo o
anhelo.
Nunca encontraremos libertad dentro de
la sociedad que ha sido creada, precisamente, para reprimirla. Por
otra parte, cambiar la sociedad, solo sería posible si se
compusiese en su mayor parte de personal libres, algo que hoy en día
es una quimera imposible. Para empezar a cambiar solo podemos buscar
la libertad personalmente, desde dentro. En principio conociendo y
siendo conscientes de nuestra situación real; siendo honestos con
nosotros mismos y no cayendo en las mentiras que la sociedad actual
nos ofreces; zanahorias para burros.
Formas hay a cientos, pero solo un
ejemplo. Si un ministro de educación inepto, que sirve al sistema,
recorta vuestro derecho a la educación, no le deis encima la
recompensa que supondrá para él una huelga. Ocupad los centros
educativos, aprender unos de otros y utilizando el material y medios
de los que disponga el centro para ello. Al fin y al cabo, esos
centros y sus recursos los han pagado vuestros padres, son vuestros.
Organizar clases de filosofía, de política o de todo aquello que no
les interesa que aprendáis, y así comenzaréis a ser más libres,
más críticos y menos condescendientes con los opresores. Pesad
antes de actuar en cual es el objetivo final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si no estas de acuerdo o quieres aportar algo, deja tu comentario.