Disponer de mucha
información suele ser para ti una ventaja a la hora de tomar
decisiones, pero si la información proviene de gente interesada en
confundirte o engañarte, tus decisiones serán siempre erróneas e
irán encaminadas a cumplir los deseos de quienes producen
información defectuosa. Es por ello, que saber leer entre líneas
y separa el trigo de la paja es una cuestión ineludible en estos
días, donde la información abunda casi tanto como las mentiras o
las falacias.
Ante la crisis
premeditada y ejecutada por la élite, algunos movimientos sociales,
considerados de corte izquierdista, nos plantean soluciones, y
aunque nos pueden parecer buenas, seguirlos ciegamente sin análisis,
de la misma forma que seguimos a otros antes, podría ser un error
más en nuestro camino al desastre. Seguro que hay buenas
intenciones en los individuos que están dentro de estas
organizaciones, pero no encontraremos en la organización en sí
nada que nos haga pensar que quieren darnos la libertad que nos han
quitando otros. Para descubrir sus verdaderas intenciones hay que ir
a sus principios, basados en una ideología trasnochada y que se me
antoja muy parecida a la ideología de sus eternos enemigos
imaginarios, a los los que llaman los de la derecha. Y digo
imaginarios, porque el enemigo, si lo debemos considerar así, no es
la derecha ni el capitalismo, o el comunismo como dicen el bando
contrario; esto es una mentira más que nos han hecho creer como
verdad para fomentar un enfrentamiento de ideas que en realidad no es
tal. Quien crea enemigos lo hace solo como una forma de manipulación
para llevarte a un pensamiento visceral de odio. Es cierto que hay
muchos enemigos a vencer, pero todos están dentro de ti. El miedo,
la falta de responsabilidad y tu indecisión, solo por citar algunos
te los enemigos reales a los que te enfrentas. La historia nos enseña
claramente cual es el destino de los hombres que creen que el enemigo
está fuera. Cuantos millones murieron por seguir a falsos profetas
que prometían prosperidad y libertad achacando de su falta un
enemigo, sabemos lo que pasó porque sus nombres están impresos en
lápidas o en fosas comunes. Se trata de promover en el eterno
engaño de la la dualidad, izquierda derecha, bueno malo, el bien y
el mal. Esto acaba traduciéndose en enfrentamiento, no solo entre
seres de la misma especie, sino contra el sentido común. También,
y aunque parezca una contradicción, hay cuidarse mucho de los que de
los movimientos sociales que reclaman más democracia como
solución. No sé si por desconocimiento o intención, obvian que la
democracia nunca ha sido un fin en si mismo, sino un medio. El fin
debería ser la justicia, la igualdad y la libertad, todo lo que se
aleje de esos fines es sospechoso de proceder del sistema.
Es comprensible que
con todos estos dilemas te sientas perdido, porque es lo que desean.
Entre unos y otros no sabes por donde tirar ni te fías de nadie.
Mientras te debates en ir hacia la derecha que te oprime, o hacia la
izquierda, que promete lo que nunca cumplió cuando estuvo en el
poder, los que manejan los hilos de ambos bandos sacan provecho de
ti. Los que han creado este paradigma, siguen conspirando y
aprovechándose de tus dudas, haciendo leyes cada vez más duras, que
te quietan tu libertad y te someten a la esclavitud absoluta, como
fue su pretensión desde el principio.
Desde muy pequeño
te enseñaron que debían existir las normas y que debías
respetarlas. Más tarde, te sentaron en un pupitre y te enseñaron el
mundo tal y como ellos querían que lo vieses; así fue como te
cortaron las alas de tu imaginación, que podían haberte llevado
mucho más lejos de donde has llegado. Cuando creciste dentro del
sistema te diste cuenta que había muchas leyes y que las leyes no
eran sinónimo de justicia. Quizás fue entonces cuando despertaste y
te diste cuenta en que mundo vivías, pero ya era tarde. Demasiados
compromisos adquiridos con el banco, los impuestos y tu nombre en
mayúsculas en todos los documentos que te marcan como ganado humano;
demasiado sumido en los placeres mundanos diseñados para desviar tu
atención. Cuando te preguntaste porque existían la leyes,
posiblemente te darías cuenta de una cosa muy importante; las leyes
existen solo para que pienses que el ser humano es por naturaleza
estúpido. Es como un crío que nunca crecerá al que se debe cuidar
y él que siempre que siempre necesitará un padre estado que esté
cuidándolo y le diga lo que tiene o no tiene que hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si no estas de acuerdo o quieres aportar algo, deja tu comentario.