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martes, 30 de enero de 2018

Un parásito llamado estado.




Cuando alguien  se plantea qué le impide ser feliz, no suele incluir al estado como una de las  principales causas de su infelicidad, por el contrario, ve al estado como una entidad que le protege de males y lo defiende frente a las adversidades.  No es de extrañar, ya que el mismo estado siempre dice que lo hace todo por nuestro bien. Nos  multa por nuestra seguridad, nos fríe a impuestos para que vivamos mejor, actúa secretamente por nuestra  seguridad, etc. Según ellos  siempre está velando  por nosotros.

Porque no  se confundan: cuando la dirección general de tráfico, que es parte del estado,  coloca radares en las rectas, siempre en una pendiente descendente,  lo hace por su seguridad, no para recaudar ni para que se ponga nervioso al volante. Cuando el estado gana dinero con el reciclado de basura y no te da parte del beneficio para que no pague tantos impuestos de basuras, no está recaudando de más,  está velando para que proteja usted el medio ambiente. Cuando el estado vende empresas públicas a entidades privadas para que están las gestionen, el estado  está mirando por la calidad de los servicios, y no, como algunos malpensados creen, malvendiendo el patrimonio que hemos pagado todos con los impuestos. Desde luego, esto no lo hace el estado  para lucro de unos pocos, sino por el bien de todos. Cuando el estado no controla los precios de la energía y hace leyes que desaniman a utilizar energías renovables o impiden   el auto-consumo, el estado no está dificultando tú calidad de vida ni beneficiando a empresas privadas, está protegiendo el medio ambiente y evitando que consuma usted de más. Cuando el estado modifica las leyes que protegen a los trabajadores, mingoneando la acción de los sindicatos o proporcionando herramientas a las empresas para facilitar el despido libre, el estado está aumentando la productividad y fomentando una mejor calidad de empleo, por supuesto que no está, como esos criminales sindicalistas dicen, fomentando el trabajo precario y rebajando a los trabajadores a la categoría de esclavos. Podría seguir poniendo ejemplos, pero creo que queda bien claro por dónde voy. 

Cualquier estado o entidad legisladora, sea cual sea, como cualquier entidad que emane del dinero, no es otra  cosa que una extensión o una herramienta del entramado sutil diseñado para controlarte a usted y al resto de los que se someten al control.  Una poderosa herramienta de control a la vez que de  represión, fundamentada  en el miedo y la violencia. Porque amenazar con quitar la libertad o meterle la mano en el bolsillo si no se porta bien, es violencia; más cuando es muy difícil hacer algo sin quebrantar una de las miles de leyes que el estado ha creado para usted y su seguridad. 
Todavía quedan muchos, seguramente la mayoría, ya que de otra forma no se entiende,  que piensan que el estado  emana de la voluntad popular y no de los poderes económicos. Deberían hacerse una sencilla  pregunta
¿Qué hace que los candidatos consigan el apoyo necesario para ocupar cargos en el poder?
Hay tres respuestas posibles:

  1.  Su carisma.
  2.  Los votos.
  3.  Las campañas electorales.


La respuesta es compleja, pero cualquiera de las tres implica algo que no sale pero que está como respuesta; El dinero. Una persona puede ser muy competente y tener mucho carisma, pero si no se da a conocer no le votarán. Sí le votan hay otros candidatos, y puedo que ellos tengan más apoyo económico y no importará que sean peores, ya que una campaña electoral bien regada con el dinero de intereses económicos tendrá siempre ventaja.
Qué este sistema tan corrupto se haya mantenido durante tanto tiempo en una incógnita por la que no existe ningún interés de despejar. Es bien sabido las muchas estrategias desarrolladas  por el estado para prevalecer, la estamos viendo actualmente. Podemos y Ciudadanos, Grupos independentistas, son disidencia controlada, cado uno sirviendo a unos intereses concretos. Cuando algo huele muy mal, se pone un ambientador que enmascare el hedor, pero la mierda sigue estando ahí.  

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