La huelga en el sector del taxi me recuerda un problema que tendrá que ser afrontado por la
sociedad, más temprano que tarde. Este problema, por así llamarlo,
acabará con la profesión de taxista, al igual que lo ha ido haciendo con
otras. Los taxistas deberían tener en cuenta, qué el desarrollo de los
vehículos inteligentes sin conductor está a la vuelta de la esquina, por
lo que tendrían también que asumir que su desaparición es inevitable.
Será una crisis que formará parte de algo mucho más grave profundo, algo afectará
a la sociedad en su conjunto y que pordría producir el desplome deplorable sistema económico que la
sostiene.
Resulta paradójico que algo como no tener que trabajar
en labores tediosas no sea motivo de júbilo, pero para nuestra
desgracia, vivimos dentro de una sociedad regida por un sistema
capitalista que precisa del consumo para funcionar. Y claro, para que
haya consumo se precisa que la gente tenga dinero para comprar, y para
eso necesita trabajo. Si las máquinas nos libran del
trabajo tenemos un grave problema, pues no tenemos dinero y no podemos
comprar, con lo que el sistema se colapsa; no solo porque la gente no
compra, sino porque no puede pagar los impuestos que precisan los
gobiernos para prestar servicios, como la sanidad, las pensiones y su
corrupción. Dado que este proceso, que ya
está en marcha, se produce de forma gradual, no nos damos
cuenta de los efectos salvo por pequeños detalles y algunos despidos. Pero estos sucesos son
constantes y se están produciendo desde que comenzó la robotización. Aunque los gobiernos lo maquillen con prejubilaciones, tirando
de deuda y poniendo parches, llegará un momento que será imposible
sostener este sistema. En cierta manera eso debería de alegrarnos, ya
que es una autentica aberración y el origen de la mayoría de nuestras
calamidades.
No voy a entrar mucho en si son justas o no las
protestas de los taxistas o no, porque no es mi objetivo principal,
aunque sí diré algo al respecto que me parece mal. Quejarse de la
competencia desleal, cuando ellos gozan de una situación privilegiada en
comparación con otros trabajadores, no me parece muy justo. Más si se
tiene en cuenta que, si bien es cierto que a las empresas de vehículos
con conductor no les exigen tantos requisitos, también es cierto que la
limitación de licencias de taxi es una práctica que va en contra de la
competencia y en nada beneficia a los usuarios, por lo que tendrían que
hacérselo mirar antes de cortar las calles y fastidiar a la gente más de
lo que ya está. Si quieren protestar, deberían hacerlo contra quienes
permiten que todavía existan trabajos esclavos como el suyo.
La crisis mundial que se
avecina es inevitable y será causada por la insostenibilidad de un
sistema que es una auténtica aberración en todos los sentidos. Ya sea de
forma intencionada o no, este sistema solo ha producido desigualdad,
injusticia social y sufrimiento de la mayoría de la población mundial.
Ha esquilmado los recursos naturales y contaminado el planeta hasta
poner en peligro su supervivencia a largo plazo. Mientras estas
desgracias las sufre la mayor parte de la población, un minúsculo y
selecto grupo de personas, los artífices y servidores de este mal, viven
en la más depravada opulencia, atesorando toda la energía de los que
sufren en forma de dinero.
La revolución de la robótica podría
derribar este sistema o sumir el mundo en una época muy oscura.
Dependerá de cada uno de nosotros y de las cesiones que hagamos al poder
establecido que domina la economía y los gobiernos. En una sociedad
humana, con valores y bien informada y formada. La revolución de la
robótica, la desaparición de tareas tediosas que requieran un
deterioro físico y psíquico del individuo, debería ser motivo de
alegría. Pues nos podríamos dedicar a investigar, crear arte, adquirir
conocimientos y disponer de tiempo libre para
disfrutar de la vida y la naturaleza. Por el contrario, para una
sociedad adormilada y sumisa, gobernada por la avaricia y la corrupción,
solo puede tener consecuencias desastrosas. Los poderosos ya han analizado la evolución de este proceso, y saben que la consecuencia directa del mismo es que no necesitan de3 una gran masa obrera para sostener su poder y su fortuna. Así pues, imaginen cual puede ser su solución. En nosotros está la
decisión del camino a tomar, o les quitamos el poder o intentarán reducir la población mundial.
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