Como un árbol me mezo a merced de los vientos. Las estaciones se suceden y cada día me hago más grande y más viejo, quizás un poco más sabio, pero nada más. No sé cuanto tiempo le quedan a estas raíces para seguir absorbiendo la savia que me da la vida, lo que sé seguro es que un día una ráfaga de un mal viento me derribará y las arrancará de la tierra que me sustenta. Dejaré entonces mi legado, un vástago, algunas letras, tres amores, muchos sueños perdidos, cosas que pudieron ser y no fueron, más de una misión incumplida, y la vergüenza de dejar tras de mí un mundo peor de lo que estaba cuando llegué. Y llegado hasta este tiempo y viendo este pobre legado, me pregunto que miserable fuerza ata mis raíces a este lugar, a permanecer impasible y contemplando lo que ocurre a mi alrededor sin hacer nada. Observo pasar las estaciones y con ellas las injusticias y el dolor ajeno. Como granos de arena el tiempo se me escapa entre las manos sin poder hacer nada para detenerlo, y como un árbol permanezco impasible, distante e inmóvil.
Desde muy pequeño me enseñaron lo que estaba mal y lo que estaba bien, me enseñaron a ver las cosas con los ojos de otros, y no con los míos. Le dieron nombre las cosas que veía, a los colores, las letras, a los sonidos. Desde entonces ya no hablo con mis palabras, no veo las cosas como son, sino como me dijeron que eran, desde entonces permanezco impasible ante las cosas que puedo cambiar. Me digo a mi mismo que está mal, que no puedo hacer nada y que lo arreglen otros; me plantaron aquí para que fuese uno más.
Hoy rumores lejanos hablan que otros como yo se han desprendido de sus ataduras . Por alguna razón de las miles que hay, han empezado a caminar, han sacado sus raíces de la tierra para gritar fuerte su protesta. Que nos son árboles que son personas y están hartas e indignadas de tanta hipocresía, de tanta injusticia, de tanta mentira. Pasan delante de mí, y por fin me doy cuenta de mi condición. He estado aquí hasta ahora porqué he querido, he visto lo que he querido ver, he hecho lo que he querido hacer; la decisión siempre ha sido mía, siempre he tenido este poder.
Ya nunca más permaneceré impasible, ahora tomo el control y me levanto, despierto de este letargo y comienzo a caminar sin rumbo fijo, pero con la mirada puesta en lo que quiero. Y lo que quiero es dejar un mundo mejor, quiero ser parte de la revolución, dejar de ser un árbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si no estas de acuerdo o quieres aportar algo, deja tu comentario.