El derecho de huelga, reconocido en
todas las constituciones democráticas, es una forma de protestar
ante una situación laboral injusta. Es evidente que esta crisis
artificial y promovida por el poder económico, no solo nos ha
llevado a una situación laboral injusta, sino a la precarización
general de todos los ámbitos de nuestra vida. Sin embargo, pensar
que la huelga general que proponen los sindicatos va ha arreglar este problema, o hacer cambiar
de actitud a los que han promovido la crisis, causante de esta
precariedad, es como pensar que un petardo de feria va ha servir para
derribar el Empiere State.
La huelga general propuesta por los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, ante una fragante violación de los derechos laborales,
solo sirve para justificar la existencia de unos sindicatos trasnochados y convertidos en cómplices del poder,
que ya no miran más allá de sus propios intereses, y por supuesto,
del partido político que les ha dado de comer hasta ahora. Desde
luego no seré yo quien les siga el juego.
La diversificación de objetivos y la
creación de chivos expiatorios es lo que le gusta al poder para que
no sepamos quien es el verdadero culpable. A los que están detrás
de esta crisis, les encanta que volquemos nuestra ira contra el
gobierno títere de turno o acudamos a las convocatorias de los
sindicatos. De esta manera ellos permanecen al margen de las iras de
los ciudadanos, y así seguir con su plan de esclavización. Mientras
algunos se dejan ver por las calles con banderitas de diferentes
ideologías y armando follón, van haciendo su trabajo con total
tranquilidad: Se apropian de Libia, Amenazan a Siria y preparan su
gran asalto al petróleo iraní, un asalto que podría conducirles a
la ansiada guerra que necesitan para consolidar definitivamente su
hegemonía y su sistema esclavista en la Tierra. Si a los sindicatos,
realmente les importase el bienestar de la sociedad, renunciarían a
ser cómplices de esta farsa, y arremeterían contra el sistema, el
auténtico enemigo de los trabajadores y la herramienta del poder
oculto. Pero claro, no lo hacen porque son parte del sistema, son
colaboradores y no van ha morder a la mano que les da de comer.
Pienso que buena parte del
apaciguamiento del movimiento 15M, lo podemos atribuir a la acción
parasitaria que han ejercido los sindicatos y partidos de la llamada
izquierda. Este movimiento 15M, surgido de forma espontánea del
pueblo, se vio invadido por elementos ajenos, que inmediatamente
vieron la oportunidad de dirigir su fuerza para obtener fines
electorales, cuando no, otros más perversos, como acabar con él.
Ha sido esta y no otra, por la que este movimiento ha decaído en sus
actividad y ha perdido la fuerza que ilusionó y dio esperanza a
muchos. Las acciones que hizo este movimiento fueron un ejemplo a
seguir, nada que ver con lo que los sindicatos proponen ahora, que es
tirar tierra sobre nuestro tejado.
Los sociólogos del poder saben hacer
muy bien su trabajo, saben apelar a los egos y sentimientos de los
que siguen ideologías. Confusión, división de ideas,
desprestigiar, mentiras, nacionalismo y otras estrategias son prácticas
habituales, y en ellas colaboran muchos, entre ellos los sindicatos y
su habitual retórica trasnochada. No se dejen engañar, son más de
lo mismo.
Me uniría a ellos si tuviesen alguna
propuesta que limitase el poder financiero frente al pueblo, si
tuvieran una idea para hacer un mundo más justo y sin dinero. Un
mundo con una economía basada en los recursos y en el afán de
superación del ser humano. Pero no es así. Como mucho, algunos de
ellos persiguen el Comunismo estalinista más rancio y que tanto
dolor causo en el pasado, un futuro donde ellos marcasen los tiempos
y pudiesen decir quien está dentro y quien está fuera del sistema,
de su sistema. Nada que se diferencia de lo que pretenden los que
gobiernan el mundo en estos momentos.
No obstante, es una oportunidad de salir a la calle, sin banderas ni ideologías, y mostrar nuestro profundo desacuerdo, no solo con la reforma laboral, sino contra este sistema opresor, que dada día nos roba un poco de libertad.
Como siempre J.L, tan acertado como siempre nos deja este vídeo para la reflexión.
No obstante, es una oportunidad de salir a la calle, sin banderas ni ideologías, y mostrar nuestro profundo desacuerdo, no solo con la reforma laboral, sino contra este sistema opresor, que dada día nos roba un poco de libertad.
Como siempre J.L, tan acertado como siempre nos deja este vídeo para la reflexión.
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