La opresión, discriminación y el odio hacia los que piensan
diferentes o no sientes igual, es algo propio de seres humanos involucionados. Estas actitudes ni siquiera son propias de los animales de presa más sanguinarios.
Hace ya mucho tiempo que se redactó la carta de los derechos
humanos. Pero para algunos gobiernos, este acuerdo internacional no es más que una declaración de intenciones que pueden o no cumplir. En este documento se
declara, entre otras muchas cosas, que todos tenemos los mismos derechos y
oportunidades, seamos de donde seamos. Y así debería ser, pero en la realidad es algo muy difícil de cumplir. Y no es porque no se pueda, sino porque no hay voluntad política de que así sea. Sí todas las disposiciones de esta carta de derechos fuesen un objetivo real, representaría un buen principio para hacer de este mundo algo mejor.
La pretendida nueva República catalana, estado
avalado por un referéndum ilegal y solo apoyado por menos del 50% de la población de esa región de España, resulta que ya tenía preparada y redactada una constitución para cuando se cumpliesen sus pretendidos sueños. De
haberse llevado a término tal descalabro, no solo hubiese provocado una ruina y un conflicto
social violento, se hubiese impuesto un estado fascista en toda regla que incumpliría la mitad de esa declaración de derechos humanos.Porque estos desgraciados, pese a intentar proyectar al mundo que son víctimas de un estado opresor, la realidad, es que los monstruos totalitarios eran ellos.
Veamos algunos de los artículos de dicha constitución:
- Los funcionarios del Estado serán conminados a renunciar a su trabajo en un plazo máximo de seis meses para obtener la ciudadanía catalana.
- “No podrán obtener, ni conservar, la ciudadanía catalana aquellas personas que, no siendo catalanes de origen, hayan sido militares profesionales y/o fuerzas de orden público militar o civil del reino de España y/o hayan formado parte de un gobierno extranjero”.
- Solo se permiten partidos políticos “siempre y cuando su programa electoral no vaya contra la existencia de Cataluña como Estado ni contra esta Constitución”.
- Se creará en la policía una “unidad especializada en españolismo violento” que ejercerá “presión policial” sobre quienes considere desafectos.
- Se deroga la monarquía y los títulos nobiliarios concedidos desde 1700.
- El español no será oficial y se prohibirá en la enseñanza.
- La escuela y los medios de comunicación servirán para fomentar “el sentimiento de pertenencia al nuevo Estado”.
- “Disposición confiscadora“ (sic): “Pasan a la propiedad de la República Catalana los bienes existentes el día de la declaración de independencia, dentro del territorio actual de Cataluña, pertenecientes al Reino de España”. Parece que el monto a confiscar alcanzaba los 19.134€ millones.
Resumiendo:
Odio, represión, control de los medios, limitaciones de pensamiento y falta de libertad y odio a todo lo español.
“La efectividad de este tipo de propaganda demuestra una de las características principales de las masas modernas. No creen en nada visible, en la realidad de su propia experiencia; no confían en sus ojos y oídos, sino únicamente en su imaginación, que puede ser atrapada por cualquier cosa que sea a la vez universal y coherente consigo misma. Lo que convence a las masas no son los hechos, ni siquiera los hechos inventados, sino solo la consistencia del sistema del que presuntamente forman parte“
Hannah Arendt
Por otra parte y respecto al supuesto derecho a decidir y los derechos de Catalunya como nación:
Lo que a mí me corresponde es explicarles brevemente la falsedad de la legitimación histórica para la secesión de Cataluña. Dado el poco tiempo disponible, les plantearé brevemente ocho cuestiones para responder a la incesante falsificación histórica de los separatistas.
1- La primera, casi superflua, es la de que, evidentemente, Cataluña no tiene ningún derecho de autodeterminación,
derecho muy claramente definido por la ONU y cuyos titulares son los
antiguos territorios coloniales o los sometidos a dominio extranjero, lo
que, obviamente, no es el caso de Cataluña.
2- La segunda consiste en la obsesión de los separatistas por extraer de la existencia en el pasado de un reino,
un ducado, un condado, una república o cualquier forma de Estado, el
derecho de secesión en el siglo XXI. ¿Se imaginan ustedes que de la
existencia en el siglo VIII de los reinos de Essex, Wessex o Mercia
alguien dedujese el derecho de sus habitantes a separarse de Inglaterra
en el siglo XXI? En Italia existieron las repúblicas de Venecia y
Génova, el reino de Cerdeña, el de Nápoles y el de las Dos Sicilias.
¿Tendrán por ello estas regiones italianas derecho a separarse de Italia
en el siglo XXI? En Alemania existieron los reinos de Baviera, Prusia,
Sajonia, Hannover o Würtemberg y otros treinta y nueve Estados de la
Confederación Germánica. ¿Se imaginan las risas en Alemania si a alguien
se le ocurriese sostener que los habitantes de los territorios donde
existieron aquellos reinos tienen derecho a independizarse en el siglo
XXI? Y no olviden el pequeño detalle de que todos estos reinos que acabo
de mencionar al menos tuvieron la virtud de existir, mientras que lo
que nunca existió fue un reino independiente de Cataluña. Por lo tanto,
si los habitantes de ninguno de estos territorios tienen el derecho a
separarse de sus naciones, ¿por qué los de Cataluña sí habrían de
tenerlo?
3- Los separatistas sostienen que Cataluña es algo ajeno a España, que su vinculación con ella ha sido muy débil. Pero Cataluña siempre fue parte de España,
nada menos desde que Roma comenzó a dar forma administrativa a los
pueblos de la Península Ibérica, con la catalana Tarragona como primera
capital de la Hispania romana. Y, posteriormente, la catalana Barcelona
sería la primera capital de la Hispania visigoda. A partir de entonces,
los catalanes han participado en todas las empresas históricas de
España: la Reconquista de ocho siglos contra los invasores musulmanes,
el descubrimiento y conquista de América, etc. Porque con Colón y con
Hernán Cortés estuvieron muchos catalanes, y buena parte de los primeros
evangelizadores de América fueron monjes catalanes. Y ya que estamos en
Bruselas, no podemos dejar de recordar a los Tercios de Flandes, en los
que muchos soldados catalanes lucharon a las órdenes del duque de Alba,
aunque, evidentemente, los separatistas catalanes no lo mencionen
nunca.
4-
En cuarto lugar, los separatistas catalanes sostienen que España es una
nación desarticulada, imperfecta, poco sólida, poco hecha. Pero si
echamos un vistazo a Europa, veremos que naciones tan indudables y
sólidas como Italia o Alemania se unificaron hace sólo ciento cincuenta
años. En cuanto a Francia, otra nación evidentísima, Saboya y Niza se
incorporaron a ella muy recientemente, en 1860. Y Alsacia y Lorena hace
bastante menos: exactamente ciento un años, en 1918, al terminar la
Primera Guerra Mundial. En cuanto a Polonia, dependiendo del siglo del
que hablemos, la veremos cambiar de tamaño y de ubicación en el mapa. E
incluso desapareció durante largo tiempo. España, por el contrario, lleva seis siglos siendo lo que es.
Pues bien, si ninguna de estas regiones de estos países, a pesar de su
reciente incorporación, tienen el derecho a la secesión, ¿por qué
Cataluña, que lleva en España dos mil años, sí?
5- La quinta cuestión se refiere a Escocia,
cuyo referéndum legal de 2014 es muy utilizado como ejemplo por los
separatistas catalanes. Pero el ejemplo es inapropiado, puesto que la
legislación constitucional británica no es la española, por lo que no se
comprende por qué habría de extenderse a España o a ningún otro país
del mundo. Porque la legislación británica es, obviamente, fruto de la
historia de Gran Bretaña. Pues en 1707 dos parlamentos, el escocés y el
inglés, de dos reinos, Escocia e Inglaterra, acordaron fundirse para
conformar el Reino de Gran Bretaña mediante el Acta de Unión. Pero, en
el caso español, jamás hubo ningún parlamento catalán de ningún
reino de Cataluña que pactase de igual a igual con un parlamento español
de un reino de España para conformar el Reino Unido de España
mediante ninguna Acta de Unión. Por lo tanto, la explicación histórica y
las consecuencias jurídicas son completamente distintas.
6-
Otro elemento esencial en la falsaria propaganda separatista es
que Cataluña fue invadida por España en 1714, elemento muy utilizado
tanto en el exterior como en el interior. En el exterior, para ganarse
simpatías entre aquellos desinformados que se creen lo de un país
pequeño invadido por una potencia más grande. Y en el interior, para
lavar el cerebro de los catalanes, especialmente de los niños. Un
ejemplo: el dirigente separatista Artur Mas declaró a Le Monde en
febrero de 2012 que “Cataluña pertenece al Estado español desde hace
trescientos años por la fuerza, tras haber perdido batallas y guerras”.
Pero esto es sencillamente mentira. Lo que hubo en España en
1714 no fue una guerra entre españoles y catalanes, sino entre los
partidarios del candidato Habsburgo y los del Borbón. Y de unos
y de otros los hubo en todas las regiones españolas, Cataluña incluida.
Pero como Barcelona fue la última resistencia del finalmente derrotado
candidato Habsburgo, con la debida tergiversación se presenta como una
guerra entre españoles y catalanes. Y, dicho sea de paso, el motivo
principal del apoyo probablemente mayoritario en Cataluña al candidato
Habsburgo fue la tradicional francofobia de los catalanes, detalle que
Artur Mas, por su puesto, no explicó a Le Monde.
7-
Otra de las mentiras, de gran eficacia propagandística, con la que se
suele intoxicar la opinión pública europea consiste en sostener que
Cataluña merece la secesión por haber sufrido especialmente durante
el régimen de Franco. No es éste, evidentemente, momento ni lugar para
explicarlo. Sólo les daré tres breves datos: hubo más
voluntarios catalanes luchando en el bando franquista que en el
republicano; el régimen franquista estuvo plagado de ministros,
parlamentarios, embajadores y otros altos cargos catalanes; y
Cataluña fue la región más beneficiada por la política económica del
franquismo. Podríamos extendernos hasta el infinito, pero les daré un
solo dato: en 1975, cuando murió Franco, Cataluña, que representa el 6%
del territorio español, contaba con el 45% de los kilómetros de
autopista.
8-
Por último, otro argumento de gran eficacia sentimental: la lengua
catalana como justificación de la secesión, argumento absurdo donde los
haya pero muy utilizado en la propaganda. Pues, ¿desde cuándo una lengua
es igual a una nación? Se calcula que en el mundo se hablan unas 6.000
lenguas, y en la ONU hay representadas 193 naciones. ¿Qué sucede
entonces? ¿Qué falla aquí? ¿En el mundo sobran 5.800 lenguas? ¿O en la
ONU faltan 5.800 naciones? Pero vengámonos más cerca, a Europa. Pues el único país europeo donde se habla una sola lengua es Islandia. Todos los demás son multilingües.
Aquí, en Bélgica, por ejemplo, se hablan tres: francés, flamenco y
alemán. Y en Francia o Italia, países aparentemente monolingües, se
hablan más lenguas que en España. ¿Estará dispuesta Francia,
la République Une et Indivisible, a conceder la independencia a Alsacia
porque allí se habla alemán, a Bretaña porque allí se habla bretón, a
Provenza porque allí se habla provenzal, a Córcega porque allí se habla
corso, a los Pirineos Atlánticos porque allí se habla vasco y al
Rosellón porque allí se habla catalán?
Concluyamos: Cataluña
no tiene ningún derecho histórico, ni jurídico, ni étnico, ni
lingüístico, ni cultural, ni de ningún tipo, a la secesión. O
como dicen los separatistas, ningún derecho a decidir, que es el
eufemismo para no mencionar la inaplicable autodeterminación.
¿Por
qué especial privilegio, por qué especial superioridad los catalanes
tendrían derecho a decidir unilateralmente la destrucción de España
mientras que los demás españoles tendrían que mantener la boca cerrada?
Porque no olvidemos que la tan repetida construcción nacional catalana
no es otra cosa que la destrucción nacional de España.
¿Ustedes, señores franceses, italianos, británicos, polacos, alemanes, aceptarían que los habitantes de una región decidiesen la destrucción de sus naciones sin que los demás habitantes de las demás regiones pudieran participar en la decisión?
Efectivamente, el derecho a decidir existe: es el derecho que, para decidir sobre la existencia o desaparición de España, tienen todos los ciudadanos españoles“.
Este artículo, escrito por Joan López Alegre aclara mejor lo que se quería y se sigue pretendiendo conseguir en Cataluña, un estado fascista con todas sus características, una aberración propia del siglo IX.
Este artículo, escrito por Joan López Alegre aclara mejor lo que se quería y se sigue pretendiendo conseguir en Cataluña, un estado fascista con todas sus características, una aberración propia del siglo IX.
“Existe una contradicción fundamental
en todas las facciones independentistas enfrentadas entre sí. Todas
ellas manifiestan su deseo de “volverlo a hacer” a la vez que dicen que
“están implantando la república” desde el poder que ejercen en la
Generalitat y otros muchos ámbitos del poder en Cataluña. (…) El
separatismo declara hacer dos cosas a la vez; por un lado consideran que
están “cumpliendo el mandato del pueblo dictado el 1 de octubre en las
urnas” y en consecuencia están implantando la república, pero por otro ellos mismos manifiestan su fracaso
y dicen que en un futuro más o menos cercano “lo volverán a hacer”. Se
sobreentiende que declarar la independencia y todo lo que de esa
declaración cuelga. (…)
Toda
esta retórica choca contra la realidad, pero eso no tiene efecto alguno
sobre el independentismo por dos motivos: el primero es porque los medios de comunicación afines al independentismo, tanto públicos como privados, están constantemente dibujado no solo a España sino a los catalanes no independentistas como “bestias con forma humana” en diversas variables no tan explícitas.
Y
el segundo motivo es que todo error o delito cometido por el
procesisimo y sus lideres en el pasado, presente y, hay que prever que,
en el futuro, será siempre silenciado. (…)
Esta semana supimos que Carles Vives Pi y Sunyer, unos de los próceres procesistas más presuntamente ilustrados y doctos, tenía en su poder documentos que hablaban de deportar a funcionarios que no se consideraran independentistas “fetén”, o que preveían la imposición de exámenes lingüísticos muy estrictos para el nombramiento de nuevos funcionarios.
Dicho de otra manera, Vives tenia en su poder documentos que hablaban de depuraciones y deportaciones por razones étnicas y ideológicas.
(…) Después de leer los documentos que obraban en poder de Vives es
comprensible el intento de cambiar la historia y de silenciar la verdad.
(…) Ahora sabemos que si lo hubieran conseguido y hoy Cataluña fuera
una república, muchos de los que están leyendo este artículo y que en
otoño de 2017 vivían en Cataluña en función de su lugar de nacimiento o
su ideología y su profesión, hoy estarían residiendo en cualquier otro
lugar fuera de su casa o en un gulag indepe“.
"Joan López Alegre"
Fuente: https://www.dolcacatalunya.com/2019/07/el-catala-tranquil-avisa-si-hubiera-triunfado-el-golpe-muchos-hoy-estarian-residiendo-en-un-gulag-indepe/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si no estas de acuerdo o quieres aportar algo, deja tu comentario.