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miércoles, 15 de mayo de 2019

Nacionalismo catalán inducido.

La utilización de técnicas de manipulación de  masas, llamadas también de ingeniería social, es algo que se utiliza desde los origenes de las sociedades humanas y siempre desde el porder.  Hoy, igual que antaño, el poder sigue recurriendo a estas técnicas de forma recurrente y para muchos asuntos. Gracias a la sociología, la psicología y los programas de ordenador, que pueden simular modelos predictivos de conductas sociales, la ingeniería social ha evolucionado, adecuándose a los tiempo y  consiguiendo un  alto grado de eficacia y sutileza; aunque no lo suficiente para pasar completamente desapercivida. El objetivo principal de la ingeniería social pude ser diverso, pero es muy habitual que se utilice para  cambiar la opinión pública sobre algún tema concreto. Su eficacia es tal, que decisiones gubernamentales, que pueden ser especialmente dolientes para el ciudadano y la sociedad en general, pueden ser aceptados como buenos por una sociedad donde se aplican técnicas de ingeniería social.  No es algo ajeno a los supuestos "gobiernos democráticos avanzados" y no se trata de convencer al pueblo mediante argumentos, pruebas o estudios reales. El poder o los grupos interesados en cambiar la opinión pública sobre un asunto, pueden utilizar, y de hecho lo hacen muchas veces,  mentiras,  tergiversación o la creación de una realidad inexistente. La intención, en estos casos,   pocas veces es por el bien común o la de promover la aceptación de medidas beneficiosas para la ciudadanía. Casi siempre se trata  de obtener de un beneficio para el grupo que la pone en práctica.

En la edad media, para mantener el poder de la iglesia, se utilizaba el miedo al infierno como forma de controlar las poblaciones e imponer un modo de vida concreto. Así mismo se utilizaba la religión como justificación para atacar a otros pueblos. Tanto la religión como las ideologías, no son más que formas de manipulación, que nada tienen que ver con la verdad o la ciencia. En esa misma época, era frecuente utilizar mitos y leyendas para aumentar el carisma de líderes y reyes. Fruto de todas estas mentiras, se produjo una de las épocas más oscuras y de retroceso del saber humano.
 
Otros ejemplos de como se manipula una sociedad, los podemos encontrar durante  la segunda guerra mundial.  Al pueblo estadounidense de entonces, le importaba más bien poco el conflicto europeo. No solo le caía muy lejos sino que no estaba interesado en entrar en la guerra. Lo que no sabía este pueblo es que ya lo estaba haciendo, financiándola y proporcionando combustible a las partes implicadas. Entonces,  gracias a  un enorme despliegue de medios, propaganda  y constante machaque mediático, se consiguió convencer a la gente de que tenía que alistarse y defender los valores democráticos en Europa, cosa que ellos nunca han respetado. Realmente, para solucionar aquel conflicto bélico, no era necesario unirse a la guerra, podría haberse terminado agotando  todas las medidas diplomáticas; cosa que no se hizo. También podría haberse terminado cortando la financiación, las ventas de combustible o de acero bajo cuerda al gobierno alemán de Hitler. Eso hubiese detenido la guerra y no hubiesen tenido un coste humano tan alto. Pero claro, el dinero a ganar aumentando la magnitud del conflicto era enorme. Por un lado la supremacía mundial de Estados Unidos, por otro las ganancias de los créditos a la reconstrucción. Beneficios a los que los promotores de la guerra, fundamentalmente banqueros y magnates del petroleo,  jamás renunciarían; por muchos muertos que hubiese. Estos mimos, fueron los que  obligaron a unirse al conflicto a Japón, cortando sus redes de suministro y ahogando su economía. Todo ello fue gracias a la propaganda, que es una forma de ingeniería social.

El el otro bando, los asesores e ideologós de Hitler y su ideología nazi, especialmente Joseph Goebbels, refinaban sus técnicas de manipulación social, técnicas que han llegado hasta nuestros días y que son las más utilizadas actualmente. Sin ellas, el gobierno fascista de Hitler hubiese sido imposible. Una de esas técnicas, la más lograda y genial, desde el punto de ocultación de los errores propios, es la creación de enemigos ficticios. Para ese fin sirvieron los judíos. Esto le permitió achacar de  todos los males al  pueblo judío; el enemigo ficticio que debía ser señalado y marcado. Así mismo ocultar las verdaderas intenciones imperialistas del gobierno.  Por otra parte, estaba la ideología del nacional socialismo, una forma de nacionalismo extremo basado en la diferencia de razas; algo que científicamente hablando es una aberración. La aceptación de la idea de que los alemanes pertenecían a una raza superior, era otra genialidad de los ideólogos de Hitler, ya que con ello creaban una cohesión social más sólida, pero también más sumisa y tolerante frente a los abusos de Alemania contra sus enemigos, de "raza inferior", gente inculta y prescindible. El pertenecer los enemigos a una raza inferior, podían ser insultados por la calle, robados o destruidos sus negocios, pues eran poco menos que simios.       

Pero a pesar de todos los avances en estas técnicas de manipulación social, las evidencias de su utilización en la actualidad, todavía son fácilmente visibles: Podemos empezar a sospechar cuando un gobierno o grupo de poder  no escatima en  gastos para crear una corriente de opinión favorable a un asunto concreto, subvencionando organizaciones afines, pagando a medios de comunicación y dedicando recursos  a fin de cambiar la opinión publica sobre el tema. También cuando  se crearan falsas realidades, se miente  o se tergiversará la realidad, con el fin de hacerla acorde con sus  planteamientos. Cuando se culpa de todos los males que le suceden a un grupo a un enemigos que puede ser ficticio. Cuando se acentúa el victimismo, es decir, cuando se exponen constantemente, supuestos agravios que el enemigo ficticio a acometido en contra del pueblo que se pretende manipular. Si vemos que se les califica de opresores, fascistas o antidemócratas, sin pruebas o fundamentos, es posible que sea todo lo contrario, y que los totalitarios y antidemócratas, sean los que acusan a los demás de serlo.  Por supuesto, estas solo son algunas de las técnicas, pero hay muchas más que se aplicarán en base a lo que se pretenda hacer, desde una guerra hasta un movimiento independentista.

 Y hablando de independentismo.  Si analizamos en profundidad el movimiento social  independentista catalán, veremos que han puesto todo  su ingenio y recursos para promover una  idea muy vieja y peligrosa; idea de la que ya he hablado antes indirectamente, el nacionalismo.  De igual forma, como en todas las dictaduras, han intervenido la educación para crear fanáticos desde las escuelas, inculcando odio y rechazo a todo aquello que les es contrario o niega el hecho diferencial catalán. Son  técnicas de manipulación de masas, cuya puesta en práctica nos dan indicios de que están ahí y el tipo de ideología que está detrás. Gracias a esta manipulación, han podido poner en marcha  leyes propias de cualquier dictadura. Un ejemplo claro es la ley que convierte en delito sancionable el no rotular en catalán en comercios y establecimientos públicos. Es una ley que  demuestra el poco aprecio que tienen los sucesivos gobiernos catalanes por la libertad individual. Una ley que no se aplica a establecimientos de origen extranjero, que no rotulan en español y si en catalán y en su lengua foránea, lo que demuestra algo peor que el aprecio a la libertad; el odio a lo español; el enemigo ficticio necesario.
   
Es sabido  que una mentira dicha mil veces deja de serlo por hastío de la gente. Esta técnica, como otras, ya lo he dicho, no son nada nuevas A la vista de los hechos, queda también claro que sigue funcionando como el primer día, pues es una de las mas utilizada por los seguidores de esta corriente social inducida. Solo hay que escuchar, leer  o ver cualquiera de los medios de comunicación afines al movimiento, para darse cuenta de que la primera manipulación con la que nos encontramos es el tiempo empleado en tratar el tema. El independentismo, en cualquiera de sus facetas, es lo que  abre todos los informativos y al que se le  dedica más tiempo en estos medios de comunicación subvencionados. Es  como si el el mundo no pasasen cosas más importantes o como si fuese el principal problema que tuviésemos los ciudadanos. Se trata de mantener la presión y que los abducidos por este ideario nacionalista no pierdan fuelle.Por descontado, como en cualquier estado opresor, se manipula la historia para crear una versión acorde con los postulados separatistas. Y cuando esta historia es rebatida se aplica el cinismo,  que consiste en negar lo evidente a pesar de que está delante de las narices de uno. Esta técnica es muy habitual entre los políticos y los opinadores profesionales afines. Cuando un medio de comunicación, institución "oficial" o persona de  " cierto prestigio", descarga sobre el público una serie de mentiras o medias verdades, con el fin de crear una reacción favorable un a idea concreta "fake news". El el caso que es motivo de este texto, podría ser crear enemigos ficticios, distorsionar la historia,  describir una realidad social tergiversada o crear informes falsos. Dado que estas noticias, comentarios, encuestas o estudios sociológicos, etc;   parten supuestamente, de  la "oficialidad" y solo pueden decir verdad. Pero la única verdad de esto,  es que  no hay ninguna certeza o hecho empírico que demuestre que sea  tal. Ya sean oficiales o no oficiales, todos los medios de comunicación puedan mentir o tergiversar en función de los intereses o la línea editorial. Hoy nadie nadie  nos puede certificar la veracidad de una noticia si no fuimos testigos de ella o tenemos una confianza absoluta en la persona que nos la cuenta;   por lo que creer a pies juntillas lo que nos dicen, es un tremendo error; especialmente si proviene de medios subvencionados, es decir, sujetos a las directivas del poder establecido. La realidad, por tanto, es manipulable y todo es mentira hasta que no se demuestre que es verdad. No podemos olvidar que  cuando hay intereses por medio, ya sean de índole económico, que es el que más suele darse, o sentimental, que al final suele ser una escusa para encubrir lo primero;  lo normal es que se intente crear una realidad favorable a dichos intereses, por tanto de mentir. No es por nada, pero es que está en nuestra naturaleza humana hacer esto; somo manipuladores naturales. La tentación económica o la del poder, son golosas y pueden vestirse con  muchos trajes, pero al final siempre es el mismo objetivo el que  prevalece sobre el bien común; salvo contadas ocasiones que siempre partirán de personas que no ansían el poder.

Así pues, por un lado tenemos los que difunden mentiras y por otro, lo que yo llamo incondicionales; gente que es muy escéptica para unas cosas y totalmente creyente para otras; ignorando que ambas cosas pueden ser falsas. Que este tipo de personas incondicionales exista, es debido a los mismos mecanismos mentales que llevan a las personas meterse en sectas,  convertirse en  hinchas de fútbol,  afiliarse a un partido político o juntarse por la noche para beber en grupo. El ser humano es fundamentalmente gregario, por por lo que necesita sentirse aceptado por el grupo. Y claro, los que pretenden manipular la realidad lo saben y lo utilizan. Querer sentirse integrado en un grupo,  es sí mismo no es algo malo, lo realmente malo, es que después de haberte apuntado a un club y descubrir que se trata de una secta o una organización mafiosa, uno quiera seguir  formando parte del grupo, sin cuestionarse nada; eso ya roza la enfermedad mental. Si nos fijamos, los que pertenecen a los partidos nacionalistas o separatistas catalanes, les pasa exactamente esto. Ignoran y rechazan cualquier nota disonante contraria a lo que creen;  llegando al extremo de no querer ver la verdad que se esconde detrás de esa ideología;  odio, que a lo largo de la historia  solo trajo guerras y desgracias. Son como hinchas de un equipo de futbol o seguidores de una secta; creyentes irreflexivos e incondicionales de una religión perniciosa que llena sus vidas. en realidad, son convertidos en herramientas, que con la idea de servir a su país, sirven a los intereses maquiavélicos de personas que pretenden el poder para encubrir su corrupción.    

Uno podría pensar que es fruto de la casualidad, que en cualquier informativo en catalán, sea  el llamado "proces", el que ocupa siempre el puesto relevante. Uno puede pensar también, que es fruto de la necesidad social que se creen  leyes que atentan contra los derechos humanos, como la de negar a los padres decidir cual es el idioma en el que quieren que estudien sus hijos o la imposición del idioma en establecimientos públicos; y podría seguir... Hay que ser muy idiota para creer que esto no obedece a una intencionalidad. Pero la cuestión es ¿Realmente es importante para la gente la independencia de Cataluña?  Las encuestas dice que no. Asuntos como el desempleo, la sanidad, la educación y cientos de problemas están siempre muy por delante en lo  que preocupan a la ciudadanía. Sin embargo, millones de euros. procedentes  de nuestros impuestos, se van para subvencionar a los medios de comunicación afines, otros tantos en embajadas y chiringuitos para difundir el movimiento separatista en el extranjero. Pero, a parte del dinero público, también se suman cuantiosos fondos que provienen de otras fuentes más opacas y de las que nadie habla, de las tremendas sumas de dinero donadas por importantes magnates financieros, cómo George Soros; supuestamente vinculado a grupos de presión sionistas. Cuando conocidos defensores de la eugenesia te entregan fondos, es por un claro interés, tan oscuro como el motivo real por el cual surge el movimiento separatista. No hay que olvidar que este tipo, fue capaz de quebrar la libra esterlina, dejando en la indigencia a miles de personas, para embolsarse en un día mil millones de dólares. De filántropo no tiene nada.      

Hay muchos que piensan todavía que las conspiraciones son ideas que parten de personas paranoicas o trastornadas. Pero como dijo un sabio "el poder se forja a base de conspiraciones".  Las evidencias nos lo muestran diariamente en Cataluña, la conspiración es real y esta gestada por psicópatas muy inteligentes,  carentes de empatía y sedientos de poder. Para mí, el movimiento secesionista catalán, como muchos otros fenómenos sociales,  es  la consecuencia un plan urdido por los que persiguen el poder sin importarles las consecuencias. Gente a la que el concepto del  bien  común les es totalmente ajeno  y que  les importa muy poco  las vidas o la miseria que dejen tras de sí.


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