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miércoles, 22 de mayo de 2019

El libre comercio es una ilusión

Cuando se habla del libre comercio, uno puede pesar  que están refiriendo a comprar y vender lo que quiera, donde quiera, como quiera y cuanto quiera. Sin embargo, esta idea se empequeñece cuando estamos en el mundo real. En primer lugar, cualquier venta o compra, esta sujeta a impuestos, de una manera u otra, por tanto limitada y controlada por el gobierno de turno. Así mismo, la competencia desleal, fruto de la existencia de multinacionales, corporaciones  o macro- empresas, distorsionan el mercado en todos los sentidos, impidiendo el libre comercio y la libre competencia. Por otro lado están los aranceles y las restricciones que se ponen en las fronteras, lo que impide que muchos productos no puedan ser exportados y adquiridos en otros países. Todo esto hace que "el libre mercado" no sea más que una idea  carente de fundamentos e irreal.

El principal problema que impide que esta idea se desarrolle, son, cómo he dicho antes,  los monopolios. De estos tenemos  ejemplos en lo que se refiere al ámbito tecnológicos y el alimentario, este mucho más perjudicial que el primero. Todas las grandes empresas multinacionales, quieren acaparar el mercado y ser las únicas suministradoras de productos concretos, aniquilando a sus competidores; es a lo que aspiran por mucho que lo nieguen. Evidentemente,  esto sera  un perjuicio para todos, pues una vez tomada esta posición de fuerza y poder, la empresa pondrá el precio que le de la gana a sus productos, ya que no tendrá competencia que le haga frente. En el campo de la alimentación, tenemos ejemplos muy claros de este tipo de empresas y como utilizan  técnicas muy sucias para hacerse con el poder. La más conocida de ellas podría ser la empresa agroalimentaria   Monsanto, poseedora de patentes semillas genéticamente modificadas y productora del veneno,  al que las plantas salidas de estas semillas son inmunes. Estas y otras jugadas sucias, son acometidas, en  ocasiones, con el beneplácito de los gobiernos, que se ven influidos por el gran poder que acumulan dichas empresas. Otra forma de juego sucio, es vender por debajo de coste hasta acabar con la competencia. Para ello, las empresas se deslocalizan y se van a producir a los países  pobres; donde la mano de obra es más barata y las leyes que protegen el medio ambiente más laxas o inexistentes.    

En teoría, el libre comercio debería proporcionar diversidad de productos, avances tecnológicos y bienestar a las personas, pero la realidad es que ninguna de estas cosas se cumple. Muy al contrario, lo que produce este supuesto libre comercio, es la creación de monopolios, una distribución de la riqueza injusta y lo peor de todo, una destrucción del entorno y el agotamiento de los recursos naturales del planeta. Un agotamiento incrementado por la producción desmedida de productos inútiles, de corta duración o de muy baja calidad, que se producen con el único objetivo de ganar dinero rápidamente. Así pues, lo que llamamos "libre comercio", como otras muchas cosas dentro de este sistema, no es algo que esté pensado para el bien común,  sino que es algo que surge del lucro y satisfacer la avaricia insaciable de unos pocos.  Dicho de otra manera,  se trata de una consecuencia directa sel sistema, y no de algo que parta de la lógica y el sentido común.  Por lo que, lo que subyace detrás de este fracaso, no es otra cosa que el fracaso mismo del sistema económico, basado en la obtención de beneficio inmediato; causa directa de todos los males de esta sociedad, especialemente del del empobrecimiento moral,  del trabajo esclavo y, si no lo paramos, de la destrucción de la vida en el planeta.

Cuando alguien se atreve a hablar de de distribución de productos, riqueza o recursos,  inmediatamente le tachan a uno de comunista. Pero esto no es una cuestión de ideología política, sino de la aplicación de la ciencia, que nos dice cual es la mejor manera para procurar la  sostenibilidad del planeta y el bienestar de la sociedad en general; lo que llamamos el bien común. Pensemos por un momento en el medios de trasporte más utilizado, el automóvil. Como cambiarían las cosas si solo existiese un solo modelo  que este fuese el mejor posible, tanto en comodidad, calidad, eficiencia energética, diseño etc. Pensemos como sería bajar de casa, y coger cualquier coche disponible utilizando una tarjeta de identificación. Sería un vehículo actualizable, y al cual se le podrían aplicar mejoras, con una larga vida y de fácil reparación. No sería necesario cambiarlo cada cierto tiempo, las reparaciones serían baratas, el reciclado de las piezas sencillo y  su vida útil dependiente solo de nuevas tecnologías más eficientes. Por supuesto, no harían falta ni la mitad de vehículos  para cubrir las necesidades de transporte. Lo mismo podría ser aplicado a todos los electrodomésticos y herramientas que utilizamos y que sean imprescindibles. Aplicando esto, y la eliminación de la fabricación de todo tipo de aparatos de mala calidad o prescindibles, el gasto energético, el consumo de materias primas y tiempo para fabricarlas, disminuiría drásticamente. Sería difícil calcular cuanto, pero sería muchísimo menos gasto y muchísimo más tiempo para vivir la vida. El problema de esto, es que no habría tanto trabajo y por tanto personas con poder adquisitivo para comprar productos. La solución es sencilla, pero no estaría utilizando el actual sistema económico, ya que este precisa de un crecimiento perpetuo para seguir funcionando. Sería necesario cambiarlo completamente por un sistema basado en recursos. Dentro de un sistema así se repartirían estos en función de su disposición y existencia, entre todos los ciudadanos y por familias, dependiendo si se tratase de electrodomésticos, o elementos de uso personal. Tenemos que tener en cuenta, que  pronto y a medida que se automaticen los proceso productivos, los puestos de trabajo de baja cualificación van a desaparecer; es inevitable. Para solucionar esto, utilícese ese tiempo sobrante en educación, ciencia, cultura y arte; cosas más humanas que un trabajo esclavo para producir mierda por una miseria. Mierda que sirve para llenar los vertederos y gastar recursos valiosos.

Por desgracia, mucho tiene que cambiar en la política y en la mentalidad de las personas en general, para que estas ideas, que no son otra cosa que la puesta en marcha de lo que es lógico, se pongan en marcha. Hay elementos como la corrupción y la podredumbre moral sel ser humano, que deben ser reconducidos en pro del bien común; tan necesario para desarticular esta sociedad basada en hechos, que aunque nos parezcan inamovibles y sólidos, no son más que mentiras muy bien articuculadas para parecer eso mismo. En realidad es todo como un castillo de naipes, listo para ser derribado y construir una sociedad sólida basada en principios morales, donde el respeto al prójimo, la libertad  y los derechos, solo sean la base de un buen edificio, completado con la ciencia, la igualdad de oportunidades, de derechos y de deberes.  

 

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