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viernes, 21 de junio de 2019

Mentiras, censura y redes sociales

Los gobiernos de todo el mundo, así como partidos políticos y organizaciones de todo tipo,  utilizan las redes sociales para darse a conocer y tener intercambio de ideas con sus seguidores. Las redes sociales se han convertido  en una poderosa herramienta que sirve para  difundir idearios, marcar tendencias o interactuar y conocer la opinión de los seguidores. En definitiva, en una forma más de hacer política, comercio o socializar. Utilizadas de forma correcta y aplicando la ética, estas redes pueden resultar herramientas  útiles a la sociedad, empresas y organizaciones de de todo tipo, pero si se hace un uso inadecuado y perverso  es más grande el mal que el todo el beneficio que puedan producir.

Algunas empresas con ánimo de lucro, utilizan las redes sociales para difundir publicidad, informando de sus productos  o comunicarse con los clientes, todo ello con el fin de aumenten sus ventas y beneficio económico. En estos casos, las  redes sociales como Faceboock o Twitter, les dan la oportunidad de prestarles servicios adicionales y facilidades por las que les pueden pedir dinero.  El usuario que entra en estas páginas, ya sabe que son  de uso comercial, por tanto está informado  de antemano donde se mete y lo que va a encontrar. Así pues, se puede considerar que es una  forma ética y responsable de utilización de las redes sociales. Por desgracia para todos, están los que las utilizan de forma fraudulenta  y sin aplicar ningún código ético o de buena conducta. Son entidates o personas con principios éticos volubles, que suelen utilizar las redes para difundir mentiras,  odio, desprestigiar a la competencia, a personas, intimidar, amenazar a otras personas o manipular la opinión pública.

Una reciente investigación de los gestores de la red de Twitter, puso recientemente al descubierto,  que hay muchas cuentas falsas creadas con nombres de personas ficticias. Estas cuentas son controladas por una única entidad, que sirven a ésta como propagadoras de su mensaje, dándole  credibilidad o reafirmando lo que la cuenta principal diga. La investigación ha determinado que hay empresas dedicadas a crear dichas cuentas falsas y a controlarlas mediante programas informáticos llamados BOTS. El funcionamiento de estas cuentas es sencillo: La cuenta principal lanza una noticia, que puede ser verdadera o no. Después, las cuentas ficticias, controladas por los BOTS y que pueden ser miles,  se encargarán de dar credibilidad a la noticia,; algunas veces diciendo, por ejemplo, que estuvieron allí y lo vieron con sus propios ojos. Recuerden que una mentira dicha mil veces se acaba convirtiendo en verdad.  Estas cuentas son utilizadas por gobiernos, organizaciones políticas y empresas. 

Esta forma torticera y mal intencionada de la utilización de las redes sociales, se podría calificar de guerra sucia  de la información, donde la mentira y el despropósito forma parte del uso normal de las redes. Cuando estas formas de actuar se utilizan para crear movimientos sociales, pueden resultar terriblemente dañinas y ser consecuencia de enfrentamientos sociales como los vistos en Cataluña. Precisamente fue en esta región de España, donde se detectó uno de estos ataques de guerra sucia, protagonizado por un partido político que persigue la independencia ERC (Izquierda Republicana de Cataluña). Algunos miembros de su partido crearon hasta 300 cuentas falsas o ficticias, que se dedicaban a difundir las menciones o consignas del partido en su cuenta principal. Estas prácticas demuestran la poca categoría moral y escasos escrúpulos que se gastan estos estafadores de la información. Hay que tener presente, que los que hicieron esto pretendía y pretenden gobernar, por tanto, decidiendo sobre que se hace con nuestros impuestos. Yo me lo pensaría mucho antes de entregar mi voto a personas o partidos políticos que cometen este tipo de actos deleznables.  Aunque siendo ERC un partido supremacista y nacionalista, distintivos del nazismo, no es de extrañar que utilicen sus mismas armas, 

Para acabar resaltar una noticia, Youtube ha cerrado la cuenta  de VOX sin previo aviso. Para quien no lo sepa, VOX es  un partido costitucionalista y demócrata español. Aunque es calificado por sus detractores como un partido de extrema derecha, VOX no ha dado indicios de ser un partido totalitario que persiga la eliminación de otras razas o establecer un régimen dictatorial, se trata de   un partido político legalmente constituido y  que representa a más de 2,6 millones de votos. A los dirigentes de  Youtube, no les ha temblado el pulso a la hora de cerrarles la cuenta, demostrando una posible mala fe o el desconocimiento de esta realidad. Esto sería comprensible, si Youtube hubiese cerrado, no este, sino los canales de todos los partidos políticos del mundo, incluyendo a aquellos que defienden o justifican los atentados de la organización terrorista ETA, causante de más de mil muertes en España.  Pero no, solo cerró este canal. Uno puede estar a favor o en contra de las ideas políticas de este partido, yo, personalmente, puedo coincidir en algunas cosas y en otras no. Lo que no puede hacer nadie, y mucho menos en la red, es cuartar la libertad de expresión de una forma tan descarada, con la escusa, parece ser, de que este canal vulneró derechos de autor. Todo esto parece un paso más en la guerra que se está llevando a cabo en contra de la disidencia, de aquellos que no comulgan con lo políticamente correcto. Porque una cosas está clara, todo aquellos youtubers que se salen de la linea, son desmonetizados. Son políticas y acciones de censura que se dan, cada día, con mayor frecuencia y virulencia. A este paso, pronto llegará el día que ser un disidente del pensamiento único, impuesto por una sociedad cada vez más estalinista, resultará un riesgo vital. Si no paramos estas acciones ahora y velamos por la neutralidad de las redes, lejos de ser un remanso de libertad, Internet acabará convirtiéndose en un instrumento de propaganda para un régimen totalitario que, sin darnos cuenta, se está infiltrando en todos los ámbitos de la sociedad.  Una forma de gobierno sibilina que busca el control de nuestros pensamientos y que nos convirtamos en la policía de nosotros mismos.     
 

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