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viernes, 13 de septiembre de 2019

El mayor atraco de la historia de la humanidad (un poco de memoría histórica)

Era la madrugada del 14 de septiembre de 1933, un ingente grupo de personas pertenecientes a la motorizada (guardia personal del socialista  Indelecio Prieto) asaltaban el Banco de España, situado entonces en la plaza Cibeles de la capital Madrid. Se llevaron de allí toda la reservas de oro y plata almacenas, considerada entonces la cuarta mayor del mundo. Esta ingente cantidad de riqueza, perteneciente a todos los españoles y que hoy tendría un valor suficiente para pagar  la deuda del reino, fue trasladada a Rusia y nunca más se supo. Muchos de los que se exiliaron en Rusia, huyendo de la inminente guerra, vivieron allí a cuerpo de rey y protegidos por Stalin, como agradecimiento a los servicios prestado. Este es considerado por muchos el mayor robo hecho jamás por el valor de lo robado. Se estima que fueron enviadas a Moscú 34 toneladas de oro y otras tantas de plata, en forma de lingotes y monedas de incalculable valor.
Junta de accionistas del Banco de España en el interior de la caja fuerte, junto a lingotes de oro    La imagen pertenece a la junta de accionistas del Banco de España, celebrada en la cámara donde se guardaba el oro que fue enviado a Rusia. En ella se pueden ver también algunos de los conspiradores que ordenaron el traslado. Entre ellos, el socialista Juan Negrín. Las repercusiones de este acto vandálico, perpetrado por los socialistas, contribuyó, en gran medida, a la miseria y el hambre que llegó después.

A pesar de la gravedad del suceso y las consecuencias que trajo, antes y después de la guerra civil, este robo  no es un suceso  muy conocido. Los socialistas, promotores de la desgraciada ley de memoria histórica, no hacen alusión  ni ponen ni un párrafo en su ley. Tampoco devolverán una sola moneda del tesoro que fue de todos.  Eso, entre muchas otras cosas, como la quema de iglesias y el asesinato de clérigos y monjas, así como las terribles checas, desmontan el papel de víctimas que interpretan los perdedores de una guerra, una guerra  que ellos iniciaron al no aceptar los resultados de las urnas. No dar trascendencia a este acto criminal, solo obedece a un ansia de revancha y de no reconocer la naturaleza violenta de los dos bandos y no de uno solo. Quien sabe el tipo de dictadura que los bolcheviques, tan amigos de la libertad, hubiesen impuesto en la desvencijada y hambrienta España de posguerra. Solo especular con la idea produce terror,  teniendo en cuenta lo que hicieron sátrapas como Stalin o Mao.     

https://laverdadofende.blog/2013/03/05/el-oro-de-moscu/
http://historiasdehispania.blogspot.com/2006/11/el-oro-de-mosc.html

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