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sábado, 7 de marzo de 2015

Estado Islámico, destrucción premeditada.


La ofuscación que tiene el denominado Estado Islámico por la destrucción de todo aquello que representa una amenaza para sus creencias religiosas evidencia su carencia total de principios morales. No es la primera vez que vemos esto. Toda religión radical y temerosa de perder sus pilares arremete violentamente contra todo que deslegitima su existencia. No hay religión que no haya hecho este tipo de barbaries en nombre del nuevo orden y en pro de la ignorancia de la historia que precedió su existencia. Especialmente la religión musulmana tiene una larga tradición en este aspecto. Ya en sus principios, y según cuenta la historia, Mahoma arrasó medina y todos sus templos, degollando a los que no se quisieron convertir. La religión católica tampoco se se queda atrás, destruyendo pruebas arqueológicas en Egipto o otros lugares, rechazando o asesinando a seguidores de antiguas religiones.

Lo que se pierde con estos atentados, no son solo vestigios del pasado, sino la historia misma de la humanidad. Una historia ya de por si tergiversada y acomodada a los tiempos y a los ganadores del las guerras. Con estos actos solo se afirma “he llegado y antes de mí no hubo nada” De lo que no se dan cuenta estos fanáticos, es que destruyendo su historia no legitiman su existencia, sino su falta de argumentos. Cuando una cultura pierde su historia comienza a morir sin remedio, dando paso a la oscuridad, como sucedió en la edad media.
Miembros del EI destruyendo las ruinas asirias de la ciudad bíblica de Nimrud.Resulta muy significativo que los espolios y destrucción se estén llevando acabo en uno de los territorios más ricos es este tipo de estructuras milenarias y que estos comenzasen con la invasión de EEUU. Lo primero que se perdió fueron piezas muy importantes del museo nacional de Bagdad. Donde los soldados se llevaron piezas muy significativas. Estos obetos y pruebas arqueológicas que se han perdido para siempre, podrían ser pistas que nos hablasen del auténtico origen de la humanidad, no del que nos han contado. Cabe recordar que Sumer o Sumedia, fue la primera y más grande civilización conocida anterior a la egipcia, se localiza precisamente en esta zona, entre el Eufrates y el Tigris. Allí se encontraron las tablillas que hablaban de un origen extraterrestre de la humanidad. Quien sabe si los vándalos destructores de reliquias obedecen a algo más que no es precisamente Alá.

Sea como fuere, lo cierto es que toda esta riqueza cultural se está perdiendo, en un acto criminal incalificable contra toda la historia de la humanidad. Están destruyendo pruebas de un pasado muy remoto, quizás de los orígenes de nuestra civilización. Es un acto criminal extraño para incultos y fanáticos. De cualquier manera un acto que evidencia un miedo profundo e irracional a lo que representa el conocimiento de la verdad de sus orígenes. Mentas vacías desprovistas de empatía y llenas de odio, hombres sin alma dispuestos a asesinar niños por su fe basada en mentiras y supersticiones, cuyo destino no será otro que el olvido. Que desilusión más grade se llevarán cuando en vez de vírgenes encuentren el silencio del bardo eterno y el olvido.

martes, 20 de agosto de 2013

Egipto, el triste resultado de una revolución inducida

"Cuando se mezcla la política, la religión y la  intervención externa, el resultado más probable es la guerra civil."

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egipto003.520.360 La llamada primavera árabe no es un movimiento popular, sino  una de esas maniobras del todo poderoso servicio de inteligencia de Estados Unidos. Al igual  en Libia, los disturbios en Turquía, Siria y toda la franja del Magrep, o otros muchos hechos que se han producido en toda la zona en los últimos tiempos, forman parte de un plan de desestabilización  para aumentar el control y minimizar la amenaza contra el estado autoproclamando de Israel.

 Aunque parezca difícil, plantar la semilla de la desestabiización no es caro ni complicado para los que lo han hecho durante muchos años  y que saben, por la experiencia acumulada, como manipular los acontecimientos para hacer estallar la violencia. Es mucho más sencillo, si cabe, hacerlo en un países donde la religión forma parte de la vida de sus habitantes, sobre todo si esta religión  es en su  esencia violenta, como sucede en el islam. Porque no nos engañemos, el islam es lo que es. Lo que les ocurre a los creyentes con frecuencia, sobre todo cuando la religión que procesan es tan absorbente que les  impide el raciocinio crítico, es que les hace a les radicales, les quita la visión de ver más allá de su percepción religiosa de la vida, y por tanto se vuelven vulnerables a los que urden planes contra ellos, a los que pretenden que se maten unos a otros para sacar tajada. Bañado por el Nilo, única pero muy rica fuente de vida para el  pías, Egipto no es pobre. El legado de una de las civilizaciones más importantes y prosperas de la historia humana sigue de momento en pie y les reporta millones de ingresos por turismo. Lamentablemente han olvidado quienes son y quienes fueron sus ancestros, dejándose llevar de la mano de aquellos que quieren su sangre. Quizás la parte más incómoda de este conflicto inducido, son lo hermanos musulmanes, aunque con buenas intenciones, no han sabido llevar al pueblo a una auténtica democracia, pues como su nombre indica están más preocupados de islamizar la política que del bien de su pueblo. En estas condiciones la posibilidad de una guerra civil puede ser inevitable, sobre todo cuando los países circundantes son los que definen las dos  facciones. Arabía Saudí,  y otros países con monarquía totalitaria,  apoyan ahora con ayudas al régimen militar golpista que ha tomado las riendas del país, mientras el pueblo, descontento tras el intento fallido de democratizar el país lucha y comienza a morir en las calles. Difícil futuro para un pueblo con tantas posibilidades, con tan enorme riqueza cultural.

http://www.tierra-libre.es