Si deseas con
desespero que pasen los días para que llegue el fin de semana o las
horas para salir del trabajo se hacen eternas, es que lo que haces
no te gusta. Llegado este punto y habiendo reconocido el hecho,
tienes dos opciones: o asumes que no tienes el suficiente coraje
para cambiarlo o tomas las riendas de tu vida y dejas de desperdiciar
el precioso tiempo de tu vida en ese lugar.
Si eres valiente y tomas el camino que te pide tu alma, te darás cuenta cuan difícil puede llegar a ser desprenderte de aquello que representa la seguridad. La decisión, ya de por si difícil, lo será mucho más, porque te han inculcado que tener un trabajo remunerado es necesario para satisfacer los caprichos de tu ego. Además, es una decisión que entraña cambiar todo lo aprendido por lo que está por aprender, es cambiar una supuesta seguridad por libertad. Pero si supieses lo efímera e inestable que es la seguridad que te ofrecen, lo tendrías más claro.
Si eres valiente y tomas el camino que te pide tu alma, te darás cuenta cuan difícil puede llegar a ser desprenderte de aquello que representa la seguridad. La decisión, ya de por si difícil, lo será mucho más, porque te han inculcado que tener un trabajo remunerado es necesario para satisfacer los caprichos de tu ego. Además, es una decisión que entraña cambiar todo lo aprendido por lo que está por aprender, es cambiar una supuesta seguridad por libertad. Pero si supieses lo efímera e inestable que es la seguridad que te ofrecen, lo tendrías más claro.
Lo que llamas
estabilidad y seguridad es algo que te han dado para alimentar tu
apego y tu miedo, sobre todo miedo. Pero nada tiene de
seguro y estable vivir, ya sea desperdiciando tu vida en cautividad o
en libertad. La muerte, como a todo ser que vive, puede alcanzarte
inesperadamente y entonces, todo el esfuerzo, las horas extras, los
quebraderos de cabeza y las broncas de los jefes, quedarán atrás,
inútiles como el tiempo desperdiciado.
Los que dirigen la
sociedad conocen bien ese miedo y se aprovechan de él para hacerte creer que no tienes opciones, que debes obedecer y ser
un buen trabajador; respetando las normas y no haciendo caso a tus
intuiciones y instintos primarios. Instintos, que al contrario de lo que te
dicen, no son algo malo.
Desde el colegio fuiste creciendo en una sociedad de persona temerosas de tomar decisiones y tú sigues el ejemplo y los consejos de los que se equivocan. Podías haber sido un gran artista, un magnífico escultor, un poeta, pero tu miedo, la educación que has recibido y el apego a una falsa seguridad, han hecho que otros decidan por ti, encerrándote en una jaula sin barrotes.
Desde el colegio fuiste creciendo en una sociedad de persona temerosas de tomar decisiones y tú sigues el ejemplo y los consejos de los que se equivocan. Podías haber sido un gran artista, un magnífico escultor, un poeta, pero tu miedo, la educación que has recibido y el apego a una falsa seguridad, han hecho que otros decidan por ti, encerrándote en una jaula sin barrotes.
No necesitas
caprichos, dinero ni nada material, lo que necesitas no lo podrás
encontrar si lo buscas fuera de ti. Lo hallarás bajo capas y capas
de mentiras y conceptos abstractos, ideas que te han inculcado para
ocultar tu esencia, para que no veas tu verdadero ser, él que te
está pidiendo que lo escuches. Si cierras los ojos y estás en
silencio podrás sentirlo, primero como un susurro lejano y fugaz,
apagado por las toneladas de escombros que lo cubren. Pero a medida
que practicas el silencio y la atención, más se hará sentir.
Puede tardar mucho tiempo, pero con la práctica descubrirás que es
lo único que existe en realidad. Cuando caigan todas las mentiras y
los velos que lo cubren, tu ser interior se manifestará en plenitud.
Las dudas que hasta entonces formaban parte de tu vida desaparecerán
como bruma cuando el sol de la mañana brilla sobre el prado. No
habrá más engaños, ni de los demás ni a ti mismo. El principal
enemigo a vencer en esta batalla no deberás buscarlo fuera tampoco,
sino en el reflejo que ves cuando te pones frente al espejo.
Derrotado el peor de tus enemigos, no habrá voz que se alce por
encima de tu voluntad inquebrantable.
En el estado del
BUDA sabrás que has muerto muchas veces y sufrido el dolor porque tú
lo has elegido. Necesitabas llegar hasta ese estado para darte cuenta
de lo que eres y el porqué de todas las cosas. No habrá preguntas
sin respuesta ni amenaza a la que debas temer. Ya no tendrás nada
que ganar ni que perder, porque comprenderás que todo lo que conoces
eres tu en conjunción con el universo.
No lo dejes para
mañana, empieza ahora mismo a escuchar lo que a gritos te pide tu
alma.
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