La nueva casta política se llena la boca con libertad,
democracia y derechos; destroza la lengua añadiendo género donde no lo había,
empobreciendo el lenguaje y complicándolo. Al igual que en la novela 1984 de George
Orwell, crea una nueva lengua para manipular nuevas realidades y conflictos. Sus
supuestas nuevas ideas, son en realidad muy viejas y ya probadas; probadas muchas veces con nefastas consecuencias. Cuando los escucho
me doy cuenta que su discurso mentiroso y manipulador no ha cambiado gran cosa. Me inquietan, porque estos nuevos ideólogos me
recuerdan a tiempos pasados, cuando en que en las plazas y ante miles de
personas desesperadas por las crisis y las incertidumbres, Stalin y Hitler proclamaban la supremacía de
su ideario. Ellos también señalaban enemigos y al igual que estos dictadores
genocidas, cuando hablaban de democracia quieren decir imposición,
cuando hablan de libertad, hablan solo de la suya para imponer sus ideales, cuando
hablan de derechos lo mismo, se refieren solo a los derechos de los que piensan
como ellos. Su discurso pasea por generalidades sin centrarse en cosas tan
básicas como el bien común, la libertad individual y los problemas reales de la
gente y del entorno. El adversario político es el enemigo a destruir, hay que
odiarlo y hacer que sea odiado. Independentistas y podemitas, son correas de
transmisión del odio en todas sus formar. El enfrentamiento y la imposición de
sus ideas es su divisa. No obstante, se aprovechan del sistema, cobran sus
sueldos y dietas, disfrutan de las ventajas de su posición. No tardan en acostumbrarse
a las buenas comidas en restaurantes caros y a los coches oficiales. Son marionetas
del mismo sistema capitalista que pretenden abolir, ignorantes de quien maneja
sus hilos. Al escuchándolos hablar y la pobreza de su verborrea, sus argumentos
falaces y el odio con el que se dirigen a sus adversarios, me da a mí que muchas luces no tienen. Solo
auténticos ingenieros sociales, maestros de la manipulación de masas, han
podido ser los artífices. También puede que me equivoque, y en realidad no sea esta una ideología creada,
sino el producto de un sistema educativo despojado de humanidades, filosofía y
tantas otras cosas que ayudaban a forjar personas sabias y con valores morales. Puede que haber
vivido sobreprotegidos por sus papas, mirando la caja tonta y creyéndose las
mentiras de viejos nostálgicos revanchistas, dispuestos a hacer vivir a los
jóvenes conflictos que perdieron, puede que por ello se hayan convertido en lo
que son.
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