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lunes, 8 de julio de 2019

¿Orgullo de qué?

Ciertamente no lo han pensado demasiado al  dar nombre al día dedicado a defender  los derechos LGTBI; llamándolo día del orgullo. Si lo hubiesen hecho, quizás  hubiesen caído en la cuenta de  la connotación negativa que tiene la palabra orgullo. Una palabra  que  alude directamente a la exaltación del ego y que es casi lo contrario a la humildad; una cualidad humana, cada vez menos valorada y que nos ayuda a reconocer los errores propios. De hecho, se llama orgullosa a una persona, muchas veces,  como un insulto,  aludiendo a un defecto de su carácter que le impide darse cuenta de sus errores. Así que  llamar a ese día, día del orgullo, es como tirarse  piedras sobre su propio tejado; algo digno de personas muy orgullosas.

EL LOBBY LGTB CORROMPIENDO A LOS NIÑOS EN LAS ESCUELAS por MARCEL GARCIAPero al margen de esta cagada, hay que decir que anomalías en la naturaleza las hay y las ha habido desde siempre; es algo que se da en todas las especies. La naturaleza es caprichosa y original, no es algo raro, ni bueno ni malo; es natural.  Explicado de otra manera, se podría resumir diciendo que la homosexualidad es normal por su existencia, pero anormal por su proporción. Se trata pues de una rareza o anomalía de la naturaleza, influenciada por la genética, influencia social etc.  Antiguamente, en  sociedades avanzadas como la griega y la romana , estas anomalías fueron consideradas como lo que son, algo normal y propio de la naturaleza; aunque también lo fue la pedofilia y otras cosa que hoy consideraríamos salvajadas. Pero con la llegada de  los prejuicios, creados fundamentalmente por algunas religiones, la homosexualidad, como  sucedió con la ciencia y el sentido común, acabó con esta idea de naturalidad.   Los fundamentalismos religiosos marcaron así el principio de la  edad media y una de las épocas más oscuras de la humanidad, cuyas secuelas todavía pagamos.  Hoy, a pesar de haber salido de esa oscuridad, quedan muchos resquicios en el mundo, algunos tan notables como el del islam, que considera a las personas que sienten diferente endemoniados, pecadores, lascivos; aplicando incluso la pena de muerte a homosexuales. La Iglesia católica, aunque pretende ocultarlo, todavía hoy le cuesta disimular su aversión, y de vez en cuando, le sale algún ramalazo. Pero ya se sabe que  la religión, como muchas ideologías, tiene estas tendencia por lo mismo de siempre, por anteponer las creencias al sentido común, la ciencia  y a la lógica. Aunque también en parte, creo que hoy, bajo este rechazo a la diferencia, subyace  el miedo a lo desconocido y falta de empatía.

Dicho todo esto, pienso que  ir bailando por la calle con el pito al aire, exhibiendo un desenfreno sexual y mostrando no tener el más mínimo tacto a la hora de herir sensibilidades, no contribuye  para nada a disipar  el resquemor, sino más bien  todo lo contrario; crea rechazo. A nosotros, los que no nos consideramos especiales por tener una tendencia sexual u otra, nos ofende ver como se antepone el sexo por encima del respeto a los demás. El sexo es algo que debería estar dentro de lo privado de  cada uno. Por otro lado, y esto es lo más importante de todo, ningún colectivo, por muy ofendido que se sienta y resentido que esté, tiene derechos especiales sobre los demás; porque los derechos son algo propio de personas y no de colectivos. Tampoco tiene derecho a apropiarse de conceptos, como el matrimonio, algo que solo se da entre personas del mismo sexo.

Otra cosa que me hace  no sentir ninguna simpatía por estos exhibicionistas egocéntricos,  es que según ellos, no se puede ser gay de derechas o de otra ideología que no sea la de izquierdas. Los principales promotores de estos movimientos exhibicionistas no son gays,  Su ego, no les permite ver, que están siendo instrumentalizados políticamente. El echo de llamar fascistas a todos aquellos que cuestionan la utilidad de subvencionar organizaciones LGTBI, pone de manifiesto muchas cosas, entre ellas los intereses económicos y políticos que hay detrás de este movimiento. Junto a la ideología de género, se han convertido en los principales un instrumento de la izquierda, que cómo hizo la religión en su tiempo, intenta imponer su forma de ver las cosas;  criminalizando a todo aquel  que no comulga con su credo. En cierta manera, a esta izquierda retrograda, revanchista y antigua, le conviene que este colectivo crezca. Gracias a la ideología de género, separando entre derechos de mujeres y de hombres, creando desconfianza e inseguridad entre sexos, es normal que muchos hombres hayan dejado de interesarse por las mujeres y viceversa.  Una sociedad dividida y radicalizada, con familias desestructuradas, es mucho más fácil de manipular. Lo que parece aversión a la familia, por parte de la izquierda, no es más que el intento de suprimir su principal foco de resistencia; la familia.
Otra de las cosas que me molesta mucho es la hipocresía y cobardía que demuestran los que instrumentalizan este colectivo.
¿Sí tanto lo quieren defenderlos, por qué aceptan el dinero procedente de Irán, país islámico donde los homosexuales son perseguidos y condenados a muerte?
¿Porque no organizan marchas del orgullo en esos países, en vez de hacerlo en lugares donde hay libertad sexual y no se persigue a estos colectivos?

Las respuestas a estas preguntas las responde su catadura moral y su carencia de ética. En realidad, para lo único que la  izquierda  quiere este colectivo, al igual que al movimiento feminista, es para colmar  sus ansias de poder. Lo que más choca de esta actitud oportunista de la izquierda radical, es que el marxismo nunca se ha caracterizado por tener una especial simpatía por la homosexualidad. De hecho fueron muchos los asesinados por esta causa en la antigua unión soviética y en todos los regímenes comunistas; amantes de la libertad y de la tolerancia, cómo todo el mundo sabe. Solo hay que ver las declaraciones de Marlasca, justificando las agresiones a otros  partidos políticos, para saber porque tipo de personas está este colectivo utilizado.  

Amigos homosexuales de todo el mundo, no se dejen manipular, que no es necesario exaltar su sexualidad para mostrar su belleza interior y la especial sensibilidad que para algunos proporciona su natural condición. Ustedes no son ni mejores ni peores que el resto de mortales, Son seres maravillosos, igual que dada uno de nosotros. Lo que hacen por las calles hiere y ofende, sirviendo solo a un fin propagandísticos de la intolerancia, amantes del gran hermano  y del pensamiento único. 
            


https://despertares.org/2019/07/09/el-lobby-lgtb-corrompiendo-a-los-ninos-en-las-escuelas/

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