Cuando usted se dirige al médico para
consultarle sobre alguna dolencia, ya sea la primera visita o ha ido
varias veces por lo mismo, su médico es muy posible que disponga de
un ordenador en su consulta, seguramente lo mismo que en la oficina
de recepción del centro. Los ordenadores se han convertido para la
sanidad púbica en algo habitual; va con los tiempos que corren y
una forma práctica de acceso al historial de un paciente. Todo esto
“en teoría” debería facilitar el trabajo del médico al poder
acceder a analíticas y otros datos de forma inmediata. ¿Pero esto
es así realmente?
Resulta que, por poner un ejemplo
cercano, en el sistema de salud catalán, hay tres sistemas
informáticos diferentes, a parte, cada hospital tiene sus propios
programas de gestión, no siempre compatibles con otros. Esto provoca
que con frecuencia un el paciente pierda toda una mañana ,
simplemente porque un sistema no puede acceder al otro para ver una
simple analítica. Lo que debería ser una buena herramienta, se
convierte entonces en un incordio, tanto para el médico como para el
paciente.
Por otra parte, pese a que hay
alternativas, todos los hospitales y centro de salud primaria de esta
comunidad autónoma, parece que están casados con Microsoft, pues
este es el sistema operativo que hay en todos sus ordenadores.
Tenemos que tener en cuenta, que una buena parte del gasto
administrativo de los centro de salud es la informática. Cada
ordenador que incorpora el sistema Windows suma una media de 54€ al
coste del equipo, cuenten todos los ordenadores que hay en estos
centro y multipliquen... Por otra parte, el hecho de disponer de
diferentes sistemas, incrementa los costes del mantenimiento y las
perdidas de tiempo, al tener que resolver las incompatibilidades y
problemas que surgen al compartir la información. Pero por si esta
forma de proceder no bastase para mostrar un ejemplo de como
malgastar el dinero, resulta que cuando una empresa de software
instala sus programas en un centro de salud, este se vincula de forma
irremediable a un contrato de mantenimiento. A partir de ese momento,
el centro de salud, que pagamos todos, se convierte en un esclavo
de esa empresa, sin posibilidad de desligarse de ella. Y esto se debe
a que que todas estas empresas encriptan sus programas para que
ninguna otra pueda manipular su software o mejorarlo, evitando así
la competencia con el consiguiente incremento artificial de los
precios.
Evidentemente, si todos los centros de
salud utilizasen Linux y software de código abierto, se evitarían
muchos de los costes que tiene un sistema de código cerrado, a parte
de otras muchas ventajas. La primera de ellas es la seguridad, ya
que, como todo el mundo sabe, Windows, es un nido de virus y
troyanos, teniendo que ser de obligada instalación un antivirus.
El coste de un sistema basado en Linux,
es mucho más barato que Windows por varias razones, la primera de
ellas es que su uso y distribución es gratuito, así como las
herramientas que se utilizan para hacer programas dentro de este
entorno de código abierto. En relación ha esto, hay que señalar
que es código abierto es algo obligatorio para los programadores que
trabajan con Linux; deben de enseñar como lo han hecho, no pudiendo
cobrar por los programas, sino por el trabajo de programar, ya que
muchas de las fuentes y herramientas utilizadas no les pertenecen.
Por tanto, cualquier programador puede acceder al código y mejorarlo
o modificarlo, lo que evita la vinculación del centro de salud a una
empresa concreta.
Yo no sé si es por desconocimiento de
las administraciones públicas, o por intereses espurios, pero a
parte de tener Windows en todos los ordenadores, ya no solo de
centros de salud, también en todas las administraciones, todos
incorporan el paquete informático de Microsoft, que tiene un coste
por licencia de más de 200€. Es incomprensible, que habiendo
alternativas gratuitas, como Openoffice, instalado en casi todas las
distribuciones de Linux, las administraciones públicas opten por un
software tan caro, que no ofrece más ventajas que un software
gratuito. Me gustaría saber, desde que empezaron a implantarse los
ordenadores y en los centros de salud y en las administraciones
públicas, cuanto de nuestro dinero a ido a parar a Microsoft, quien
tomo estas decisiones para pedirle responsabilidades y que me
devuelva el dinero de mis impuestos por hacer un mal uso del mismo;
porque esto se podría calificar de malversación de fondos públicos.
Pero volviendo a los centros de salud.
Si analizamos lo que un médico requiere de un ordenador, no son
demasiadas cosas. Necesita un procesador de textos, un programa de
mensajería y el acceso a una base de datos que contenga la
información. Todo esto no es más que un un navegador web conectado
a un servidor. El servidor contiene toda la información en bases de
datos, fotografías, radiografías, todo puede almacenarse de forma
segura en discos duros redundantes, a la que un terminal, que no debe
ser una máquina muy potente, puede acceder a través del navegador
web. En cada hospital debería haber un servidor, cuya información
fuese el espejo del resto de los demás servidores de otros
hospitales y centros de salud, por lo tanto, todos pueden acceder a
la información de forma inmediata desde cualquiera de los centros.
El coste de este sistema es una décima parte de lo que se han
gastado, no solo en el sistema de salud, sino en todas las
administraciones públicas, incluyendo los sistemas informáticos de
hacienda y de los juzgados.
Luego nos preguntamos que ha causado
esta crisis y donde se ha ido el dinero de nuestros impuestos y nos
damos cuenta que son estas cosas las que causan el despilfarro. Un
despilfarro que acaba en manos de multinacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si no estas de acuerdo o quieres aportar algo, deja tu comentario.