Cordyceps unilateralis
es el nombre en latín que recibe un hongo, que tiene la macabra habilidad de convertir a las
hormigas carpintero en zombis. Se trata de un hongo parásito capaz de adherirse
a las fibras musculares de la hormiga, haciendo que esta se convierta en zombi, vamos, muertos
andantes. El parásito, no solo toma las funciones motoras de la desdichada
víctima. La habilidad más notoria del hongo, es que en poco tiempo se hace con
el control del sistema nervioso central de su víctima, de forma que, una vez
infectada, la hormiga carpintero deja de hacer sus labores cotidianas y trabaja
para el huésped. De alguna manera que todavía se desconoce, un simple hongo, hace que la hormiga carpintero abandone el nido y busque un lugar oscuro debajo de la hojarasca, donde
las condiciones de luz y humedad sean propicias para el desarrollo del
parásito. La hormiga, contra su voluntad,
muerde entonces una hoja con todas sus fuerzas una hoja, y queda atrapada por sus propias mandíbulas. Finalmente, después de una agonía, que puede durar una
semana o más, en la que el hongo va creciendo e invadiendo su cuerpo lentamente,
muere. Después, de su cabeza brota entonces el hongo para esparcir sus esporas,
como un estandarte de victoria. De esta forma
comienza un nuevo ciclo vital, contaminar a otras desdichadas hormigas que
pasen por allí. Por suerte, este hongo,
que se sepa, no afecta a los humanos, de momento.
En
cambio, el venenum gentem, si es una
enfermedad que afecta a los humanos, y que lleva varios años causando millones
de muertes y destrucción en todo el planeta. Sus síntomas empiezan al escuchar
propaganda de sujetos infectados. Una vez contaminados, sus cerebros se vuelven mantecosos y empiezan a
oler mal. En ese momento se pierde la percepción de la realidad y esta queda
completamente trastornada. Para el afectado, todo lo que no esté relacionado
con la enfermedad, se convierte en una grotesca amenaza. Al mismo
tiempo, comienza a decir disparates y a
difundir propaganda, la misma que a él le infectó. La enfermedad afecta por igual a viejos y
jóvenes, gente de toda condición social pude adquirir esta terrible enfermedad.
No se sabe muy bien si es un hongo o una
bacteria, el caso es que acaba
destruyendo la sensatez y el buen juicio, llevando al infectado a su propia
autodestrucción en forma de obsesión enfermiza.
Otra
enfermedad similar que afecta a los humanos, que está en pleno auge y que es
bastante antigua, es el Communismi socialismi et populism. No difiere mucho
de la anterior en cuanto su origen y forma de propagación, aunque en esta
ocasión, la enfermedad se aprovecha de la debilidad de las defensas intelectuales, especialmente de la necesidad que crea la
pobreza, generalmente causada por los mismo infectados cuando acceden al poder
político. La propaganda, fuente primaria de la enfermedad,
en esta ocasión es más virulenta, ya que cuando acceden al poder, también
suelen infectar profusamente a los medios de comunicación, hasta el punto de
convertirlos en zombis que difundirán su propaganda. En los infectados por esta terrible enfermedad, se crea una
terrible obsesión que se traduce en querer controlar todos los aspectos de la
vida, tanto de los sanos, como los infectados. Persiguen la uniformidad de
ideas y que todos seamos iguales, no que todos tengamos los mismos derechos,
eso es de gente sana.
Cuando en un sujeto se ve afectado por venenum
gentem y Communismi socialismi et
populism, éste
termina por adquirir el síndrome del nationalis socialismi,
la cepa más virulenta de este grupo de enfermedades que afectan al
cerebro. En este caso, los afectados
quieren que todos acaben enfermos, y los que son inmunes a la enfermedad
muertos. Hay que estar muy atento a los síntomas, ya que no se detecta
fácilmente la enfermedad cuando está en sus fases iniciales. Algún comentario en cuentas de redes
sociales, símbolos o banderas, pueden alertarnos de un grupo de este tipo
enfermos. También hay que tener mucho cuidado de subestimarlos, ya que la enfermedad no les arrebata sus
facultades mentales. Por el contrario, su obsesiva necesidad de hacer que todos
nos sometamos a su voluntad, hace que se suelan juntar en organizaciones muy
bien estructuradas, donde aúnan esfuerzos y recursos para transmitir la
enfermedad al mayor número posible de personas.
Por suerte, todas estas enfermedades tienen varias vacunas, el
sentido común, la ciencia, la razón, la ética, la moral y la filosofía. Además
de todas estas, está la más importante, leer la historia real y la que está
contaminada por la enfermiza mente de los afectados. Ninguna de estas
enfermedades ha causado beneficio alguno a la humanidad, y si lo ha hecho ha
sido efímero y seguido de guerras y sus muertes. Saber que estas son enfermedades
y no ideologías salva patrias, es la mejor forma de inmunizarse. Tómense una cucharadita de sabiduría cada día, y estén
seguros de que no le afectará ni tendrán que sufrir los síntomas totalitarios
de estas enfermedades.
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