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miércoles, 24 de abril de 2019

De debate a debate y tiro porque me toca

Los debates políticos en televisión  solo sirven para recordarnos  a todos la carencia de ideas y el desconocimiento de la realidad que tienen los políticos; todos ellos anclados en viejas ideologías de demostrada ineficacia para resolver los problemas reales de la sociedad. En estos debates podemos comprobar como las palabras, vacías de  ciencia y de razón,  rebotan en la superficie de un mar plagado de problemas, que no son tenidos en cuenta y que son cruciales para asegurar el futuro de cualquier sociedad y por tanto de la humanidad entera. Problemas tan cruciales como la energía, la educación y la ciencia, quedan relegados al margen, mientras que el debate ideológico estéril, toma el protagonismo. Ninguno de los políticos al uso, es decir, del sistema, pondrá en duda, por ejemplo,  el actual modelo de economía basado en la obtención del beneficio inmediato y el dinero fiduciario; un modelo económico que se basa en la esclavitud del ser humano para garantizar la prevalencia de un grupo de privilegiados sobre el resto.

Los debates políticos televisados, son el nuevo circo moderno, donde los gladiadores luchan, no por rebatir las ideas del contrario, sino por destruirlo y evitar que este alcance el poder. Es una mera distracción para hacer ver que el pueblo puede decidir sobre algo, que previamente ya ha sido decidido por los que manejan el verdadero poder; el que mueve los hilos de estos títeres a los que llamamos políticos.  No serán los ciudadanos quienes elijamos, sino los bancos que prestan el dinero para las costosas campañas electorales y para pagar las costosas sesiones de los asesores de imagen. Incluso partidos políticos llamados erróneamente anti-sistema, aceptan con agrado créditos bancarios que están fuera del alcance de cualquier mortal, pero que los grandes bancos otorgan sin ninguna garantía de devolución a estos partidos políticos. Pocos son los que se preguntan cómo es posible que los bancos, propios del sistema capitalista más rancio, otorguen créditos millonarios a partidos políticos anti-sistema? ¿Será, quizás, que estos partidos solo son disidencia controlada para hacer ver que hay otras opciones?

Pero esta campaña electoral a puesto en evidencia una nota disonante en esta sinfonía de distracción, algo que no cuadra con las formas habituales de actuación del poder. Esta nota disonante podría ser VOX. Porque sí analizamos este fenómeno sociológicos desde su nacimiento hasta su situación actual, podríamos llegar a pensar que se trata de un movimiento  anti-sistema, mucho más reaccionario que Potemos o los bolcheviques de la CUP, partidos   creados como complementos o alternativa de los socialistas; más o menos, como Ciudadanos lo es al PP. VOX no obedece a este patrón típico de disidencia controlada, sino que surge de forma espontánea fruto del descontento. Esta teoría mía, es reafirmada por la naturaleza  políticamente incorrecta de su ideología, mucho más revolucionaria, en estos tiempos del buenismo, la ideología de género o la mediocridad intelectual. Es posible que VOX esté  fuera del control del poder establecido, y prueba de ello serían las mentiras y los constantes ataques que se realizan desde los medios de desinformación vinculados al poder. Estos medios no paran se tildarlos de   racistas, xenófobos, defensores de las armas, asesinos de animales, fascistas y otros muchos más. Nutriéndose para ello de declaraciones sacadas  de contexto, con clara intención de manipular la opinión pública.  Cuando organiza actos, se envían hordas de demócratas tolerantes para evitar que celebren sus actos electorales; una práctica  muy democrática y arraigada entre gente de la tolerante izquierda. Sea como fuere, está claro que el poder no tiene control sobre VOX, que su presencia es  molesta y pone nerviosos al los poder oculto. No hay más que ver las trabas que le ponen, incluso delatando sus intenciones, como ocurrió al privarlos de poder confrontarse en los dos debates televisados. Quizás este partido no sea más que una nueva  maniobra más de distracción o puede que no; solo el tiempo dirá. La cuestión, es que VOX, al igual que otras formaciones políticas surgidas del descontento popular, están en auge en toda Europa, lo que puede representar un gran problema a las élites que desean crear el pensamiento único y no disidente. Una cosa está muy clara, VOX sacará muchos más votos de los que las encuestas manipuladas les dan a priori. La gran pregunta será, ¿Los socialistas aceptarán la victoria o se rebelarán cómo en el 36, con las consecuencias que todos conocemos?       

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