Aquellos que no han
despertado todavía ya no lo van ha hacer. Es inútil seguir
llamándolos porque para ellos ya está todo decidido. Sea cual sea
el resultado de esta guerra por la libertad, ellos estarán
contentos. Les da igual y sufrirán el destino del resultado sea
cual sea, porque nunca les importó nada. Han estado tanto tiempo
dormidos que no desean conocer nada nuevo; son la personalización de
la pasividad llevada hasta las últimas consecuencias, el producto de
cientos de años de manipulación y adoctrinamiento. Pero tranquilos,
también son el elemento neutro de esta ecuación, no alteran el
resultado. De la misma forma que ya no actúan contra el sistema,
tampoco lo harán contra nosotros.
El tiempo de esperar
y reclamar la atención de los perdidos ha llegado a su fin. Sabemos
que somos muchos más que nuestros enemigos, incluso sin ellos la
batalla está ganada. También sabemos que no será necesario
derramar una gota de nuestra sangre. Con un simple gesto apagaremos
el interruptor y la máquina de la opresión se detendrá en seco,
quedando en silencio para siempre. Es nuestra energía la que la ha
estado alimentando y con solo un gesto por nuestra parte, esa
energía vital dejará de fluir. No tengáis miedo, el mundo no se
detendrá, volverán a brotar las flores en primavera como siempre a
pasado. Los astros seguirán en su lugar al día siguiente, como el
Sol, que volverá a brillar sobre la tierra como cada día. Lo que si
cambiará es el mundo humano, que jamás volverá a ser el mismo;
nunca más.
Ha sido larga la
espera y hemos pasando por todas las fases necesarias para alcanzar
la nuestra evolución, para darnos cuenta de que fue nuestra
pasividad y el no abandonar la falsa esperanza de que alguien vendría
a cambiar las cosas, lo que ha mantenido esta situación tanto
tiempo. Si, esto fue lo que permitió que este sistema no se viniese
abajo antes. Pero ya estamos hartos de esperar y sabemos que nadie
vendrá a rescatarnos; ha llegado el momento de enarbolar nuestra
bandera de libertad y tomar lo que nos pertenece por derecho. Todos
hemos vivido el descubrimiento de nuestra condición de esclavos de
una forma u otra, pero todos hemos conocido la frustración de la
misma manera y es hora de acabar con ella y cambiar nuestro destino.
No hay odio ni
venganza en nuestras acciones, solo evolución. La desaparición de
este sistema opresor es tan solo una consecuencia de su propio
declive, más que de nuestros actos. Algo tan vil no puede sobrevivir
tanto tiempo sobre la tierra. Les daremos la espalda, no obedeceremos
sus órdenes ni iremos a sus guerras, no utilizaremos su dinero, no
reconoceremos sus fronteras ni sus leyes.
Alguien dijo: en un
mundo donde un deportista puede ganar más dinero que un médico o un
profesor, debe haber algo que está funcionando muy mal. Pero eso
solo es una pequeña muestra de los males de esta sociedad, donde
hombres corruptos y enfermos de avaricia campan como dioses, mientras
horrados y abnegados sufren la miseria. Todo eso debe terminar ya.
Que se den baños de dinero sin valor, que se lo coman todo, pues
nada tendrán si no es ganado con el sudor de su frente. Su condena
será alimentarse de sus desperdicios y su pútrido dinero, quizás
así se curen.
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