Cuando llegan unas elecciones surgen dudas y uno se pregunta a quién votar. Estas dudas son de mayor calado, cuándo la oferta no es muy variada y de muy mala calidad. Pero como sabemos, el próximo 28 de abril, tendremos que tenerlo claro y votar la opción lo que mejor nos convenga.
Estas elecciones generales tienen una dificultad añadida, pues la aparición de partidos nuevos, no solo dificulta la elección, sino que puede hacer que nuestro voto, no sirva para encumbrar a nuestro candidato, aunque esto no es nuevo.
Hay dos cosas que tenemos que tener claras antes de ir a votar: La primera es que una buena forma de discernir el sentido del voto, al margen de las promesas y la verborrea, es examinar las acciones de los partidos cuando han tocado el poder anteriormente. No es un método seguro ni infanible, pero sin duda, mejor que fiarse de lo que dicen que harán. Porque esas promesas vacías que tanto les gusta lanzar en campaña, ya sabemos donde acaban la mayoría. Otra cosa y que creo que es la más importante para no cagarla, es deshacernos de la ideología en que creemos. Primero, porque solo son creencias y segundo, porque no es nada práctico. Ninguno de los partidos que salga va a obrar según su ideología. Esta, más que nada, será aludida para distinguirse de los demás. Una vez en el poder, y esto lo hemos visto ya unas cuantas veces, el partido salido de las urnas, hará solo pequeñas acciones en nombre de su ideología, y estas serán acciones intrascendentes para el ciudadano de a pie, encaminadas a justificar o distinguirse ideológicamente. Ejemplos podríamos poner muchos: la exhumación de Franco, memoria historia, homenaje a la bandera y tonterías semejantes que aluden a un pasado rancio. Son acciones sentimentales, pero nada prácticas. Esto es lineas generales, ya nos va ha servir para acertar.
Estas elecciones generales tienen una dificultad añadida, pues la aparición de partidos nuevos, no solo dificulta la elección, sino que puede hacer que nuestro voto, no sirva para encumbrar a nuestro candidato, aunque esto no es nuevo.
Hay dos cosas que tenemos que tener claras antes de ir a votar: La primera es que una buena forma de discernir el sentido del voto, al margen de las promesas y la verborrea, es examinar las acciones de los partidos cuando han tocado el poder anteriormente. No es un método seguro ni infanible, pero sin duda, mejor que fiarse de lo que dicen que harán. Porque esas promesas vacías que tanto les gusta lanzar en campaña, ya sabemos donde acaban la mayoría. Otra cosa y que creo que es la más importante para no cagarla, es deshacernos de la ideología en que creemos. Primero, porque solo son creencias y segundo, porque no es nada práctico. Ninguno de los partidos que salga va a obrar según su ideología. Esta, más que nada, será aludida para distinguirse de los demás. Una vez en el poder, y esto lo hemos visto ya unas cuantas veces, el partido salido de las urnas, hará solo pequeñas acciones en nombre de su ideología, y estas serán acciones intrascendentes para el ciudadano de a pie, encaminadas a justificar o distinguirse ideológicamente. Ejemplos podríamos poner muchos: la exhumación de Franco, memoria historia, homenaje a la bandera y tonterías semejantes que aluden a un pasado rancio. Son acciones sentimentales, pero nada prácticas. Esto es lineas generales, ya nos va ha servir para acertar.
Pero para apuntar mejor hay que analizar las opciones. Empezando a los partidos grandes, PP y PSOE.
En general, los dos han tenido luces y sombras, aunque más sombras que luces. Los dos, debido a permanecer mucho tiempo en el poder, han se han visto envueltos en problemas muy graves de
corrupción. En cuanto a sus políticas, en realidad, aunque nos quieran hacer creer lo contrario; salvo pequeñas diferencias ideológicas, a la hora de gobernar se han parecido mucho. Salvo contadas excepciones, su política exterior ha sido un desastre y totalmente sumisa con las directivas europeas, es decir de Alemania. Ninguno de los dos ha plantado cara a las tremendas putadas que la EU nos ha hecho y que han afectado gravemente a nuestra agricultura e industria. Ninguno de los líderes de estos partidos ha tenido el coraje para plantarse y decir basta y los pocos que lo han intentado se han tenido que marchar. En cuanto a las políticas económicas, ha sido el PSOE el partido protagonista de los mayores errores y estrepitosos fracasos económicos. Nadie creo que olvidará a Zapatero, cuando dijo que España va bien, cuando todo el mundo sabía que se avecinaba una crisis financiera, que acabó de "arreglar· con su famoso plan E. Algo que no sirvió más que para ahondar todavía más el pozo donde se metió. Pero el error más grande de Zapatero, no fue su nefasta política económica, sino en política territorial, al haber dejado que fuese una Generalidad catalana separatista, la que confeccionase un estatuto, que a las claras no iba ha ser refrendado por el constitucional. Esto, como todo el mundo recuerda, creo más desafecctión
entre los catalanes separatistas. Este hecho es el germen del grave problema que tenemos ahora con Cataluña. Como diría el sabio, dejar el gallinero en manos de la zorra, el algo que ningún buen granjero debería hacer.
En cuanto al PP, pues tampoco es que haya tenido muchos aciertos, quizaz algo mejor en economía, pero lo mismo a la hora se sablar a impuestos e igualmente penosa defensa de nuestros intereses en el mundo. Este partido, si por algo se ha distinguido en verdad, ha sido por los gravísimos casos de corrupción. Pero de eso, ninguno hay que no esté manchado. Tanto PP y PSOE privatizaron empresas públicas, estrechando la frontera entre las políticas del PP y PSOE hasta hacer pensar que eran los mismos con distintas siglas. De ahí, que diga que de nada sirve utilizar la ideología para elegir. Ninguno de estos dos partidos se sale de las teorías de Adam Smit. Los dos defienden el actual sistema económico del dinero fiduciario, que cómo muchos sabréis, y si no os lo digo, es una estafa muy bien elaborada. Ni siquiera los antisitema podemitas son capaces plantearse su abolición, tanto que presumen de innovadores. Si, efectivamente, Podemos ya ha demostrado su inutilidad como alternativa, pues han demostrado ser pijos disfrazados de progres, cuando han colaborado con el PSOE en el gobierno. En mi opinión, son unos hipócritas capaces de señalar con el dedo a los ricos mientras ellos se van enriqueciendo al subir al poder. Además, son claras las tendencias totalitarias y la herencia de la izquierda más rancia, está presente en sus discursos, con esa falsa superioridad moral que exhalan y tanto me revienta. Han heredado también el resentimiento guerracivilista y la venganza. El PSOE, para no perder votos, se ha visto contaminado por la radicalidad de Podemos. . Por otra parte, se intuye en sus acciones una clara tendencia a aplicar políticas proteccionistas sobre los ciudadanos, destinadas, tal vez, a hacernos ver que somos idiotas y no sabemos muy bien lo que hacemos. Esto no es una exclusividad de Podemos, pero sí que lo es más habitual. En cuanto a Ciudadanos, pues más de los mismo. Tenemos un líder carismático pero veleta, que gira dependiendo de las encuestas y los tiempos. Al menos sabemos que, como el PP, defiende el estado de derecho y está en contra del separatismo, algo que Pedro no tiene nada claro, no por sus palabras claro, sino por sus actos; qué al fin y al cabo, son los que importan. Dentro de este partido, pienso que debería ser Inés Arrimadas quien debería ocupar su presidencia. Ha demostrado ser más valiente frente a los que quieren romper el estado de derecho y siempre coherente con sus ideas.
entre los catalanes separatistas. Este hecho es el germen del grave problema que tenemos ahora con Cataluña. Como diría el sabio, dejar el gallinero en manos de la zorra, el algo que ningún buen granjero debería hacer.
En cuanto al PP, pues tampoco es que haya tenido muchos aciertos, quizaz algo mejor en economía, pero lo mismo a la hora se sablar a impuestos e igualmente penosa defensa de nuestros intereses en el mundo. Este partido, si por algo se ha distinguido en verdad, ha sido por los gravísimos casos de corrupción. Pero de eso, ninguno hay que no esté manchado. Tanto PP y PSOE privatizaron empresas públicas, estrechando la frontera entre las políticas del PP y PSOE hasta hacer pensar que eran los mismos con distintas siglas. De ahí, que diga que de nada sirve utilizar la ideología para elegir. Ninguno de estos dos partidos se sale de las teorías de Adam Smit. Los dos defienden el actual sistema económico del dinero fiduciario, que cómo muchos sabréis, y si no os lo digo, es una estafa muy bien elaborada. Ni siquiera los antisitema podemitas son capaces plantearse su abolición, tanto que presumen de innovadores. Si, efectivamente, Podemos ya ha demostrado su inutilidad como alternativa, pues han demostrado ser pijos disfrazados de progres, cuando han colaborado con el PSOE en el gobierno. En mi opinión, son unos hipócritas capaces de señalar con el dedo a los ricos mientras ellos se van enriqueciendo al subir al poder. Además, son claras las tendencias totalitarias y la herencia de la izquierda más rancia, está presente en sus discursos, con esa falsa superioridad moral que exhalan y tanto me revienta. Han heredado también el resentimiento guerracivilista y la venganza. El PSOE, para no perder votos, se ha visto contaminado por la radicalidad de Podemos. . Por otra parte, se intuye en sus acciones una clara tendencia a aplicar políticas proteccionistas sobre los ciudadanos, destinadas, tal vez, a hacernos ver que somos idiotas y no sabemos muy bien lo que hacemos. Esto no es una exclusividad de Podemos, pero sí que lo es más habitual. En cuanto a Ciudadanos, pues más de los mismo. Tenemos un líder carismático pero veleta, que gira dependiendo de las encuestas y los tiempos. Al menos sabemos que, como el PP, defiende el estado de derecho y está en contra del separatismo, algo que Pedro no tiene nada claro, no por sus palabras claro, sino por sus actos; qué al fin y al cabo, son los que importan. Dentro de este partido, pienso que debería ser Inés Arrimadas quien debería ocupar su presidencia. Ha demostrado ser más valiente frente a los que quieren romper el estado de derecho y siempre coherente con sus ideas.
Por último tenemos a VOX, completos desconocidos pero de ideas
muy claritas. Vox es una escisión del PP más duro, pero muy al contrario de lo
que la gente de la izquierda dice de ellos, no son fascistas. La utilización,
por parte de líderes de la izquierda y periodistas afines de esa palabra,
demuestra su falta de conocimiento de lo que es un fascista y esa ideología,
racista y totalitaria. Las ideas de VOX no tiene nada que ver con el fascismo,
pero si con ideas claras de lo que quieren hacer. Eso es algo que provoca mucho
miedo en los ambiguos ideales de la izquierda y la derecha tradicionales. Cuyos
ideales, ha demostrado una y otra vez, que no son la solución a los muchos
problemas que se plantean en la sociedad actual. No obstante, la concentración
en el terruño, como los nacionalistas, les puede poder cometer el error de pensar
que podemos vivir al margen del exterior o que nos van a dejar aplicar
políticas de forma independiente. Estamos sometidos al imperio del dinero y de la
deuda, por tanto, solo independizándonos de eso podríamos regir nuestro propio destino.
Esto, ninguno de los partidos políticos, tradicionales o nuevos, lo plantearán
nunca, ya que su germen está en el propio sistema que nos atrapa.
Así pues, a quien votar.
Desde luego no será para mí una opción independentista, más de lo mismo, tampoco el
PSOE de Sánchez, un tipo que ha demostrado tener un ego más grande que la
superficie de España. Tampoco a los podemitas y mucho menos al PP. Creo que hay
que probar cosas que empeoren tanto las cosas que no tengan más remedio que
buscar soluciones de verdad, en vez de ser serviles esclavos del sistema.
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