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jueves, 14 de febrero de 2019

Adios Pedro Adios

Adivina adivinanza:

Muchos hay en nuestras  tierras españolas que presumen de ser hombres de elevada condición, mas no pocos solo son farsantes, trepas, pícaros, ladrones o gentes del montón.
Ambiciones dicen  no tener, pero  que poco lo demuestran cuando ascienden al poder.
De vergüenzas no saben, de honores ni te digo. por eso, con quienes crean sus mentiras y llenen plata sus bolsillos, buenas alianzas forjarán.
Distinguirlos es sencillo, ya que de discursos con promesas vacías por su boca saldrán, y como si fuesen un gran  un martillo tú cabeza golpearán.
De bellos ideales y valentía  dicen ser poseedores, mas sus actos rezuman avaricia, incoherencia, hipocresía y faroles.
No ahorran empeño en exhibir superioridad moral, prepotencia, falsa seguridad e  imagen de diseño. Sus gestos también lo son, creados  por expertos con gran afición, que aun siéndolos, dejan bien clara sus marcas cuando salen  en la televisión.
Problemas inventarán para dar luego soluciones que no funcionarán.

Al alcanzar el poder, sus primeras víctimas.  la verdad  y los bolsillos de todos serán.

¿Quiénes son?

10894Así son algunos, que para nuestra desgracia, ocupan escaños del congreso. Sí, ese lugar donde se decide el destino de nuestros impuestos. A veces, son los peores quienes acaban ocupando la  presidencia y el gobierno. Preguntarse porque están ahí, engañándonos y viviendo de la sopa boba, es algo que todo ser inteligente debería cuestionarse, al menos  una vez en la vida. Es tan grande el misterio, que incluso podríamos derivar nuestro pensamiento a oscuras conspiraciones de  entidades ocultas o sociedades secretas. Uno pude creer tal cosa, u optar por la segunda opción, a mí entender más certera, que es que somos más estúpidos de lo que pensamos.


Véase el caso el  Dr. Pedro Sánchez y su séquito de mentirosos evasores fiscales. Ascendieron  al poder por accidente, prometiendo elecciones, Pero de no ser porque los destructores dejaron de darles soporte, los hubiésemos tenido que aguantar años. El buen doctor se pensaba que esto de la presidencia era un juego, o quizás un sueño. Para realizar sus alocados proyectos, se rodeó de lo peor, los destructores del estado de derecho, de gente que no cree en la constitución. Una constitución, por cierto,  gracias a la cual tienen su cargo, el descomunal salario y su pensión; al que no renuncian, claro. El buen doctor se rodeó de lo peor de lo peor del facherio, de  gente que no solo no cree en la democracia ni en la constitucional, sino que además quiere imponer a todos sus ideas.. Y claro, alguien que depende de destructores solo puede destruir para contentarlos. En realidad tendrían un orgasmo si este edificio, forjado a sangre y fuego llamado Constitución, se derrumbase llevándose por delante todo lo conseguido.

Las malas lenguas de la derecha extrema dicen  de Pedro,  que es un mentiroso, que su doctorado es más falso que un billete de 6€. Dicen los periódicos de extrema derecha,  que incumplió sus promesas al no convocar elecciones. Pero claro, nada malo dice la izquierda moderada y cabal del personaje. Según ellos, lo único que desea la extrema derecha  es desalojarlo del congreso, y por eso se inventa estas mentiras.   Lo cierto es que los rumores de estos mal nacidos demócratas, a los que votan más de la mitad de la población,  tienen cierto grado de credibilidad. Los hechos son los que son. Es indudable que dijo que convocaría elecciones, y ahí siguió hasta que se le acabaron los apoyos. Por fin,    después de muchos meses, aguantado cómo sea para vivir su sueño y jugar con sus juguetes favoritos, especialmente los avioncitos y los helicopteros, de va.

En cuanto a su tesis falsa, pues bueno, no se ha ni molestado en defenderse. Podía haber  presentando una querella contra quienes lo acusan de plagio o niegan su autoría; pero no lo hizo. Esto, claro está,  no prueba que los rumores son ciertos, pero si hace acrecentar su veracidad. Además, cualquiera que se hiciese llamar doctor y así lo fuese en conciencia; sobre todo después de haber pasado mil penurias y muchas horas hincando codos; se sentiría ofendidísimo y hubiese entrado en cólera. Pero el buen doctor se quedó impertérrito, dejando pasar el tiempo a ver si se desvanecen los rumores y las pruebas. Es la mejor forma, pienso yo, de que la gente piense que de doctor nada de nada, pero que de trepa y mentiroso  un mucho de las dos cosas.  

Ahora los destructores le han abandonado, y en su partido se abrió la veda, su cabeza tiene los días contados porque los barones han salido de caza. Por fin, tiene que convocar elecciones y abandonar el sueño de una noche de invierno. Debe someterse de verdad a las urnas para saber si su gestión, que ha consistido en poco menos que nada, convence a los suyos y a los demás, algo que creo no sucederá, Dios nos libre. 


  

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