Muy mal de la cabeza tienen
que estar algunos para recurrir a un pasado oscuro y siniestro de nuestra
historia y utilizarlo para justificar
sus actos. Hace más de ochenta años de esa terrible guerra civil española y más de
cuarenta que murió el dictador. Ha pasado más tiempo del necesario para la reconciliación y el
cierre de heridas. Pero por desgracia, hay una casta de progres y politicuchos de
poca monta y baja altura moral, que se empeñan en revivir el pasado en el presente, comprometiendo el futuro. Su alma
sigue ahí, prendida con el pegamento del resentimiento, como si la derrota de
aquella guerra fuese suya. Parece que quieran la revancha de una guerra que perdieron otros. Aluden al pasado para justificar altos que hoy no deberían tener relevancia, ya que son muchos los problemas que hay que resolver, mucho más acuciantes que ponerse a remover la mierda enterrada.
La gente de bien sabe con certeza, que del pasado solo se pueden sacar lecciones y nada más. Aquellos que no miran al futuro y que se empeñan en desenterrar a los muertos, no son dignos de dirigir a un pueblo que quiere avanzar hacia un futuro próspero y en paz; un pueblo que quiere dejar atrás hechos vergonzantes e impropios de seres humanos. Los políticos que se aferran a ese pasado y pretendiendo retomar al enfrentamiento y la polarización de la sociedad, solo están recreando el mismo escenario que condujo a que hermanos se mataron entre sí por ideales de tarados; bien fuesen fascistas o bolcheviques. A través del odio y el resentimiento infundado de sus corazones, corrompen la mente de las personas, dándoles el veneno que produjo esos lamentables hechos.
La gente de bien sabe con certeza, que del pasado solo se pueden sacar lecciones y nada más. Aquellos que no miran al futuro y que se empeñan en desenterrar a los muertos, no son dignos de dirigir a un pueblo que quiere avanzar hacia un futuro próspero y en paz; un pueblo que quiere dejar atrás hechos vergonzantes e impropios de seres humanos. Los políticos que se aferran a ese pasado y pretendiendo retomar al enfrentamiento y la polarización de la sociedad, solo están recreando el mismo escenario que condujo a que hermanos se mataron entre sí por ideales de tarados; bien fuesen fascistas o bolcheviques. A través del odio y el resentimiento infundado de sus corazones, corrompen la mente de las personas, dándoles el veneno que produjo esos lamentables hechos.
Pedro Sánchez, adoradores de la antigua república y Pablo
Iglesias con sus podemitas, son personas que viven en el pasado y sienten nostalgia del zumbido
de las balas. Su corazón rezuma odio y resentimiento, como si hubiesen estado
en las trincheras, viendo como caían sus camaradas. Pero ellos, no estuvieron
allí, solo saben de lo que pasó de la misma forma que lo sabemos todos; por
lo que les han contado o han leído. La diferencia es que ellos, desean volver allí para cambiar las cosas. Al igual que todos los de su generación, no
han sufrido la amputación de una pierna o el escozor de la metralla incandescente atravesando sus carnes. Sin
embrago, ven a todos los que no piensan como ellos, como el enemigo causante de las heridas que solo están en su mente enfermada por el odio irracional.Son miles los problemas a resolver, pero la rabia les ciega.
En vez de atender estos problemas, que si tienen una repercusión real sobre la
vida de las personas en el momento presente, se empeñan en recrear el pasado y fomentar el mismo odio
que condujo a los acontecimientos que tuvieron que sufrir nuestros ancestros.
No son pocas las leyes estúpidas, desprendidas del ideario retrogrado de estos medio hombres, tampoco escasas las horas perdidas en discutir si fue de tal o cual manera. Todos sabemos lo básico y necesario para entender el porqué de algo que nunca debió producirse y como evitarlo. Sabemos que fue la no aceptación de los valores democráticos lo que inició la guerra. Sabemos que fue la incitación al odio y al enfrentamiento, por parte de políticos cegados por la ideología, lo que condujo a que hombres buenos se transformaran en bestias; capaces de alzar sus fusiles contra sus semejantes.
No son pocas las leyes estúpidas, desprendidas del ideario retrogrado de estos medio hombres, tampoco escasas las horas perdidas en discutir si fue de tal o cual manera. Todos sabemos lo básico y necesario para entender el porqué de algo que nunca debió producirse y como evitarlo. Sabemos que fue la no aceptación de los valores democráticos lo que inició la guerra. Sabemos que fue la incitación al odio y al enfrentamiento, por parte de políticos cegados por la ideología, lo que condujo a que hombres buenos se transformaran en bestias; capaces de alzar sus fusiles contra sus semejantes.
Una buena forma de no volver a ese pasado, es reconocer a
esos líderes, tan estúpidos, que son
capaces de volver a recrear esa guerra, buscando la rebancha. Gente como Pedro
Sánchez o su antecesor, Zapatero y todo aquél que centre su discurso en el
pasado y el revanchismo, son merecedores de sospecha. Son ese tipo de gente de
bajo calado moral, los que pueden retrotraernos a un pasado que nadie quiere. A
quienes tan solo, se les note la intención de defender las ideas nacionalistas de principios del siglo XIX, son
merecedores también de sospecha. Todos ellos deberían ser apartados de la
política y acudir al psiquiatra, porque son enfermos mentales con carisma; devastadoras para una sociedad moderna. Esos enfermos, que no
desperdician ocasión para recordarnos su supuesta superioridad moral, son tan
peligrosos que un virus sin cura. No lo duden, el poder en manos de estos
enfermos es un arma contra el progreso y
la evolución. Ignoren sus palabras cargadas de odio y resentimiento, porque de no hacerlo, acabarán viendo enemigos en vez de adversarios, fachas en vez de liberales, animales a abatir en vez de personas.
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