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miércoles, 16 de octubre de 2019

Cómo afectará la gestión de la crisis catalana a las aspiraciones de Pedro Sánchez

Los disturbios en la ciudad condal y la pasividad de Sánchez (alias Dr. Fake),  frente al desafío nacionalista, van a cambiar, sin duda alguna, la intención de voto  de muchos de los  que habían cometido el terrible error de depositar su confianza en este sinvergüenza y cara dura. Su tibieza y falta de determinación ante los disturbios de la noche del 15 de octubre, no fueron propias de un gobernante con carácter, que debe preservar el estado de derecho frente a la barbarie, si no más bien las de un hombre perdido, cobarde y acorralado por una situación que le supera. Su aparición tardía en los medios, lanzando brindis al sol y minimizando la situación de caos que todo el mundo vio por internet, menos él, ha calado muy hondo, tanto en los catalanes constitucionalistas, como en el resto de España. Además y sumado a todo esto, está la reciente negativa de Izeta, dirigente de su mismo partido en Cataluña, que se mostró contrario a la moción de censura contra el racista y secesionista Torra; actualmente presidente de la generalidad y supuesto líder de los denominados CDR (comites de defensa de la república). Así pues, no solo el Dr. Fake es un problema para la sufrida España, lo es un partido que traiciona los valores que todo partido democrático debe defender y preservar. 

En ningún país de nuestro entorno, la aptitud  fastizoide   y desafiante de un secesionista, que alienta a las masas a provocar el caos, hubiese sito tolerada como lo ha sido en España. Pero el Dr. Fake, no solo ha permitido esto, sino que hizo dejación de funciones al no preveer unas manifestaciones  violentas que habían sido anunciadas, a bombo y plantillo, por los propios separatistas. Todos esperábamos que un sujeto de la calaña de Torra, un día acabase apoyando la violencia, pues es lo que se espera de un nazi racista y supremacista, lo que no esperaba nadie, es que el representante de todos los ciudadanos, saliese por televisión quitando hierro al asunto y diciendo que todo estaba tranquilo.

Tener una cara bonita y vestir bien no le hace a uno  presidente del gobierno de España. Cómo se suele decir, el hábito no hace al monje señor Dr.  Muy, pero que muy idiotas y adormecidos tienen que estar los españoles,  para a volver depositar su confianza, en ese partido y en un tipo que ha demostrado tanta inutilidad, falta de determinación, cobardía  y cara dura.  Pero en fin, todos sabemos que la ideología lo aguanta todo y que los socialistas también encumbraron  al lumbreras que sumió a España en una de sus peores crisis de su historia. Me refiero, como no, a ese que ahora anda mirando las nubes y  cobrando por sus consejos a los venezolanos, un tal  Zapatero.

Hace ya tiempo que los candidatos creados por los grandes partidos, no son más que un amasijo de teoría, sin carácter, sin visión de estado y sin ideas claras. Especialmente el PSOE ha demostrado su torpeza en la elección de sus candidatos, primero eligiendo a un sectario general idiota, como fue Zapatero y luego a un cara dura que se dice Dr. un tipo que  ni siquiera a podido demostrar que fue el verdadero autor de su  tesis doctoral. En cuanto al PP, elegir a alguien tan joven, sin experiencia en el gobierno y con tan poco carisma, no es precisamente lo mejor para competir con el Dr. Fake. hubiese sido mucho más acertado elegir a cualquiera de sus mujeres estrella, como Cospedal o Ana Pastor. Eso desarmaría el supuesto feminismo del partido socialista a parte de que son personas mejor preparadas que Casado.   Por otra parte, Ciudadanos, con un Albert Ribera perdido e incapaz de mantener el rumbo de su partido, ya no es un rival temible por nadie. Sería muy buena decisión por parte de Ribera, echarse a un lado y ceder la presidencia a personas mucho más definidas en sus principios y en su lucha contra el nacionalismo, como Inés Arrimadas.  Muchas de las bajas en ese partido se han producido son debidas a la pérdida de la identidad transversal de este partido. En cuanto a Pablo y Podemos,  arrastrando la vieja bandera de la hoz y el martillo, solo podría alcanzar el mismo techo que alcanzó el partido comunista en sus mejores tiempos, con el asesino Carrillo al frente. No es un rival para los grandes partidos, debido a que  su ideología está muy pasada de moda y ha demostrado, siempre que se ha puesto en práctica, ser un inmenso fracaso. El único que ha mantenido su coherencia desde el principio y hablado claro, ha sido Abascal. este partido, de corte liberal, debe, precisamente a eso, su éxito y crecimiento meteórico. No obstante, tiene un problema con la fijación en aspectos sociales que ya no interesan a nadie, como es la religión o el patriotismo. Si eliminaran estas cuestiones de su programa, tan solo quedaría el único partido, realmente liberal en la joven democracia española. Y esto sería así, porque ni Ciudadanos ni el Partido Popular, son realmente liberales.
Ya resulta algo difícil que entender, que todavía queden personas  que acaben votando a un partido, que personaliza  la corrupción, una  ideología retrograda y  que ha acabado en desastre cada vez que ha gobernado. Pero si encima, este partido tiene como presidente  un sinvergüenza y un cara dura, ya es para perder la fe en la especie humana.

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