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miércoles, 16 de octubre de 2019

La verdadera cara del nacionalismo catalán.

A la vista de lo sucedido ayer en la ciudad condal, no se puede decir más que gracias. Gracias a los CDR  por mostrar su verdadera cara; la cara de la violencia fascista y el totalitarismo. Al Dr. fake, también  gracias por mostrarnos  que en el fondo es un cobarde y un inútil. Su desmedida ambición se ha antepuesto a la convivencia y la razón. A Torra y demás promotores de este desastre, que cobran sueldos de nuestros impuestos, gracias también por demostrar que el populismo, la demagogia, el nacionalismo, el racismo y el nazismo, no son cosas del pasado.  Gracias también a la abogacía del estado por rebajar la condena y  demostrar que los nacionalistas son unos desagradecidos insaciables.

A los ojos del mundo entero, el movimiento secesionista catalán se ha convertido en lo que siempre fue, fascismo puro y duro. Ayer murió la revolución del las sonrisas y nació el fascismo catalán. Un movimiento creado por los políticos, los nuevos oligarcas de nuestro tiempo.  Mientras el pueblo se enfrenta entre sí, ellos seguirán robando, teniendo privilegios y pensiones vitalicias. No importa que ye hagan llamar antisistema, de derechas o de izquierdas, todos ellos gozan de los mismo privilegios y seguirán haciéndolo hasta que el pueblo deje de enfrentarse entre si y ver a los verdaderos responsables de sus problemas.



 Pero pueden que esta vez se les haya ido la mano. Las  soflamas del racista Torra no estaba en sus planes, ni la incitación del Mocho a tomar las calles con violencia. Peor cuando pones  locos en el poder, lo que sueles hacer son locuras. Suerte tienen de que el pueblo español, en su inmensa  mayoría, se haya pasado a la filosofía de la no violencia. Pero cuidado, porque la paciencia tiene un límite y se está rebasando. A la vez que el separatismo se exalta y comete actos violentos, ese pueblo despierta, hoy medio adormecido, puede despertar de una forma que ni se espera, dando lugar a un enfrentamiento civil; algo que nadie, en su sano juicio, desea.

Pero, como he dicho, actualmente hay mucho loco en el poder y los locos no atienden a razones.  


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