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martes, 8 de octubre de 2019

El Dr. pincha



El buen Dr. se creyó mejor que nadie y quiso ser él y solo él el protagonista y la estrella principal de la película. Durante meses ha vivido el sueño de las estrellas efímeras, que brillan mucho y se apagan pronto. No fue capaz de ceder a las peticiones de sus socios naturales de gobierno o pactar con constitucionalistas. Ahora dice  España, cuando antes pactó con pro-etarras, secesionistas y bolcheviques. Ya no controla al PSC en Cataluña, donde Izeta votó en contra de la moción de censura  contra RacisTorra. Un tipo que  bien podría haberle hecho la competencia ha Hitler de ser contemporáneos los dos. 
Ante este percal, después de haber demostrado su inutilidad  y torpeza, vuelve como el líder ese, del brazo en alto y descamisado. Se someterá otra vez a a la voluntad de un pueblo anestesiado por tanto despropósito e inútiles dedicados a la política.

Pero cueidado, es un estratega cortoplacissata, quizás  Izeta no actuó solo, quizá, solo quizás, detrás de su decisión se encuentre la mano negra de su jefe, ese trajeado viajante en Falcon, que va llorando a Soros sus consejos y ordenes. ¿Será que el Dr. fake planea volver a pactar con  Torra antes de que  convoque elecciones anticipadas? Pocos pueden entrar en la mente del buen Dr, ya que no es algo que pueda considerarse, digamos, normal. Puede que sean sus planes fruto de las órdenes de un jefe suprior, al que  fue a ver a New York. Si, ellos se vieron en la ciudad de las torres que cayeron por arte de magia potagia el  11S y cuyas pruebas desaparecieron, casualmente como desaparecieron los trenes de Atocha. Demasiadas casualidades en ambos casos donde, de la nada, apareciesen pruebas incriminatorias, al tiempo que desapareciesen otras que podrían haber dado un giro a ambas historias; pero bueno, eso es otro tema.
La cuestión es que el buen Dr. está a punto de cagarla, pues su incapacidad para formar gobierno pone de manifiesto su inutilidad como político.  Puede que Soros no haya elegido bien a su esbirro. Como decía Lincoln:   Se puede engañar a todo el mundo algún tiempo…se puede engañar a al unos todo el tiempo…pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo.       

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