En el actual sistema
económico no hay el suficiente dinero para llevar a acabo ni una
décima parte de las propuestas que se hacen en este programa. El
dinero necesario que lo haría posible está en manos privadas,
bancos y paraísos fiscales. Sería diferente si la primera parte de
su programa hablase seriamente de un nuevo sistema económico, pero
no es así. Todas las propuestas contemplan el actual sistema como
escenario de las reformas.
Antes de continuar
quiero pedir disculpas: En al anterior artículo me pasé un poco con
Pablo Iglesias en lo referente a la deuda pública. Leyendo el
programa, me he dado cuenta que me equivoque. No han abandonado
completamente la idea de no pagar la deuda usurera, primero quieren
auditarla para saber cual es legítima y cual no. Eso está bien y
cuando me equivoco lo reconozco. Dicho lo cual, considero que toda
deuda producida dentro de este sistema es usurera y odiosa por
naturaleza, ya que toda ella ha sido producida por sistema bancario
y su interés compuesto.
En otros aspectos
del programa, tengo que lamentar que Podemos sigue planteando ideas
arcaicas en lo que respecta al trabajo cuando se refiere al mismo
como un derecho. La razón y los avances tecnológicos nos dicen que
eso no tiene porque ser así. El trabajo debería ser, no un derecho,
sino una elección. En una sociedad avanzada, no en esta, el trabajo
como tal lo hacen las máquinas, como en la antigua Grecia lo hacían
los esclavos mientras los ciudadanos griegos se dedicaban a
divertirse y filosofar. Esto demuestra que Podemos, como cualquier
otro partido político se basa en la idea de una economía de
mercado, tanto en los términos en los que alude a los derechos del
trabajo como en la base de sus argumentos. Cuando considera el
trabajo como un derecho, se refiere en realidad a una obligación
ineludible para obtener una retribución económica, nada diferente
de lo propuesto por cualquier partido neoliberal o las tesis de
economistas como Keynes. Cierto que plantea un salario de
subsistencia, como el que ya existe en Alemania y otros países
europeos para los que no pueden acceder a puesto de trabajo, pero
esto es tan solo una forma de eliminar parados de las estadísticas
relegándolos a un estado de pobreza sostenida. Este no es un
objetivo para una sociedad que pretende avanzar en el bienestar y la
igualdad. PODEMOS no considera otras alternativas al actual sistema
de la misma forma que no las considera ningún partido político que
pretenda gobernar. En todo su programa hay alusiones constantes a la
economía de mercado que ya conocemos y que tantas alegrías nos ha
dado. Hablan de préstamos, pynes, de control fiscal y de impuestos,
pilares en los que se apoya el sistema actual de esclavitud. No
menciona la nacionalización de la banca, que debería ser, como la
energía u otros servicios, pública. Tampoco hace alusión a un
cambio en el sistema del dinero, hoy en día controlado por entidades
privadas. Cierto que hay muchas propuestas interesantes encaminadas a
cambiar la sociedad y mejorarla, pero cuando se refieren a la
economía lo hacen con los mismos términos que lo haría cualquier
otro partido político que pertenece y colabora con el sistema del
dinero fiduciario, lo que facilita que poderes ajenos al bien común
dominen el sistema por muchas medidas que se tomen para evitarlo.
Este sistema permite que el dinero, a parte de ser una herramienta de
intercambio comercial, sea un arma de control social y político.
Mientras eso no cambie, difícilmente puede cualquier partido
político tener más poder que una multinacional o una corporación
financiera.
Estoy seguro que
mucha gente en Podemos considera la opción de cambiar el sistema,
pero poner esto en un programa electoral espantaría a los votantes,
tan acostumbrados y convencidos a esta forma de esclavitud encubierta
que llamamos economía de mercado; que a parte de esquilmar los
recursos del planeta, está provocando una desigualdad entre ricos y
pobres cada vez mayor.
Me gustan mucho las
medidas de participación en las decisiones políticas propuestas en
el programa. Se parecen mucho a las ya conocidas en la antigua
Grecia, donde todos los ciudadanos tenían el derecho de participar
en política acudiendo a los debates y asambleas donde se discutían
asuntos de estado. Ahora bien, si hubiese una asamblea y en ella se
decidiese algo que fuese en contra del derecho internacional,
relacionada quizás con el comercio o alguna multinacional ¿Podría
asumir el gobierno la decisión popular que perjudicase alguna de
estas entidades multinacionales? ¿Podría soportar la presión
internacional dentro de un sistema que permite la existencia de
sicarios económicos capaces de derrocar gobiernos utilizando la
economía? Tenemos muchos ejemplos a lo largo de nuestra corta
democracia. Por solo citar alguna, la forma en la que España entró
en la OTAN, de mano de alguien que siempre estuvo en contra y que
cedió ante la presión internacional, o mejor dicho de los EEUU.
Si primero no se
cambia el sistema, tampoco podremos cambiar nuestra vinculación con
estos poderes al margen de los gobiernos. Capaces de someter países
sin pegar un solo tiro. Cualquier movimiento que valla en contra de
los intereses económicos con la aplicación de impago de deuda, por
ejemplo, será seguida de sanciones comerciales restricciones a las
exportaciones y medidas de similar calado para reconducir la oveja
descarriada a la vereda. Mientras Podemos no entienda esto,
difícilmente se le permitirá hacer los cambios que propone, y para
ello, primero debe demoler el sistema y crear uno nuevo. No podrá
hacer nada considerando la validez del actual.Dicho lo cual, deseo profundamente que ganen y lo intenten aunque me duela su fracaso y la desilusión que provocarán. Mucha suerte gente de Podemos, ojalá lo consigáis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si no estas de acuerdo o quieres aportar algo, deja tu comentario.