Nunca tan pocos han hecho tanto ruido

Cuando la Liga Norte de Italia pidió la secesión de las provincias más ricas se les llamó  insolidarios y egoístas. Entonces, los secesionistas italianos querían romper Italia,  sencillamente porque la Liga Norte  gobernaba las provincias más  ricas y no querían compartir esa riqueza. Hoy los secesionistas de las diversas provincias españolas, buscan lo mismo y por la misma causa. Detrás de todo el  ruido cultural, victimismo e  injusticias sociales, no hay más que el puro egoísmo y la avaricia de quienes gobiernan;  además de deslealtad y desagradecimiento.

Durante años, al contrario que lo que pasó en Italia, las provincias secesionistas,  se han beneficiado  de ventajas que otros pueblos de España no tenían. Incluso el dictador Franco , mantuvo contentos  a los burgueses de estas provincias, fomentando la industrialización, mientras en otras comunidades, cómo la andaluza,  la gente se moría de hambre y tenía que emigrar; precisamente a las  provincias favorecidas por el desigual trato.  Paradójicamente, son los nietos de estos emigrantes, quienes ahora exigen independencia y provocan disturbios, sin saber, que en realidad están haciendo el trabajo sucio a los mismos burgueses corruptos, que desde siempre, has estado explotando pueblo catalán, entre otros. Los instigadores de estas protestas mienten sobre la historia, crean odio, victimismo y rechazo a todo lo que suene ha España, con el fin último de quedarse la mejor parte del pastel cuando este caiga al suelo y se rompa en mil pedazos. No les importa lo más mínimo destruir la economía, espantar el turismo o amargar la vida a sus propios ciudadanos, con tal de quedarse las migajas del desastre que supondría eso. 

Por si ya fuera malo el panorama, las pasadas elecciones han sido un auténtico desastre para la cohesión del territorio y la gobernabilidad del país. La demagogia y la mediocridad ideológica se ha impuesto sobre al sentido común y la razón. La poralizada sociedad española votó, nuevamente,  con las visceras, en vez de hacerlo con la cabeza. Lo más probable, es que como consecuencia, la denominada izquierda, que todos sabemos quienes son, se hará con el poder, junto a secesionistas, podemitas y vete a saber que otras malas hierbas. Nos enfrentamos a un panorama aterrador, lleno de impuestos, ruina, desgobierno e imposición ideológica.  Por ende, lo será también un desastre para la economía, el comercio y la deuda externa. La rancia izquierda comunista, nunca se ha dado por vencida en intentar demostrar su inutilidad  a la hora de gobernar. Al igual que el capitalismo, siempre ha intentado imponer la ideología por encima del sentido común y la razón, con los resultados que todos conocemos. Pero estos son peores, pues su hipocresía jamás les ha dejado ver más allá. Promotores del pensamiento único, liberticidas e inútiles, son solo algunos de los calificativos que se pueden emplear para designar a los próximos gobernantes. Su llegada, sumada a los peores datos del paro, un déficit  que no para de aumentar y el desplome del turismo, supondrá penurias a todos los ciudadanos. Sin embargo, no faltan los secesionistas que se jactan de esta situación y que a la vez hablan del bien común como algo a conseguir. Piensan que recluyéndose en sus territorios y teniendo sus propios gobiernos,  van ha librarse o mejorar algo para la gente que dicen representar. La realidad es que el mundo no es tan grande como antes, cada vez es más pequeño y las economías pequeñas están condenadas. el verdadero problema. Un problema, que no tiene soluciones fáciles y que ninguna ideologíavpa ha poder resolver. No es un problema local, lo es de sostenibilidad, recursos, ecológico y de objetivos. LA humanidad, en general, ha perdido el Norte y se ha desapegado de la realidad. Pero esos problemas, que nadie tiene en cuenta, serán, en un futuro no muy lejano, letales y el definitivos para esta sociedad decadente y miserable.