Existe una teoría, poco creíble, en mi opinión, que relaciona el independentismo catalán con
los yacimientos de petróleo encontrados en 2014 frente a las costas gerundenses. Otra
que nos dice que el movimiento independentista se acentuó a raíz de destaparse
el profundo grado de corrupción de Convergencia i Unió. La teoría de la
conspiración del petróleo, estaría reforzada por el hecho de la presencia de
capital procedente de George Soros. Y si, es cierto, Este señor apoyó el
movimiento independentismo catalán a
través de sus fundaciones. A parte de eso, existen coincidencias de fechas
entre la radicalización del proceso con
dicho descubrimiento. En cuanto a la segunda teoría, coinciden también las
fechas. Además, el movimiento funcionaría muy bien como cortina de humo. Ambas teorías son muy pobres, pero no descartables.
Pero para analizar este movimiento social correctamente, pienso yo, hay
que hacerlo desde los hechos y no desde teorías poco fundamentadas. Ya qué,
cómo muchas otras cosas, el independentismo no es otra cosa que un compendio de
circunstancias y acciones de personas con la capacidad de influencia necesaria para influir en una masa considerable de personas. Algunos de esto hechos irrefutables y fácilmente verificables son:
- Políticos mediocres en el gobierno central y el gobierno autonómico, incapaces de llegar a acuerdos y más preocupados por su escaño que por el bien del pueblo.
- Inversión lingüística y adoctrinamiento en las escuelas durante los treinta años de autonomía, con la intención clara del objetivo independentista por parte de algunos políticos, que luego se desvelaron corruptos, léase plan 2000 y 3%.
- Victimismo de estos políticos, echando la culpa de todo lo malo que pasa al gobierno central y fomentando odio a todo lo español.
- Crisis económicas vinculadas a acontecimientos internacionales.
- Decisiones equivocadas, a veces belicistas del gobierno central que no eran compartidas por el pueblo.
- Pactos con los separatistas para preservar los sillones de la Moncloa, dando concesiones y permitiendo la segregación de ciudadanos no independentistas.
- Dejación de funciones del gobierno central al no impedir la propaganda internacional pagada con dinero público desde la Generalidad y las vulneraciones del estado de derecho.
- Manipulación por parte de la radio y televisión pública catalana, completamente volcada a promover el movimiento y en contra del gobierno central.
- Fomento del odio a todo lo español por parte de asociaciones, políticos y periodistas afines al movimiento.
- Manipulación de la historia con la finalidad de poner a los catalanes como víctimas de un estado represor.
Hay más, pero nos sirven para mostrar cómo se ha llegado a
la situación actual. A todo esto habría que añadir, y sin ánimo de ofender, que
nada de esto hubiese sucedido si no existiese un sentimiento de inferioridad
enfermizo de la sociedad catalana.
El pueblo catalán, como cualquier otro, está
formado por individuos que deciden seguir una corriente ideológica u otra. Evalúan
y toman sus decisiones o creen en unos u otros en función de la información que
reciben. Si esa información está deformada, manipulada o es incorrecta, sus
decisiones seguramente, lo estarán también. Como llegaron a la conclusión de
que desvincularse o separarse es la solución a todos sus problemas cotidianos,
es algo que solo se puede explicar de
esta manera, con información falsa producida de forma interesada.
Los políticos que les mueve la avaricia y el ansia de poder,
enfermos mentales y psicópatas, se aprovechan del miedo y de los sentimientos
más bajos de las personas de bien, para hacer reales sus panonias y sueños de grandeza. Lo hemos visto a lo largo
de la historia miles de veces. Todos los conflictos se pueden resolver por el
diálogo y aplicando algo de empatía. Si nuestros dirigentes no se aplican esta regla de oro, es porque su intención no es resolver el conflicto, sino otros intereses inconfesables.
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